Todo Cambio

30

Peyton

 

Después del regalo que le dimos Scott y yo a Bruno fuimos a dormir en mi habitación los tres. Claro, no sin antes dejar al perro con una manta para que no tenga frio. Era una ternura peluda.

En la mañana estábamos desayunando todos juntos, Tyler en la cabecera y yo en la otra. A mi derecha lo tenía a Bruno y a mi izquierda a Scott. Los demás estaban en el resto de las sillas.

–Chicos –dije llamando su atención, todos detuvieron su comida y me miraron –Como los dos ya son mayores de edad quisiera que también tomen mando en nuestra empresa –hable mirando a Bruno y Scott, ellos asintieron. Me dirigí a Tyler –Ya son mayores, no hay problema que ellos también tomen mando en lo de la empresa. –negó –Bien, miren –comencé a decir. –Yo les enseñado todo lo que se debe hacer y sé que sabrán actuar en cualquier circunstancia que se enfrenten –dije segura –Confió en que harán lo mejor para la empresa familiar–los miré firmemente. Ellos volvieron asintieron.

–Está bien. –dijo de acuerdo conmigo Tyler –Hoy mismo toman manejo de sus nuevos cargos –aseguró asintiendo.

El desayuno paso rápido y todos mis hermanos se fueron a la empresa. Podía ver un brillo en los ojos de Bruno y Scott, estaban emocionados. La mañana transcurrió normal. Me dirigí a la empresa de los Collins.

–Hola Lucí –saludé a la secretaria llegando hacia ella.

–Buenos días, señorita Peyton –respondió con una sonrisa.

Correspondí a su sonrisa y sin más me dirigí a las secciones de fotos que tenía hoy. Al parecer tenía que trabajar estas fotos con Jake. Después de cambiarme la ropa y ponerme ropa interior que usaría en la sesión de fotos. Eran de Calvin Clein. Poco después comenzó la sección

Fue una tarde muy estresada. En todo el día, no lo había visto a Ryan. Era muy raro diría yo que demasiado para ser sincera. En fin, ya era hora de salir cuando mi móvil comienza a sonar.

–Hola quie…–dije, pero al parecer no querían que termine de hablar. Me interrumpió.

–¿Peyton sabes dónde coños está metido Ryan? –gruño con mucha rabia. Mire con el ceño fruncido a mi móvil.

 

¿Dónde Estaba? No tenía ni la puta idea de donde mierda se había metido.

–No –conteste simple – No lo he visto en todo el día –dije tranquila. Se escuchó una maldición desde la otra línea.

–Hijo de puta –susurro muy bajo. Lo alcance a escuchar.

– ¿Qué pasa? –pregunte ceñuda.

–Pues... veras –dijo vacilante tratando de decirme algo

¿Qué pasaba?

–Habla –escupí, no respondió nada –Matt no lo voy a volver a repetir –dije entre dientes.

–Me acabo de encontrar en un bar a Ryan con una rubia en sus piernas y... –dijo rápidamente –Con tus hermanos acompañándolo –susurro quedadamente

Me quede en el silencio captando todo lo que había dicho. No de nuevo.

–Mándame la dirección –dije sin ninguna emoción en mi voz. Lo escuche tragar saliva

–Yo –respiro profundo – ya te lo mando –dijo no muy convencido. Colgué

Demonios




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