Todas mis razones para quererte[completa]

Capítulo 63

Amber


Estoy terminando de comer. Esta mañana después de hablar con Tatiana, Son se ha comportado como si no ocurriese nada. Me ha hablado como siempre y no he notado nada dubitativo. Lo que me hace replantearme seriamente si pasa algo o no.

Me llega un mensaje de Son.

Son: <<¿Podemos quedar esta tarde?>>

Enseguida le contesto que sí, si tiene algo que contarme que lo hago ahora.

Las horas se vuelven interminables, no veo la hora de quedarme con él.

Estoy nerviosa y temo por lo que me vaya a decir.


Son ya he llegado me sudan las manos, me he cambiado la ropa y me he puesto algo más cómodo porque no se donde me va a llevar

Me espera apoyado en la pared, lleva un pantalón negro de chandal y una sudadera rosa. Parece bastante tranquilo, lleva las gafas que le regale que desde entonces no se las ha quitado.

—¿Vamos?

Me ofrece la mano. Le hago caso y se la doy. Le sigo por donde él me lleva. Me está llevando hasta las afueras del pueblo.

Llegamos hasta la misma montaña que aquella noche descubriendo la verdad.

—¿Te acuerdas? —tiene el rostro elevado en el horizonte con la mirada perdida.

Igual que aquella noche. Puedo sentirlo como si hubiese sido ayer y fue hace ya unos meses.

—Claro que me acuerdo.

No me trae buenos recuerdos este lugar desde entonces.

—Aquí empezó todo. Era el principio de nuestra historia.

¿Porque dice era? es que acaso ¿va a terminar ahora?

—Te he traído aquí porque me he dado cuenta que has cogido mis cartas. Debí suponer que en algún momento se daría cuenta.

—Son, yo lo siento pero es que las vi…

—Creo que te debo una explicación.

Me temo lo peor.

—Esas cartas eran todas para ti. Es lo que me hacías y me haces sentir ahora. Son cartas que nunca me atreví a darte. Por miedo a lo que me podias decir si te las daba. Tenía mucho miedo a que lo nuestro se acabara.

Nunca me imaginé que fueran para mi. Lo que estaba escrito era tan puro que nunca pensé que fueran para mi. Lo que estaba escrito era tan puro que nunca llegué a pensar que se refiriera a mi.

Son saca de su bolsillo un viejo papel.

—Este es lo último que te he estado escribiendo. Lo he llamado primeras veces.

“Aun recuerdo aquel primer dia que te vi, estabas nerviosa y yo tranquilo como una rosa.

Un nuevo curso empezaba pero lo que no sabíamos es que nuestra historia también lo hacía.

Aun recuerdo aquella vez en la montaña como si todavía estuviésemos en ese lugar.

La tensión crecía por momentos y en ese instante sentí que algo muy especial podia pasar.

Conforme iban pasando las semanas me iba dando cuenta que  cada vez pensaba más y más en ti. No podia dejar de hacerlo hasta que un día fui incapaz de hacer otra cosa que no fuese hablarte y escribirte.

El día que nos besamos fui la persona mas feliz del mundo. Te prometo que en ese momento podría haber hecho cualquier cosa por hacerte feliz y pienso hacerlo toda la vida porque tu vales eso y más.

Le hasta la última línea y a mi se me ponen los pelos de punta. Nunca me imaginé que podría escribir tan bien. Sus letras son angelicales.

—Me encanta… —digo con un hilo de voz tratando de recomponerse después de estar pensando en las últimas horas que eso era para otra persona.

Ahora me siento un poco estúpida. De todas formas esto justifica una parte pero sigo sin comprender porque me ha mentido con lo del partido de baloncesto y sigo sin saber porque no me hablo en toda la tarde noche o esta mañana ha ido a hablar con Tatiana. Pero es algo que prefiero que me explique en otro momento.




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