Amber
No entiendo esta respuesta repentina por parte de Son. Ha sido escuchar el nombre de Tommy y cambiarle completamente la cara. Y no comprendo porque. Yo pretendo ser sincera y quiero contarle todo. Me centro en mi café que me quiero tomar lo antes posible para ir a entrenar. Necesito despejarme corriendo. Miro por la ventana y observo el día. Se que hace un día de perros. está completamente nublado. Parece que puede empezar a romper en cualquier momento.
Cuando me dispongo a levantarme, Lea aparece y me mira como si llevase un grano en la cara.
—¿Que? —pregunto deseando que desembuche.
Miro alrededor para censionarse de que no hay nadie.
—¿Que hay entre Tommy y tú?
La pregunta me deja sorprendida y no me lo esperaba.
—¡Nada! ¿Que va a haber?
—Como te vi el otro día en el parque de Skate pense…
—Pues no. No hay nada selo fuimos a dar una vuelta.
—¿Te lo has tirado?
Esta segunda pregunta me sorprende incluso más que la primera aunque viniendo de Lea no tanto.
—Por supuesto que no ¿que te hace pensar eso?
—Simple curiosidad. Yo no desaproveche el momento.
Y tan pancha abandona la cocina. Yo me quedo atónita y sin un buen repuesto que darle.
Tommy sale de su habitación y lleva en su mano una bolsa.
—¿Vas a entrenar?
—No voy a tirar la basura aquí tengo la bolsa —dice mientras señala su bolsita.
—Ya que vas tírate tú en ella —le devuelvo su contestación pero con más clase.
—Bueno me marcho que aquí ya tener a la graciosa de la casa —añade mientras se da la vuelta y se dispone a salir de la casa.
—¡Espera! —digo gritando.
—¿Que quieres?
—Me puedo ir contigo. Necesito despejarme.
—¿Pero no me decias que me fuera a la basura?
—Era una broma.
—Vente pero conduces tú —añade mientras me lanza las llaves a la mesa.