Todas mis razones para estar junto a ti

Capítulo 30

Son


Subo los escalones de dos en dos.

—Son relájate. Piensa bien las cosas —me dice Amanda hiperventilando y tratando de alcanzarme.

No quiero hacerle caso, esto se nos está yendo de las manos y es por no haber hecho caso desde el principio.

Llego hasta la puerta del apartamento de Amber. Amanda lleva toda la noche conduciendo para venir hasta aquí. Y más después del mensaje que recibí. Golpeo fuerte la puerta. Amber abre la puerta medio dormida.

—¿Pero que haces aquí?¿Que ocurre?

—¿Que que ocurre?

—Mira… —le explico mientras saco mi móvil del bolsillo trasero de mi móvil. Me quito la capucha que con toda la prisa se me había llegado a poner.

Amber se queda completamente pálida al ver el video de ella y el otro imbécil entrando en esa misma sala.

Enseguida comienzo a buscar la cámara en el armario. No tardo ni dos segundos en encontrar mi objetivo.

La alcanzo y se lo enseño a Amber que sigue sin dar crédito con el móvil en la mano.

—¡Miraaaa! —digo gritandola recriminandoselo. Sé que no esta bien mi actitud y que incluso en unas horas me estoy arrepintiendo.

Pero es fruto de la impotencia y la desobediencia que tuvo conmigo.

Joder me da rabia tener razón.

—Son te estas pasando —Amanda se coloca en medio de mi foco de atención.

Tengo la vena del cuello hinchada.

—¿No vas a decir nada?

Quiero escuchar algo. Al menos para darle la vuelta y saber que tengo razón.

Permanece callada. Lo que me da aun mas rabia.

—¿Por qué estás aquí con este imbécil? —le espeto.

—¿Perdona? —el sujeto se da por aludido y no hace otra cosa que sacar el pecho y colocarse delante de mí.

—Apártate —le digo mientras me dan ganas de escupirlo en la jeta.

—¡Son ya! —suelta la primera reacción y es tan simple para decirme que me separe. 

Cosa que provoca que me enfade.

—Respondeme.

—¿Por qué te has traído a esta?

¿Por qué salta ahora con esto?

—No es lo mismo. Tu conoces a Amanda y no te cae mal —añade Amber.

—Yo nunca te he dicho que me caiga bien —me confunde mientras Amanda permanece expectante.

—No entiendo nada ¿Estas defendiendo a este? —digo sin mirarlo pero señalando.

—Yo no… —aguanta un segundo la respiración mientras piensa—. No lo defiendo, solo que no entiendo porque te pones como una fiera cuando tu has hecho lo mismo. No me cae bien, la veo bastante falsa.

Saca todo lo que lleva dentro. Da la sensación de que en cualquier momento puede explotar.

Me detengo un segundo antes de contestarle algo.

—Está bien… vas a seguir igual ¿no? —le pregunto.

—Pienso llegar al final de todo esto —no cambia bajo ningún concepto de opinión.

—Está bien. Vámonos Amanda —le declaro mientras me doy la vuelta.

No quiero escuchar una respuesta más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.