Todo comenzó con una solicitud de Amistad!!! (borrador)

Capítulo n°23: "Una visita inesperada".

Martina.

Conforme van pasando los días, mi preocupación aumenta, me siento totalmente inútil estando a la distancia. Mamá llama cada vez que puede para darnos noticias de la abuela. No hay ningún cambio, sigue en el mismo estado.

Con mucho pesar en mi corazón salgo despejando las sábanas del cuerpo. Suspirando voy al baño, Lucia salió a trabajar así que soy la encargada de cuidar a Santino hasta que regrese.

Lavo mis dientes, cara y regreso a cambiarme de ropa, también peino el cabello bastante enredado. Debo apurarme a preparar el desayuno antes que Santi se levante. Rápidamente bajo las escaleras, abro las ventanas para que, entre luz a la casa, luego sigo a la cocina.

Reviso la nevera buscando las cosas que necesito. Frutas, leche y pan. Para mi hago un café para ver si así me despabilo. Haces días que no voy a la universidad, pero al trabajo voy por obligación.

El cumpleaños de Be ya está a la vuelta de la esquina, y eso no deja de rondar en mi cabeza. Temo fallarme a mi amiga, aunque ella va a entender mi situación.

Los pasos de Santino me sacan de mi ensimismamiento. Se para en la puerta refregándose sus ojos y bostezando.

-Pequeño – sirvo la chocolatada en su vaso del hombre araña – ya casi está listo el desayuno.

-Gracias tía.

-Ve a la mesa – acomodo todo en una charola para llevarlo al comedor – Ahora voy.

La casa es un silencio total pareciera que no hay nadie, extraño a mis padres. Nunca estuvimos tanto tiempo separados, rezo cada noche para que mi abuelita se mejore y ellos puedan volver.

Santi me ayuda a poner todo sobre la mesa, bebe de su vaso y come la tostada que le hice. Mi panza ruge del hambre, anoche me fui a dormir sin comer, la verdad no tenía ganas. Siempre cruza por mi cabeza la idea de la muerte, inmediatamente despejo esas ideas raras.

Suena el timbre preguntándome mentalmente quien será, dejo el pan a medio comer yendo a abrir la puerta. Es sumamente raro porque no esperamos a nadie, ojalá no sea otra mala noticia. No he visto a Be hace días solo nos comunicamos por mensajes, es la única que puede venir a estas horas de la mañana.

Su visita es la que menos esperaba, casi me ahogo con el pedazo de pan que intentaba tragar al ver su rostro.

- ¿Qué haces aquí? – una sonrisa se forma en su cara.

-Buenos días Martina – no sé qué pensar por su osadía a venir hasta acá - ¿Cómo estás?

-Buenos días – reacciono porque creo que estoy siendo un poco descortés – Bien, pero porque estás aquí. ¿Paso algo con Be?

-No pasa nada con ella – siento alivio – solo quería saber si necesitas algo. ¿Puedo pasar?

Déjalo pasar o vas a quedarte viendo su boca.

Lo único que me faltaba que tú me des consejos, peleo conmigo misma. Seguramente Be le conto todo lo que pasa con mi abuela, pero ya no quiero que me siga confundiendo. Santino llega sonriéndole a Tian.

-Hola – dice Santi su voz aún es soñolienta - ¿Cómo te llamas?

-Hola pequeño. Me llamo Tian – él se arrodilla para quedar a su altura.

- ¿Eres el novio de mi tía? – mi cara es roja porque Santino hace preguntas que no esperaba.

-No, soy un amigo – le toca su nariz – ¿Me dejas pasar?

-Claro, pasa.

Yo quede fuera de conversación, por lo tanto, lo veo entrar y Santi lo lleva de la mano ubicándolo en la punta de la mesa. Siento frío en la planta de mis pies, miró hacia abajo recordando que estoy descalza. Vuelvo a mi lugar, sirvo café para mí y a Tian, que no quita su mirada de cada movimiento que doy.

-Y ¿Cómo se encuentra tu abuela? – en serio le interesa saber. Yo creo que no solo lo hace para entrar en conversación.

-Sigue igual, no hay cambios – digo sin mirarlo a los ojos.

-Espero que pronto se mejore – lleva su taza a la boca - ¿Por qué no has ido a la universidad? Puedo entender que es un momento difícil, pero no debes perder las clases.

-No tenía ganas de ir – no sé qué es lo que más me molesta de él – además a ti no te incumbe.

- ¡Que humor! – exclama cruzándose de brazos, por suerte Santino está muy entretenido en su videojuego que no presta atención a nuestra conversación – Solo vine porque Be me lo pidió, no era mi intención incomodarte.

-Ya te puedes ir – junto las cosas vacías volviendo a la cocina.

¿Be porque lo tenías que hacer? Odio cuando él me hace sentir mal con sus palabras, las lágrimas no tardan en llegar porque duele que me trate así en este momento, en el que una de las personas más importante de mi vida se encuentra muy mal.

Seco con mis manos la cara, giro para regresar a recoger lo que deje en la mesa y una figura llega antes de que pueda decir algo. Me arrincona entre su pecho y la encimera, lo empujo un poco para que el aire no me falte, sin embargo, él tiene mucha fuerza que agarra mis manos.

- ¿Qué haces? Te pedí que te fueras – su boca y nariz están muy cerca.

-Solo te diré algo – me suelta apoyando sus manos sobre la mesada – Lo siento por ser tan bruto, aunque quiera alejarme de ti – no puedo sostener su mirada vidriosa – no puedo. Siempre pasa algo que me trae a ti, no quiero dejarte sola y te pido un poco de tiempo para aclarar mis dudas.

- ¿A qué te refieres? – siento que me voy a desmayar – Tú dijiste que no quieres nada conmigo.

-Sí, recuerdo lo que te dije, pero – acaricia mi nariz bajando a mi mejilla – Lo sabrás en su momento.

-Ahora estoy más perdida que... – estampa su boca en la mía sin dejar que termine de hablar – Por favor ya deja de torturarme así – pego mi frente en la suya.

-Es que no lo puedo evitar – Santino nos interrumpe separándonos abruptamente.

-Tian – sus ojos curiosos se mueven de mi hacia Tian – ¿Vienes a jugar conmigo? – y se lo lleva sin que le dé una respuesta.

Lo amamos tanto que podría jurar que él también se enamoró de nosotras.

Ya, por favor no des tantas ideas absurdas que luego me hago ilusiones falsas. Continúo lavando los trates sucios, las carcajadas de los dos se oyen hasta la cocina, seco mis manos para ir a verlos. Con la escena que me encuentro es súper tierna, Tian lo tiene en sus piernas haciéndole cosquillas. Despeina su pelo y no puede parar de reír.




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