Todas mis razones para quererte[completa]

Capítulo 67

Amber

Es precioso el colgante. Observo bien y me doy cuenta de que tiene la fecha de cuando empezamos a salir escrito en la parte de detrás. Son dos regalos super originales.

Aunque me guste más este segundo porque al final lo voy a utilizar más el primero simboliza el amor eterno.

Es un colgante que brilla y pesa bastante. Parece que es plata del bueno. No parece barato, le ha tenido que costar por un ojo de la cara.

Ahora me toca a mi darle sus regalos. Me dirijo a la entrada que es donde se encuentran mis regalos.

—Venga cierra los ojos —explico antes de entrar al cuarto de estar.

Le pongo sobre su mano una pequeña caja que contiene algo muy especial.

—Ya puedes abrir los ojos.

Son los abre y saca de la caja una pulsera que le he comprado hace unos días. Lleva nuestro nombre y la misma fecha que él ha utilizado para el colgante. Tiene la misma cara que un niño cuando le hacen un regalo. De hecho diría que tiene los ojos vidriosos.

—Me encanta —dice con un hilo de voz.

Le ayudo para ponerlo, le queda genial. Hace tiempo que me fijé que Son y yo tenemos la misma muñeca. Le doy la bolsa con el segundo regalo que le tengo preparado. Es una camiseta de Call of Duty. Después de estar varias horas esperando para ver el videojuego me di cuenta de que le encantaba.

Se queda mirándola y la vuelve a doblar.

—¿No te la vas a probar?

—Es que…

Que raro que no quiera probarsela, con todo lo que le he regalado se lo ha probado enseguida. Tiene mala cara, está muy serio.

—¿Estás bien? —decido actuar.

—Hay una cosa que nunca te he contado.

Por su tono parece que le cueste sacar las palabras.

—Dime. ¿que me vas a contar? ¿que tienes un tatuaje?

—No, pero hay una cosa que tengo en el cuerpo…

—Cuando era pequeño y tenía cuatro años me encontraba durmiendo en esta misma casa. En una antigua cama que ya no está.

La cama no estaba en perfectas circunstancias y un día durmiendo se partió la madera que lo sujetaba haciendo que se rompiera y cayera en medio de los muelles.

Comienza a quitarse la camiseta, nunca le he visto sin ella pero enseguida me fijo que tiene una gran cicatriz en la espalda.

Me clave un muelle y me perforó un riñón. Me lo tuvieron que quitar. El muelle y el riñón a la vez. No iba a funcionar en buen estado el riñón y prefirieron extraerlo. Ahora vivo con solo uno, mis abuelos tuvieron que rehipotecar la casa y aún le siguen pagando. Todo para costear la operación.

Es increíble como es la vida. El tan solo tiene uno y yo vivo con tres. Solo tiene uno y yo vivo con tres. Nunca me imaginé que Son tuviera que vivir con todo esto.

—Lo siento mucho —es lo único que consigo decir.

Enseguida le vuelve la sonrisa.

—Bueno no vamos a lamentarnos, me la voy a poner a ver como me queda.

Se queda un segundo mirándola y enseguida se enfunda la camiseta. Le queda muy bien, tengo un gran ojo.

—Muchísimas gracias por los dos regalos. Amber yo querría…

—Yo quería preguntarte una cosa también porque llevo varios dias viendote raro —lo detengo de su explicación pero necesito saber lo que está ocurriendo.

No puedo seguir ningún día más con esto.

—Si, esto quería decirte. Estoy trabajando en un restaurante de comida rápida de camarero. Trabajo de noche y no quería decirte nada por vergüenza.

—¿Vergüenza de que son?

—Como una persona como tu vas a estar con un simple camarero.

—Yo estaría contigo fueras como fueras, no me importa en que trabajes.

Quiero estar a tu lado siempre.

—Gracias, también quería darte esto.

Me da una hoja, no me esperaba esto. Comienzo a leerla.

“Hola cariño, quería pedirte perdón por no haberte dicho nada en todo este tiempo.

Pero ahora que lo he hecho quiero decirte que tenía un propósito. Y es que te quiero regalar un viaje con todos los gastos pagados para ir a Los Ángeles y San Francisco - California para los dos.”

No me lo puedo creer. Tiene que ser mentira.

—¿Te estás quedando conmigo verdad?

—No, es la verdad. Vamos a ir en junio a California. Dentro tienes los billetes de avión.

Me fijo y es un sobre no una carta y efectivamente están los billetes. Me va a dar un ataque al corazón. No me creo que vaya a ir antes de ir a la universidad.

—Además dale vuelta al sobre.

Le doy la vuelta y hay una frase escrita en el sobre.

“Esta es mi razón para quererte”

Está bien, déjame escribirte a mi una frase en el brazo.

Cojo un bolígrafo y comienzo a escribir una frase. Junto a la frase dibujo el puente de San Francisco.




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