El descubrimiento

Con el teléfono desbloqueado en sus hábiles manos, Lika comienza a revisar el dispositivo con la precisión de una cirujana digital. El ambiente de la sala está cargado de tensión, el aire pesado por las expectativas y la aprensión. La luz que entra por la ventana proyecta sombras alargadas en las paredes, creando una atmósfera casi cinematográfica para el drama que está a punto de desarrollarse.

Los rayos de sol se filtran por las cortinas de seda verde musgo, tiñendo el ambiente con un tono dorado melancólico. El aroma del vino tinto aún permanece en el aire, mezclándose con el perfume floral del ramo misterioso que ahora reposa, olvidado, sobre la mesa de centro.

"Vamos a empezar por lo obvio," murmura Lika, mientras sus dedos se deslizan por la pantalla con familiaridad. El brillo azulado del celular se refleja en sus concentrados ojos verdes, mientras navega entre mensajes y aplicaciones. "WhatsApp, Instagram, correos... tiene que haber algo aquí."

Júnior se acerca al sofá, apoyándose en el respaldo. Su cuerpo atlético proyecta una sombra sobre Lika, mientras se inclina para tener una mejor visión de la pantalla. El excarterista, ahora consultor de seguridad informal del grupo, exhala un aire de experiencia cuando sugiere: "Los tipos más listos siempre usan aplicaciones secundarias, de esas que parecen otra cosa. Busca calculadoras o blocos de notas sospechosos."

"¿Cómo sabes tanto sobre eso?" pregunto, arqueando una ceja.

Júnior se encoge de hombros, con una sonrisa pícara jugueteando en sus labios. "Digamos que he visto a mucha gente intentando esconder lo que no debe. Sobre todo cuando yo... bueno, ya sabes."

"¿Cuando eras un criminal profesional?" completa Lika, sin apartar los ojos de la pantalla.

"Prefiero el término 'especialista en redistribución de bienes'", corrige él, haciendo comillas en el aire.

Incapaz de quedarme quieta, empiezo a recorrer la sala. Mis pasos son amortiguados por la alfombra mullida, pero cada vuelta que doy parece aumentar la ansiedad que carcome mi estómago.

"Espera," Lika se detiene de repente, con los ojos muy abiertos. "Miren esto."

Vuelvo rápidamente al sofá, prácticamente lanzándome a su lado. En la pantalla, una conversación aparentemente inocente con Rita comienza a revelar su verdadera naturaleza mientras Lika sigue desplazándose hacia arriba. Fotos íntimas, mensajes explícitos, encuentros concertados; todo está ahí, expuesto en píxeles acusadores.

"No..." la palabra escapa de mis labios como un suspiro dolorido. "Rita no... ¡ella es prácticamente su hermana!"

"Prácticamente no es lo mismo que ser," comenta Júnior secamente, su voz cargada de disgusto.

Lika sigue navegando por la conversación, cada nuevo mensaje revelando más detalles sórdidos del affair. "Mira la fecha," señala un mensaje específico. "Esto empezó hace tres meses, cuando ella volvió del viaje al extranjero."

La comprensión me golpea como un puñetazo en el estómago. Los recuerdos comienzan a encajar como piezas de un rompecabezas macabro. "Por eso empezó a aparecer más... siempre trayendo regalos, siempre queriendo salir con nosotros..." Mi voz falla, los recuerdos ahora manchados por la traición.

"¡Esa zorra!" exclama Lika, su indignación resonando en la sala. Se echa el cabello rojo hacia atrás, un gesto que siempre indica que está verdaderamente irritada. "Ella venía aquí, comía de nuestra comida, bebía de nuestro vino, y todo este tiempo..."

"Todo este tiempo se estaba acostando con mi novio," completo, la rabia empezando a reemplazar el shock inicial.

Júnior se dirige a la cocina, sus pasos decididos resonando en el piso de madera. Vuelve con una botella de agua y tres vasos. "Respira hondo, Nick. Pensemos en el próximo paso con calma."

"¿Calma?" me río amargamente, cogiendo la botella de sus manos con tanta fuerza que algunas gotas se escapan. "Les voy a mostrar lo que es calma. Esa desgraciada va a aprender que cometió un error muy grande al joder conmigo."

Lika bloquea el celular y lo deja sobre la mesa de centro, el aparato pareciendo una bomba a punto de estallar. "¿Qué quieres hacer?" pregunta, su tono serio indicando que está lista para apoyar cualquier decisión mía.

Me levanto de nuevo, esta vez con propósito. Mis manos tiemblan levemente mientras cojo mi bolso, pero mi voz sale firme: "Primero, voy a visitar a la querida Rita. Después, me ocuparé del traidor."

"Yo conduzco," se ofrece Lika inmediatamente, cogiendo sus llaves. El sonido metálico resuena en la sala como un presagio de lo que está por venir.

Júnior nos observa por un momento, su rostro expresando una mezcla de preocupación y diversión. "Recuerden, chicas: la violencia no resuelve nada," hace una pausa dramática, rascándose la barbilla pensativamente, "pero a veces alivia. Y yo me despido aquí, porque no podemos estar en la misma celda. No tiene sentido que yo participe de lo que, bueno, de lo que sea que estén planeando."

Se dirige a la puerta, pero se detiene antes de salir. "Ah, ¿y Nick?" espera hasta que me giro para mirarlo. "Que valga la pena. Nadie se mete con mis amigas y sale ileso."

El sonido de la puerta cerrándose tras de él resuena en la sala como el final de un acto y el inicio de otro. Es entonces cuando Lika mira su reflejo en el espejo de la sala y hace una mueca ante su pijama de unicornios asesinos.

"No puedo salir así," declara, analizando su reflejo críticamente. "Si vamos a destruir a esa zorra, tenemos que hacerlo con estilo."

Miro mi propio reflejo: aún vestida con el uniforme azul arrugado del hospital, el pelo recogido en un moño mal hecho de 48 horas de turno, ojeras profundas que ni el corrector logró disimular. "¿Y yo? ¿Voy así?"

Lika me analiza por un momento, su mirada clínica recorre mi figura exhausta. Se encoge de hombros con una sonrisa maliciosa. "Tú no necesitas arreglarte. En realidad, estás perfecta; le va a mostrar exactamente lo que estabas haciendo mientras ella se divertía con tu novio. Además, vas a terminar despeinada de todos modos cuando le arranques el pelo."