Son
Todo es demasiado doloroso. No sé cómo he tomado esta decisión.
—Es la mejor decisión —me recuerda mi madre que parece ser ahora cupido.
Yo sé que lo es pero no le quiero hacer caso ni darle la razón. De nuevo me estoy meando. Hoy está siendo mucho peor. cuando voy a orinar lo hago orinando sangre. Me da un dolor terrible en la espalda que hace que apenas pueda moverme. Mi madre que comprueba que tardo mucho en el baño llama y golpea la puerta. Entra al tercer intento y me ve en el suelo. Yo no sé en que momento me he caído pero lo he hecho.
Creo que el dolor es tan intenso que no soy capaz de controlarme y lo único que escucho cuando ella entra es que “tenemos que ir al hospital ya mismo”.
Yo solo puedo observar cuántos azulejos tiene la pared y que están sincronizados entre sí porque están en armonía. No soy capaz de controlar nada más. Ni siquiera he controlado mismpies para llegar al coche de mi madre.
No sé cómo he llegado aquí. Pero aquí estoy con el rostro pegado al cristal y sin cinturón pero soy incapaz de ponermelo, no tengo la fuerza suficiente.
Y que me multen es el menor de mis problemas.
La pregunta que me hago yo es…
¿Cómo he llegado hasta esta situación?
TRES DÍAS ANTES
Estoy en el coche porque mi madre me ha obligado a ir al medico a que me hagan un chequeo. Hace unos días me hizo un seguro que me cubre todos los gastos y se quiere quedar tranquila de que paso la ITV*
*En España es la revisión que tiene que pasar un vehículo para saber que funciona correctamente.
Si que es cierto que llevo unos días con algo de malestar pero no creo que sea algo grave.
El trayecto no es muy largo. Por suerte en veinte minutos llegamos. El tiempo de espera es todavía peor. Por algunos momentos tengo la sensación de que llevo aquí durante días y el móvil ya no me distrae y las conversaciones con mi madre mucho menos.
Tengo muchas ganas de llorar pero ya lo hace el bebe que tengo justo enfrente. Joder ¿como le puede gustar a la gente algo que no deja de generar problemas desde que se despierta hasta que se duerme?
Mi madre me observa desde su asiento y ve como estoy mirando al bebe.
—Es monísimo ¿verdad? —pregunta mi madre que lo observa con ternura.
—Si, una cosa que no deja de pedir es ternura en estado puro.
—Haber cuando me dais uno de estos.
Si estuviera bebiendo algo seguramente me hubiese atragantado. Creo que mi madre no está al tanto de mi idea respecto a lo de tener hijos. Y se resume básicamente en no tenerlos. Con eso termino yo la duda.
—Para abandonarlo prefiero no tenerlo.
Se que suena muy borde pero quiero cambiar rápidamente de tema.
—Voy a por un café —se levanta y se marcha sin decirme nada más.
Tengo la sensación de que todo el mundo me está mirando. Pero no levanto la vista del suelo para así no sentirme culpable. Más quizás de lo que soy.
—¿Son Best? —pregunta el doctor que lleva una carpeta en la mano.
—Soy yo —digo levantándome.
—Pasa por favor —me indica con la mano el camino aunque es lógico que tengo que entrar a esa sala. No voy a entrar a la de los bebés.
—¿Que tal? ¿quiere tomar algo? Perdón por la espera pero hoy estamos hasta arriba.
—No, gracias.
—De acuerdo —añade mientras mira hojas sin parar de arriba a abajo.
Estoy viendo tu historial médico y veo que es la primera vez que vienes. Vamos a hacerte un chequeo ya que veo que hace tiempo que no te haces uno.
Yo asiento. Aunque no me agrada la idea de que me tengas de arriba a abajo con pruebas es lo que me toca y punto.
Después de realizarme trescientas pruebas de distintas categorías, al final terminó. Lo agradezco porque me estaba empezando a cansar. Estoy esperando al doctor a que me diga como han salido las pruebas.
Llevo como una hora esperando fuera viendo a gente entrar e irse a su casa. Mi madre está sentada a mi lado y no me ha dirigido la palabra aún desde que le he hecho el comentario.
El doctor abre tímidamente la puerta mientras observa una libreta.
—Tatiana, ¿puede entrar un momento?
—Claro doctor —al fin decide hablar pero no es a mi a quien se dirige.
Me acerco un poco disimuladamente para escuchar algo pero no consigo oir nada. De repente sale mi madre con el rostro bastante contrariado.
—¿Que ocurre? —pregunto para enterarme de lo que está sucediendo.
—Entra por favor.
No consigo sacarle nada y solo hace que me genere nerviosismo toda esta situación. Entro con bastante cautela. Observo que el doctor está con una carpeta abierta y mi madre tiene el rostro desencajado y parece que se puede poner a llorar en cualquier instante.
—¿Que está pasando? —pregunto sabiendo que algo no está bien.
—Veras Son después de hacerte varias pruebas hemos detectado que tienes un tumor cancerígeno en el único riñón sano que tienes.
—¿Y eso que significa? —le corto al doctor porque el corazón me ha dado un vuelco. Y no soy capaz de pensar dos frases seguidas.
—Bueno pues se ha extendido bastante y no hay forma alguna después de una operación para que vuelva a funcionar todavía.
Debemos de encontrar un riñón sano para que puedas vivir.
—¿Y si no lo encontramos?
—Estamos en una situación límite. Te pueden quedar una semana o quizás en el mejor de los casos un par de meses.
Observo la silla donde estoy sentado e inmediatamente miro al suelo. Tengo la sensación de que en cualquier momento me puedo caer al precipicio pero sin embargo no lo hago. Tengo la sensación de que me puedo desmayar en cualquier momento.
—Tranquilo Son. He hablado con el doctor y he decidido que te lo voy a donar yo.
Ahora me siento fatal por lo que le he dicho antes pero es que soy así. Siempre que puedo la cago sin pensar en las consecuencias.
—Muchas gracias mamá ¿y es peligroso? quiero saber todos los detalles.
—Bueno es peligroso dentro de lo que es un trasplante. El riñón de tu madre no es uno de su edad que iría a la par con usted pero le daría para vivir bien.