Capítulo 23

Son

Me levanto de la cama y me voy al escritorio. Hay una nota sobre ella. Es de Amber. Se me acelera el corazón sin que yo pueda detenerlo.

La abro en menos que un chino parpadea. Empiezo a leerlo.

“Hola Son. Te escribo estas palabras para despedirme de ti. Han sido unos meses muy bonitos pero me temo que nuestra historia debe de terminar aquí. Con mucho cariño Amber”

Las lágrimas se me derraman sobre el papel provocando que todo la nota quede completamente borrosa. Se me para el corazón. No siento nada, ahora mismo me podrian clavar un cuchillo que me quedaria exactamente igual.

Miro alrededor y cojo un vaso de agua para dirigir esto. Tengo un nudo en la garganta tan grande que apenas puedo tragar.

Me meto en Instagram y obserque que ha subido una foto con ese camarero imbecil. Se me revuelven completamente las tripas. Me dan ganas de vomitar e incluso me dan las nauseas. Hay algo escrito.

“Con él he encontrado la felicidad que no pude encontrar contigo”

Pego un sobresalto tan grande que caigo al suelo. Abro los ojos, estoy de nuevo en mi habitación. Todo esto es muy raro, tengo el corazón acelerado pero la boca de nuevo seca. Miro a mi escritorio y no hay ninguna nota. Me meto al instagram para confirmar mis presagios.

Pero en vez de encontrarme con esa foto me encuentro con una de ella y su compañera de piso.

Me quedo mucho más tranquilo. Me voy a la cocina a beber un vaso de agua mientras espero a que se me bajen las pulsaciones. Tiene que haber sido una pesadilla pero parecia tan real.

No me hace ninguna gracia que se acerce. Amber a ese geta. Me recuerda mucho a Hector y se que solo le haria daño. Aprovecho para llamar a Amber. Le pregunto que tal está y de paso compruebo que todo esté bien.

Lo está, demasiado incluso para mi gusto. No se porque razón pero siempre pienso que cuando todo el agua está en su sitio algo puede salir mal. Es como la calma antes de la tormenta.

Ocurrio exactamente igual cuando estuvimos en la casa de la montaña. Hoy he quedado con Amanda, tenemos clase en la universidad.

A pesar de ser un tanto pesada y manipuladora al final se le coge cariño. Bajo las escaleras y ya está en la puerta. Se me ha olvidado mencionar que también es demasiado puntual. Es como si fuese la hermana gemela de Amber y la hubiesen separado al nacer. No puedo evitar soltar una media sonrisa imaginando que eso fuera cierto.

—¿A que esperamos? —pregunto cuando veo que permanece inmobil en la entrada.

Mientras lo hacemos parece de la cocina Mateo.

—Ya estoy listo cariño —responde mientras le planta un beso a Amanda y provoca que me quede con la boca abierta de par en par.

—¿Sois novios? —pregunto descaradaente y sin ningun tipo de tapujos.

—Si, desde hace casi un año —añade Amanda.

Lo que más me ha sorprendido no es que fuese Mateo su novia. Si no tiene fosas nasales no es mi culpa. Lo que más me ha sorprendido es que en ningun momento me lo haya mencionado. Vale que yo no lo he preguntado.

Despues de estar como quince segundos parado y tratando de asimilar lo que ha ocurrido.

Recojo mi mochila y me dirijo al coche. Me he quedado solo en la entrada. Amanda está en el lado del conductor y Mateo a su lado, no me gusta nada ir en la parte de detras.

Pero es lo que me toca si quiero que alguien me lleve a la universidad.

Si tengo que esperar al autobus lo haria pero no me daría tiempo a llegar puntual. Tengo que aguantar comentarios estupidos y sin gracia.

La verdad es que son como la noche y el día. Aunque si lo pienso friamente es exactamente igual a Amber y yo. El viaje se me hace más largo de lo que me gustaria. Me han dado ganas de abrir la puerta y tirarme en marcha.

Pero he tenido mala suerte, las puertas de detras se bloquean cuando el coche está en movimiento. Cuando llego lo primero que hago es besar el suelo, ellos dos se ponen a darse besos. Lo que hace replantearme cuando dinero costará un biombo.

—Bueno, voy a ver si desayuno algo si puedo.

Los dejo dándose el lote y yo pongo ritmo a la cantina. Aún me quedan quince minutos para la primera clase. Algo bueno tendria que tener compartir misteriosamente manias de Amber.

Que ahora me da tiempo a desayunar.