Todo comenzó con una solicitud de Amistad!!! (borrador)

Capítulo n°21: "Sospechas".

Tian.

No puedo negarme a remplazar a mi amigo Cesar porque ha sido una de las personas que me ha ayudado cuando estudiaba mi carrera de abogado.

Pero no tengo otra opción, aunque eso implique tener que ver a Martina. El destino se empeña en juntarnos. Creo que a ella no le va agradar mi presencia dentro de ese lugar. Corregir exámenes y dar trabajos prácticos no es lo mío.

Quisiera tener una excusa válida para decirle, sin embrago, quiero verla solo un momento.

¡Estás loco Tian!

Dime algo que no sepa. Su confusión va a aumentar al verme allí, pensara que no la quiero dejar en paz y que estoy jugando con sus sentimientos. Tampoco le he dicho nada a Be por precaución.

Desayuno rápidamente para salir porque se me hace tarde, agarro los libros que me trajo Cesar también las llaves del coche. Me encanta el silencio en la mañana, eso se va a acabar cuando tenga que lidiar con jóvenes bulliciosos.

Saludo al guardia en el garaje subiéndome en mi auto, colocó los libros en el asiento del acompañante y enciendo el motor dando marcha atrás. Me pongo los lentes de sol deteniéndome en la entrada para entrar al tedioso tráfico de la ciudad.

Aunque debo admitir que tengo miedo por su reacción al verme en el lugar de su profesor. Silbando y tarareando una canción llego a la universidad. Aparco en el sector de profesores, eso me lo indico mi amigo, tomando mis cosas voy a la dirección para presentarme como el nuevo profesor.

Algunos segundos me demoro haciendo el papeleo, firmo varios documentos frente a los ojos de una mujer que no para de mover sus pestañas y sonreírme descaradamente. Abatido avanzo por los pasillos al salón número tres cuando el timbre suena anunciado que ya es hora de iniciar las clases.

Las miradas al pasar se clavan en mi persona, no sé qué tanto miran, si soy una persona de carne y huesos. Ingreso al salón, todos se quedan callados, pero al fondo una persona acostada en el pupitre me llama la atención.

-Señorita – viéndola más de cerca detecto que es ella – ya no es hora de dormir.

Va a ser divertido tenerla en clases con lo obstinada que es no me la va a ser fácil. Ayer probaba el rico sabor de sus labios, hoy estamos en bandos completamente diferente.

-Discúlpeme profesor – se pone recta y su aspecto no es nada bueno, no entiendo porque lleva lentes. Su pelo totalmente desarreglado me impresiona.

Tú eres el culpable de sus noches de insomnio Tian.

Mi voz interior tiene razón, aunque lo evite no acercarme a ella, el destino nos coloca en esa situación sin tener escapatoria.

Vuelvo al frente de la pizarra para presentarme como corresponde, no puedo saber cuál es su expresión por las gafas que lleva puesta. Sus compañeras me coquetean, pero no le doy importancia.

Porque es ella la dueña de tú corazón. Ya admítelo.

Esa voz no va a dejarme en paz justo ahora viene a perturbarme cuando no se ni que pensar. Seguro no durmió por lo que paso anoche, puedo decir que me arrepiento, aunque no es así. Mi corazón saltaba de alegría al sentir su boca en la mía también tengo la sospecha que ella es la misteriosa "Púrpura".

Be se hace la tonta, no quiere delatar a su amiga. Por un momento me distraigo pensando en Martina, pero vuelvo a la realidad cuando la alumna empieza a leer el artículo de un importante caso que defendió el abogado Tom Scott.

De reojo veo que ese joven, creo que se llama Lucas, conversa en voz baja con Martina. Parece totalmente en otra galaxia, perdida y sin energías, todos anotan en sus cuadernos lo más importante de la clase, menos ella. Creo que dibuja mirándome, pero no estoy seguro.

Otra vez voy a su lugar, los demás se giran prestando atención a mis movimientos. Sonríe moviendo el lápiz en ambas direcciones.

-Se puede saber ¿de qué se ríe? – se detiene cerrando su carpeta.

-De mi dibujo – creo que está enojada y molesta por su tono de voz - ¿Cuál es el problema? – todos ríen a mi alrededor.

-Ninguno, pero esta es una clase para aprender no para dibujar – la regaño como si yo fuera el dueño de la materia – Si le parce aburrida mi clase se puede ir.

-Realmente su clase es aburrida – objeta, toma sus cosas y los demás dicen oooohhh – no se preocupe ya me voy.

Esta empieza a irritarme, tener que lidiar con personas como ella, la diferencia es que nos conocemos y nuestra relación es algo tensa.

¿Algo tensa?, creo que tú eres el terco por no amarla como quieres.

No es el momento para discutir con mi conciencia, continúo dando la clase pensando a donde se fue. Nunca la vi tan molesta, el termino seria que esta dolida. Debe creer que esto es un juego para mí cuando no lo es en absoluto.

Para terminar, hago entrega de un trabajo práctico que dejo Cesar, le di un vistazo y es muy difícil de resolver. El cerebro de cada uno de estos alumnos va a trabajar muchísimo.

Observo el lugar buscando a la única persona que me interesa, pero no la encuentro. Ya es hora de irme, sin embargo, espero en el patio por las dudas la vea. Una profesora llega hasta mi interrogándome con su cuestionario, yo solo estoy pendiente de si ella sale o no.

Sus preguntas comienzan a irritarme cuando la veo, ella quiere huir de mí, pero logro seguirle el paso. Aunque realmente no sé qué hago porque ella no quiere hablar conmigo.

Para que va a hablar si tú eres él que no sabe lo que quieres.

Otra vez esa maldita voz. Corro detrás de ella hasta que se detiene.

- ¡Martina! – grito.

-Ahora ¿qué quieres? – no se detiene.

-Puedes detenerte un momento – lo hace con actitud desafiante -. Gracias.

-Ya dime que es lo que quieres porque el autobús no tarda en llegar.

Le pido a su amigo que nos deje solos, cosa que hace perdiéndose detrás de las rejas negras del portón. Obviamente, la regaño por su actitud de niña, pero se defiende echándome en cara que no soy su madre. Y vuelve a caminar corriendo.




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