Todas nuestras lágrimas

¿Y si Blue no hubiera roto todas las normas?

Este final habría sido el definitivo si Blue hubiera decidio acatar las normas de su padre a pesar de saber al verdad. 

 

 

—¿Blue? Te he estado buscando… yo… no sabes lo que me ha costado encontrarte. Ha-hablé con Charlie… lo sé todo… ¿Podemos… hablar? 

No entendía como ahora, después de lo que me había costado encontrarla, de lo mucho que había ensayado lo que iba a decirle frente al espejo, no encontraba las palabras correctas. Pasaron unos minutos, pensé que no me había escuchado, pero, entonces, se giró y me miró directamente a los ojos. Unas profundas ojeras adornaban su cara y todo su cuerpo temblaba. 

—Vete, Seven… —dijo, con la voz rota y cerrando sus manos en puños, volviendo a darse la vuelta. 

—¿En serio? Todo este tiempo tu objetivo ha sido hablar conmigo, ahora soy yo quien te pide que me mires a los ojos. Sé cuál es la verdad, Blue. 

Dio algunos pasos hacia el borde de la azotea, con sigilo intenté acercarme a ella. 

—No sabes cuál es la verdad, Seven. Nadie lo sabe, ni siquiera yo. 

Subió un pie encima del bordillo que evitaba que la gente cayera de la azotea. 

—¿Qué vas a hacer, Blue? 

Me miró por unos segundos, dándose cuenta de que estaba más cerca de ella de lo que le habría gustado. 

—Algo que debí haber hecho hace mucho tiempo. Vete, Seven, no deberías estar aquí. 

Colocó otro pie sobre el pequeño muro y se impulsó hacia arriba, quedando sobre el fino muro, al borde de una caída de cinco pisos. Se giró un segundo a mirarme, con los ojos anegados en lágrimas. En ese instante supe que lo haría, que creía que eso era lo que debía hacer. 

Que eso era lo mejor que podía hacer.  

Quitó las lágrimas de sus mejillas con el dorso de su mano y sonrió. 

Todo ocurrió en un instante, extendió los brazos y se dejó caer al vacío. De una zancada me lancé a intentar atraparla. Me agarré con una mano del muro y agarré su muñeca con la otra, escuchando un crujido proveniente de mi hombro, que evitaba que Blue cayera. No la solté, por mucho que me doliera el hombro y sintiera como mi mano se resbalaba del muro no iba a soltarla. 

—Suéltame, Seven. Al final caerás tú también conmigo —dijo en un susurro apenas audible. Ella no se había molestado en agarrarse a mi brazo, era yo el único que la agarraba. 

—Pues caeremos los dos. 

Noté un brusco tirón y un balance; Blue intentaba hacer que la soltara. Mientras tanto, sentía que mis dedos no podrían aguantar mucho más agarrados al muro. 

—Me prometí a mi misma que esta vez solo yo saldría herida. Suéltame, no podrás aguantar ahí eternamente. 

Volvió a intentar soltarse, debilitando mi agarre. 

—Blue… no lo hagas… Te perdono… Ayúdame a subirte. 

Una lastimera carcajada escapó de entre sus labios. 

—Eso no arreglará las cosas, Seven. No puedes evitarlo. 

Intenté tirar de nosotros hacia arriba, pero no podía, mis brazos no aguantarían más nuestro peso. 

—Gracias por perdonarme, Seven… Si veo a Alexandre le diré que lo has conseguido… 

—Blue... no… 

Con un último tirón su muñeca escapó de entre mis dedos. Miré hacia abajo por un segundo, observando cómo su cuerpo caía. 

—¡BLUE! —grité. Ya era tarde. 

Blue se había ido.

 

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Si os lo preguntáis: Sí, Seven sobrevive. 



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En el texto hay: drama, odio, finales

Editado: 14.03.2021

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