Todo Cambio

3

Daniel

 

Alejandro nos había avisado sobre un contrato con una gran empresa de prestigio y hoy tenías que firmarlo. Nos comentó que hay que trabajar con la súper modelo Peyton Preston, con la chica que me tome fotos para la revista Sport. Ellos nos consideraron los más sexys del año. En esa única ocasión solo hable con ella para saludarla y despedirme ya que estaba demasiada ocupada, ahora si podré conocerla. Me pregunto si tendrá novio. No lo creo, si no hubiera salido en la prensa rosa, y hasta ahora no hay noticias de ella. Tengo oportunidad con ella.

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que por no ser por el golpe en la cabeza de parte de Nord no me había dado cuenta que llegamos a la empresa.

–Chicos síganme –nos guio Alejandro cuando bajamos del coche y fuimos donde se suponía que era la recepción.

–Buenos días ¿En qué puedo ayudarle? –pregunto la secretaria al vernos llegar.

–Soy Alejandro Roubs, represente de la banda Dreams. Venimos a firmar el contrato que teníamos previsto –informo, ella asintió. Cogió el teléfono y llamo al que supuse que sería presidente de la empresa. Después de intercambiar algunas palabras, colgó y nos guio a una sala de reuniones.

–En un momento viene el Sr. Collins –aviso para después retirarse sin decir nada más. Al rato entro un hombre que parecía modelo de Calvin Clein.

Tenía pinta de ser todo un ligón, rodé los ojos. Creído

–Buenos días, soy Jake Collins vicepresidente Collins S.A –comenzó hablar –Por motivos de negocios el presidente se tuvo que ir a Milán. A nombre de él, ahora estoy a cargo de la empresa. ¿Alguna pregunta? –pregunto, todos nosotros negamos. Nos explicó de qué se trataba la reunión. Una vez terminada la explicación, comenzamos a firmar el contrato finalmente. –Chicos pueden venir estos días y conocer más las instalaciones. El lunes ya comenzamos todo, ya que el viernes regresa la Srta. Preston de su viaje. Que tenga buen día –dijo y se retiró luego de estrechar sus manos con nosotros. Después de que Collins se retirara nosotros también lo hicimos sin causar tanto alboroto para no alertar a nadie que estábamos aquí. No queríamos que nos acosaran los paparazzis.

– ¿Y ahora qué hacemos? –pregunte aburrido mientras salíamos de la empresa

–Bien chicos me voy. Ya saben, no lleguen tarde cuando les toque venir a trabajar en la empresa. Los estaré vigilando –advirtió Alejandro haciendo caso omiso a mi pregunta mientras se iba. Una vez que se marchó, se me ocurrió una idea.

Esboce una sonrisa maliciosa

–¿Chicos que tal si nos vamos a las carreras que hay en las noches? –sugerí emocionado. Hace un mes y medio había escuchado que se realizaban carreras de motos y de autos. No había ido porque casi no teníamos tiempo libre.

Todos asintieron, solo falta esperar que llegue la noche hasta mientras nos fuimos a comer. Llegamos al departamento que compartíamos todos y me tire a dormir. Casi no había podido dormir por los conciertos seguidos que teníamos que dar.

–Daniel levántate, vamos a las carreras –dijo Nord tirándome un vaso de agua fría mientras que Ben me miraba con una sonrisa de oreja a oreja

–Espérenme abajo mientras me arreglo –los eche de mi habitación. Me bañe y me cambie. Me puse los pitillos, una chamarra y mis botas negras –Ya estoy listo, vámonos –dije llamando la atención de ellos.

Todos nos fuimos me mi auto y llegamos a donde se realizaban las más increíbles carreras

–Estoy es una locura –dijimos en un insomnio, rompimos carcajadas. Me gire un poco y note a un viejo amigo entre la multitud. –Josh –salude llamándolo y al parecer se dio cuenta. Alzo una mano y se acercó a nosotros.

–Viejo, cuanto tiempo ¿Qué haces por estos rumbos? –pregunto haciendo nuestro saludo de hombres. Se presentó con todos mientras se burlaba de mí como años atrás. Bufe divertido

–Un poco de diversión no hace daño a nadie –dije riendo. El asintió de acuerdo conmigo.

–Pues amigo, si vienes a divertirte tienes que saber tres reglas de este lugar –dijo, todos lo miramos confundido

– ¿Cuáles son esas reglas? –pregunto Robert con cara de confusión

–La primera no se toca a su familia. Eso sería ya tener tu sentencia de muerte si te metes con ellos–dijo ladeando la cabeza serio

– ¿Familia de quién? –pregunto Nord




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