Todas mis razones para estar junto a ti

Capítulo 37

Amber


Después de tener que despedirme de Son y de estar toda la noche de viaje, al fin he llegado esta mañana a San Francisco.

He cogido las cuatro cosas que me quedaban en el antiguo apartamento y casi sin revisar si me he dejado algo he salido de allí.

Lo primero que he sentido ha sido un gran alivio. Me he quitado un gran peso de encima. La entrevista ha ido genial y me han cogido para el puesto de dependienta. Lo primero que he hecho nada más salir ha sido llamar para poder ganar mi propio dinero para pagar el alquiler de la casa del coche.

Voy a empezar a redecorar mi nueva habitación ya que por ahora está muy vacía. Pese a tener ya todas las cosas gracias a la ayuda de Eli quiero comprar unas cosas.

Desde pequeña siempre he querido tener un columpio en donde sentarme y pensar las cosas. Es algo distinto a un simple asiento.

Mis padres nunca me han dejado tenerlo porque decían que era una tontería.

Pero ahora que soy una adulta funcional que voy a empezar a ganar mi propio dinero me voy a permitir el lujo de comprarlo.

No se donde encontrar uno pero ya que hoy me dan el coche pienso recorrer la ciudad entera si hiciera falta. Estoy algo nerviosa por conducir sin supervisión pero no creo que sea muy diferente a hacerlo con el profesor.


Después de recorrer diez tiendas ayer encontré una un tanto peculiar en el que fabrica varios juguetes. El chico de la tienda me dijo que era un columpio muy cómodo donde se podia poner de varias posturas distintas. Dijo que me iba a gustar tanto a mi como a mi pareja.

Yo no entendí nada pero lo compré de todos modos y lo instalé en un santiamén.

Es un columpio bastante grande y estable. No se balancea mucho. Las cuerdas también son grandes con lo que aguantara bien mi peso.

Hoy voy a aprovechar para apuntarme al club deportivo de aquí. Desde que llegué apenas he podido hacer deporte y con esto creo que voy a encontrar la motivación que me falta.

Sé que el club deportivo de San Francisco es uno de los más exigentes de Estados Unidos pero creo que voy a estar a la altura. Cojo por primera vez en el día de hoy mi coche. Observó la gasolina que tiene.

—Joder esta mas seco que la cara de Toomy cuando tiene un buen dia.

Aunque el club deportivo no esté muy lejos prefiero ir en coche y que no me pille el tiempo para ir a trabajar después.


Llego al club deportivo. Es un gran edificio compuesto por varias zonas donde se distinguen las distintas áreas deportivas. Hay una gran pista de atletismo rodeando a un campo de hierba donde se refleja claramente que se practica fútbol americano. Hay muchísima gente entrando y saliendo con bolsas de deporte. Solo me he traído mi presencia y ya creo que es suficiente por hoy.

Entro dentro del edificio en busca de la recepción. Lo primero que me encuentro es una piscina cubierta donde hay un par de personas haciéndose largos. No descarto un día probarlo porque me puede venir bien para entrenar la espalda y tener más fondo.

Avanzo unos metros y al final me encuentro con el mostrador. Hay una persona dentro que me cuesta verla desde lejos. Está demasiado baja en la silla y cuando llego hasta su posición puedo comprobar que tampoco es muy alta.

—Hola, vengo a apuntarme —explico sin que me presten demasiada atención.

—Si, claro. Rellena este formulario —me da un folio sin establecer campo visual.

“Que simpatica”

Pienso para mis adentros. Comienzo a buscar en todo el mostrado algo con lo que escribir.

—Perdona ¿Tienes un bolígrafo? —le pregunto amablemente pero viendo su reacción ya he podido comprobar que no tiene muchas ganas de trabajar.

Resopla mientras me lo facilita. Esto está más seco que mi coche esta mañana. Le pego varios rayones al folio y consigo que funciones. Lo relleno lo más rápido posible ya que tengo que ir a la librería.

Se lo devuelvo rellenado aunque lo que me apetece en realidad seria meterselo por algún lugar que yo me se.

—Genial, mira este chico que acaba de salir de la piscina te va a enseñar las instalaciones. Me doy la vuelta y me encuentro con Tommy chorreando agua sin camiseta y con una toalla de cintura para abajo.

—¿No tenéis a alguien que se encargue de estas cosas?

—El se encarga de esto —me doy de nuevo la vuelta para observarlo y está con los brazos abiertos y con una ceja levantada.

—¿Algún problema?

Parece que Tommy tiene un buen día.

—No, en absoluto —le digo mientras le pongo la mejor de mis sonrisas.

Se da la vuelta y yo lo sigo como si fuera su sombra.

—¿La mujer esta es así siempre? —le pregunto por curiosidad.

—Es mi madre —no me imaginaba esta respuesta pero no se porque razón hay cosas que concuerdas.

—Perdón…

—Es broma. Pero es mejor que muchas veces no saques conclusiones por ti misma.


Se da de nuevo la vuelta y comienza a enseñarme el lugar aunque ya he visto la mitad en persona y la otra mitad en fotos anoche.


Terminamos de ver todo y lo hacemos en la sala de trofeos.

—¿Te pasa algo conmigo? —me pregunta con tono desafiante.

—¿Contigo?¿No porque lo dices?

—Porque no dejas de seguirme haya por donde voy y no confias en mi.

—¿Que no dejo de seguirte?

Es simple casualidad, además que yo llevo haciendo deporte mucho más tiempo que tú.

—No lo creo —me responde imponiendo su altura por encima de mi.

—Lleva desde los diez años —le vuelvo a contestar.

—Y yo desde los siete —dice mientras me señala unos de los estantes.

Me acerco deseando que sea mentira.

Pero no lo es, sale en muchas de las fotos de la sección juvenil.

—Bueno, te doy la razón en esto —accedo al final en su persuasión.

—Soy uno de los encargados de enseñar las instalaciones a los nuevos. Así que la próxima vez te callas y te vienes. Prefiero no responder a sus impertinentes comentarios.




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