Todo Cambio

22

Tyler

 

Peyton no aparecía.

Llame a sus celulares y me salían apagados, pensé que llegaría en la madrugada como rara vez hacia cuando tiene unas mierdas con las mafias, pero nunca llegó. Ya eran la siete de la mañana y no llegaba. Todos la estuvimos buscando.

Joder esto no podía estar pasando

¿Dónde demonios estaba?

–Tranquilo ya aparecerá –dijo Carter tratándome de tranquilizar mientras me miraba que iba de un lado a otro.

–Juro que... –comencé hablar, pero no puede terminar de completar la frase porque una voz que conocía demasiado me interrumpió. Al fin pude respirar aliviado de que estuviera bien.

–Buenos días –saludo –Siento por no avisarles donde estaba, no tenía pila mi móvil –dijo tratándose de excusar Peyton entrando a la sala con Ryan. Eso fue demasiado extraño para nosotros que inmediatamente le mandamos una mirada asesina al susodicho que ni siquiera se inmuto. Solo nos ignoró caminado a lado de Peyton.

Que mierda hacia acá y peor ¿Porque llegaba con ella?

– ¿Que mierda hace el acá? –dijo Jayden entre dientes.

–Me quede a dormir en su casa –respondió simple. Cuando los demás iban a hablar todos de nuevo, ella negó con la cabeza frenándolos –Dormí toda la noche tranquila –y eso fue lo único que nos hiso quedar callados.

– ¿Segura dormiste bien? –pregunte para asegurarme que no había escuchado mal, asintió con una leve sonrisa.

Y yo no pude estar más feliz y al parecer no era el único ya que todos estaban con una sonrisa de oreja a oreja. Ryan nos miraba confundido.

–Ryan veo que al fin haces algo bueno que se te agradezca –dijo Connor burlándose de él. Este rodo los ojos cuando todos rompimos en carcajadas.

–Conmigo todo es mucho mejor –respondió el egocéntrico. Todos mis hermanos bufaron en un insomnio. Idiota.

–Ya hablando en enserio. Tú le vuelves hacer algunas de tus mierdas, te matamos de la peor forma que existe –dijo Bruno tranquilamente –Nos va importar mierda si el mismísimo infierno se desata por eso –todos asentimos confirmando todo lo que había dicho.

Ryan se quedó blanco como un papel. Estaba pálido, no se esperaba esto. Se aclaró la garganta.

–Eso no va hacer necesario –dijo seguro fingiendo tranquilidad.

Después de eso mis hermanos y yo le dimos un sermón por no avisarnos donde y con quien estaría. Mataríamos a todo y todos que le traten de hacer daño. Ella asintió para no enfadarnos, pero estábamos preocupados. Nos arreglamos para ir cada uno a la empresa. Le pregunte si iba a nuestra empresa, pero ella se negó.

Quería ir a la empresa de Ryan hacer su trabajo que lo había pospuesto por la pelea que habían tenido.

Ryan como ya estaba vestido con su típica vestimenta traje color negro, mi pequeña también fue hacerlo. Cuando ya estábamos todos listo para salir, no sin antes de haber desayunado. Nos despedimos de él y de mi princesa. Nos dirigimos a la empresa.

En el transcurso comentamos sobre como mi princesa había dormido tranquila. Nos sentíamos satisfechos de aquello. Saber que si puede tener días de calma sabiendo que las noches malas pueden desaparecer muy pronto.




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