Todas mis razones para luchar por ti

Capítulo 10

Amber

Hace tres días desde que se despertó. No lo he dejado solo en ningún momento. Incluso tuve que convencer a Tatiana para que se fuese a descansar porque estaba convencida en quedarse.

Ayer vino a visitarlo Amanda y su novio. Aunque no tenía muchas ganas de verla entendía que fuera su amiga y quisiera verlo. Tuve que controlarme y Mery me ayudó.

Todo eso fue antes de que volviese a Valley City junto a mis padres. Todo ha pasado demasiado rápido. Hoy por fin le dan el alta a Son porque a mi me lo dieron ayer. Por eso mi madre también se ha ido tranquila. Estoy deseando poder dormir en una cama decente y también comer algo que no sea agua sacada del cubo de la fregona.

Estoy sacando un café de la máquina para mi porque lo necesito con urgencia y un zumo de naranja para el encamado. Yo cada vez ando mejor.Son le está costando un poco aunque entre nosotros creo que es un poco cuento.

Entro a la habitación y me encuentro a SOn con el mando de la cama en la mano y levantando y bajando la parte de su cabeza.

—¿Que haces? —pregunto completamente descolocada.

—¿No has visto el capítulo de los simpson en el que sale Homer en el hospital jugando con la cama diciendo “cama arriba… cama abajo… cama arriba… cama abajo.

—No, no lo he visto.

En el fondo sí que lo he hecho pero no me queria reir de él.

—Pues tendrias que verlo. Lo único que esta velocidad es lamentable. A veces Son es como un niño pequeño pero lo quiero y prefiero que haga eso a que no estuviese.

—Toma, aquí tienes el zumo de naranja.

Lo coge y se lo bebe como si llevase un mes sin tomar nada.

Aunque lo puedo llegar a entender.

El doctor toca la puerta para no entrar directamente y llega hasta sus pies.

—Enhorabuena Son. Hoy ya te damos el alta.

—Que bien doctor.

—Pero antes necesito ver que puedes andar.

Desde que se despertó apenas ha andando. Solo para ir al baño y volver. Pese a mi insistencia de intentar andar el ha ido escurriendo el bulto en todo momento.

Entre el doctor y yo le ayudamos a levantarse y tiene mucha más fuerza que en los días anteriores.

Al final después de estar caminando durante diez minutos por los pasillos le han dado el alta y nos encontramos en el coche de Tatiana yendo a casa. Mi coche lo dejé cuando llegué hace una semana. Es increíble cómo pasa el tiempo. Al menos me consuela apartar la vista de la carretera y observar la felicidad de Son. Es como si acabara de nacer.

—Te quiero —le digo agarrando de la mano.

—Te amo —responde acercándose más a mi.

No pido más, no quiero nada más.



#14584 en Novela romántica
#2739 en Joven Adulto

En el texto hay: pareja, adolescente, amor

Editado: 13.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.