Capítulo 25

Son

—Son no estás comiendo nada. ¿Que te pasa? —pregunta mi abuelo con cara de preocupación.

—No me pasa nada, me quiero ir a la habitación —cojo y rápidamente me meto en mi habitación.

Es increíble que Amber me haya estado apunto de dar un beso y al dia siguiente tan solo me vea como una persona más. Que está hecha un lio…

¿Acaso me quiere volver loco?

Me pregunto a mi mismo.

¿Estoy dispuesto a esperarla?

Que es lo que realmente siento por ella.

¿Y Sophia? me he dado cuenta que lo que siento por ella no es ni una décima parte de lo que sentía por Sophia. Es algo distinto.

Cuando la tuve a escasos centímetros de mi sentí algo que nunca había sentido. El corazón se me aceleró y el estómago se encogió en escasos centímetros.

Todo en una décima de segundo antes de que no detuviese.

Joder en que momento aparecio la policia.

Creo que soy un simple juguete para Amber. Entiendo que para ella todo sea tan complicado que incluso no sepa que hacer. Que le han pasado muchas cosas y no sepa como actuar o cómo responder.

Pero ahora mismo no se que hacer.

Creo que le voy a escribir…

Son: Hola.

Ya he lanzado el órdago, no se si tendrá respuesta. Estoy nervioso y me sudan las manos más que nunca. Me dan ganas de morderme las uñas aunque no me gusta.

Amber:  ¿Cómo estás?

Son: Bien. No me puedo quejar.

No sé muy bien que contestar. Tengo el estómago cerrado. Nunca me había pasado esto con nadie.

Amber: Quiero que entiendas que esto tampoco es fácil para mi. No sé como actuar contigo.

¿A que se referirá con eso? ¿Se lo está pensando? ¿está dudando?

No sé muy bien cómo interpretar sus palabras. Estoy fuera de lugar.

Son: ¿Que quieres decir con eso?

No puedo esperar, no puedo quedarme con la duda.

Amber: No se como te veo ahora mismo. No se si te veo como un amigo o como algo más. Necesito tiempo para verlo.

No es la respuesta que buscaba. Me ha dejado con más dudas.

Son: Ok…

Sé que puede sonar la respuesta bastante cortante pero no tengo ahora mismo demasiadas ganas de hablar.

Amber: Pero por favor no te enfades. Quiero seguir hablando contigo y mantener esto tan bonito que tenemos.  ¿Vale?

Al menos ahora me ha sacado una sonrisa que lo necesitaba.

Después de esa respuesta continuamos hablando de series y de películas que alguna vez tendríamos que ver. Ella me recomendo unas cuantas y yo también aunque en el fondo yo querría verlas con ella a su lado.

Cuando más agusto estaba con Amber una llamada en la puerta me saca de mi sitio y de la pantalla.

Es mi abuelo. Entra directamente sin que yo le diga que puede pasar. Aunque sí le contesto no sería justo porque él siempre ha hecho todo lo que ha podido por mi.

—¿Te ocurre algo Son? —genial. Se viene el interrogatorio.

—Que no me pasa nada —trato de convencerlo de que realmente no me ocurre nada.

Pero enseguida empieza a reírse y a mirarme sin decir ninguna palabra y sin pestañear.

—¿Son desde cuando te conozco? —pregunta mientras se sienta a mi vera.

—Lo sé… —respondo mientras me rasco la cabeza. No puedo ocultarle nada. Comienzo a reírme más rojo que un tomate y muerto de vergüenza.

—Es por un chica…

Mierda. ¿He dicho eso en alto?

Quiero meter la cabeza ahora mismo debajo de la tierra. Quiero desaparecer de aquí.

—¿Que te pasa con esa chica? —pregunta  como si no fuera un acontecimiento especial. Está normalizando como si hablase cualquier cosa.

—Que está hecha un lio. Le acaba de dejar su novio y todavía no sabe que hacer con su vida y que hacer conmigo —dejo esto para lo último para no decirle que va conmigo aunque está claro.

—Entiendo. Y te ha dicho que no está preparada para una relación. ¿Verdad? 

Mi abuelo debería ser psicólogo. Entiende de todos los temas.

No me lo ha dicho así, pero más o menos.

—Tienes que tener paciencia con…

Está claro que esta charla no me iba a salir barata.

—Con Amber.

—Umm. Que bonito nombre —responde con las manos en jarra y mirando el resto de mi habitación—. Pues tienes que tener paciencia con ella. No es fácil salir de una relación. A lo mejor tú no te has dado cuenta pero cuesta mucho. Y depende de lo trágico que haya sido cuesta más o menos.

Miro hacia el suelo, no se lo que debo responderle.

—¿Y que debo hacer para conquistarla?

—Tienes que tratarla como si fuese un bonsai que está dañado. Hay que cuidarla y regarla todos los días. Pero el secreto del amor es que eso lo tienes que hacer siempre. Tiene que perdurar en el tiempo. Da igual que lo repares y que lo cuidas ahora si dentro de unos años lo vas a dejar que se muera. El amor es constancia y perseverancia.

Lo ha dejado claro, no lo puede explicar mejor.

—Muchas gracias por el consejo —le miro y le lanzo una mirada de confirmación.

—Bueno, me voy a ir a comer que si no tu abuela se va a enfadar conmigo.

—Bueno, me voy a comer que si no tu abuela me mata —dice mientras no para de carcajearse.

Sale de la habitación pero antes de hacerlo se detiene en el cerco de la puerta y apoyado en ella me dice:

—Me alegra mucho verte enamorado, ojalá nunca nadie borre esa sonrisa de tu rostro —dice mientras termina de marcharse.

En ningún momento he dicho que esté enamorado de Amber.

¿O si lo estoy?