Todo comenzó con una solicitud de Amistad!!! (borrador)

Capítulo n°10: "Demasiado cerca".

Tian.

Romeo empezaba a aburrirme con su charla sobre mi hermana, por un lado, me siento más tranquilo al saber que se están conociendo, nunca creí que amaba ese patán que tenía por novio. Pero, por otro lado, todavía pienso en la obligación que me impuso "mi querido padre".

Desconecte de todo pensamiento que me ofuscaba al llegar a la discoteca, quiero permitirme disfrutar de esta noche con mis amigos. Bajando del auto Nicolás y Emanuel vienen caminando en dirección hacia nosotros. Hace tiempo que no los veía, los saludos con un abrazo, pero mi hermana no venía con ellos.

-Muchachos y mi hermana ¿Dónde la dejaron? – les preguntó buscándola con la mirada.

-Tranquilo – dice Nico apoyándose en mi hombro – la dejamos con su hermosa amiga.

Su risa picara elevando varias veces las cejas me causa mucha gracia. Los cuatros explotamos en carcajadas cómplices.

-Alguien se enamoró a primera vista ¿no? – Romeo quiere que confiese su amor por esa chica.

-Cupido lo flecho – me burlo de él.

-Para nada solo será una diversión de una noche – se excusa Nico.

Cuál de todas de las amigas de Be ¿será? Mi amigo y Nicolás se van a comprar unas bebidas para calentar la noche, según ellos. Yo converso con Selena, una amiga de la universidad, del trabajo y la estrella de la noche, "la amiga de Be".

-En serio, ¿Es bonita la amiga de mi hermana? - preguntó por simple curiosidad.

-Sí, aunque le tiene miedo a Nicolás. Ya sabes cómo es él, quiere comérsela solo con la mirada – la risa no tarda en llegar de nuevo.

-Me lo imagino – ellos vuelven con varias latas - ¿Cómo se llama la chica?

-Cómo no sabes, ¿quiénes son las amigas de tú hermana? – Nicolás habla con mucha sorpresa.

-Solo conozco a algunas – reímos fuerte – las que me interesan.

Romeo mueve la cabeza, Selena no dice nada solo se limita a seguirnos la corriente. El alcohol ya corre por nuestras venas así que nos vamos a buscar a las chicas, solo veo dos personas a la par de mi auto. Una mujer me agarra del brazo impidiendo que siga con los chicos.

Me creen si les digo ¿Que no sé quién es? No la recuerdo y ahora se le suma una más. Estoy en problemas, quiero salir huyendo, pero no quiero hacer el ridículo y las saludo con beso a ambas.

Son bonitas, aunque no me apetece ni tratar con ellas. Una tiene el cabello rubio, ojos cafés claros, piel blanca que parece papel y lleva puesto un vestido rosa que marca sus curvas mientras que el escote deja ver su busto bastante grande. La otra también es rubia, ojos verdes, piel morena clara con vestido corto negro mostrando sus largas piernas y me impresiona su altura.

- ¿Te acuerdas de mí? – me dice la rubia de rosa pasando su mano por el cuello de la camisa.

Ese gesto me molesta, ya entendí que se está ofreciendo, eso eleva mi ego por las nubes.

-Para ser sincero no me acuerdo – respondo con una sonrisa de medio lado.

-Bueno, eso lo podemos arreglar – intenta darme un beso y me alejo – en privado ¿quieres?

La otra chica tiene un vaso en la mano, pero no dice nada ni un movimiento hace, solo esboza una pequeña sonrisa elevando la ceja derecha.

Siento que alguien me observa por lo que giro y atrapo la mirada de una mujer clavada en mi nuca. Inmediatamente ella baja la mirada avergonzada por ser indiscreta. Aunque no pude reconocer su rostro es del grupo de amigos de Be. Después la veré para sacarme la duda de la misteriosa mujer que dejo encantado a todos.

-Hoy no, será en otra ocasión. Con su permiso señoritas.

Dando media vuelta muevo mis hábiles pies a la entrada porque los chicos ya me esperan para divertirnos.

- ¡Tú sí que sabes tener a tus pies mujeres bellas! – exclama Nico haciéndonos reír a todos.

No digo nada, y pasamos bajo la atenta mirada de los guardias de seguridad, antes de buscar nuestro lugar reservado, en el pequeño vestíbulo una mujer nos hace entrega de las pulseras para el sector "VIP". Luego seguimos las escaleras hacia la planta alta y puedo ver a dos mujeres sentadas en la mesa diez, es la que reservamos.

Esta chica me quiere dar un infarto por cómo va vestida, hasta ahora me doy cuenta que es Martina. Llegamos a la mesa viendo cómo se tensa, la mirada de Nicolás la pone incomoda, nerviosa, hasta tal vez le da un poco de miedo. Él no disimula, la quiere comer con solo verla y con ese vestido quien no quisiera comérsela. Pedimos una ronda de brandy al barman, ella se niega a tomar. Be la ha dejado sola, se fue con Romeo a bailar. Él no desaprovecha ninguna oportunidad para cortejarla.

Sus ojos van y vienen a todos lados, presiento que se quiere ir, pero sus nervios no la dejan tomar una decisión. Emanuel y Nicolás van a saludar a otros chicos a dos mesas de la nuestra. Ella sigue sin bajar la guardia incluso ni me mira.

Difícil descifrarla, está perdida en sus pensamientos. ¿En qué será que piensa? Me pregunto a mí mismo. Si las miradas le molestan porque se vistió así, debe sentirse cómoda con su elección.

Aún no se ha dado cuenta que estamos los dos solos, se pasa las manos por la cara mordiese el labio. Entonces fija sus pupilas en mí, automáticamente se pone como un tomate. Eso me hace sonreír causando un desorden en su interior, sus dedos tiemblan.

- ¿Por qué tan nerviosa? – apoya sus codos en la mesa elevando la mitad de sus brazos hacia arriba evitando que la vea.

No sé si hago bien, pero me levanto sentándome a su lado. Es algo que la sorprende abriendo bien grandes sus bellos ojos. Le destapo la cara porque intenta cubrirse más. Queda arrinconada entre mi cuerpo y la mesa, no tiene escapatoria ni siquiera puede huir. Puede entrar en pánico, pero tomo el riesgo.

Quiero que se sienta bien, cómoda y disfrute, no hay nada de malo en eso.

Las profundidades de sus iris son hermosas, su cuerpo emana miedo con solo rozar su piel y vergüenza a la vez. Quiere esconderse, quizás huir, pero no tengo intención de lastimarla.




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