Todo comenzó con una solicitud de Amistad!!! (borrador)

Capítulo n°25: "¿Qué cambio?"

Martina.

Después de la visita de mis amigos, mi ánimo mejoró un montón y más al saber que mi abuela empieza a mejorar.

También me reintegre a clases, pero costo muchísimo ponerme al corriente porque era bastantes trabajos que resolver, Lucas fue de gran ayuda.

Tian se ha comportado de una manera muy diferente, ni siquiera me mira. Sé que está preocupado por la separación de sus padres, Be me lo dijo, aunque eso no justifica su trato mucho menos al decirme tantas cosas que ya no le encuentro sentidos para mí.

Su actitud es fría solo lo veo en la universidad, pero evita tener contacto visual, ni la palabra me dirige. Son hechos que confunden por completo a un torpe corazón enamorado.

Con los audífonos en mis oídos, el autobús avanza por la ciudad depositándome frente al enorme edificio, al descender Lucas se encuentra esperándome apoyado en el portón llevando puesto unas gafas de sol y bostezando, parece una persona sin ganas. Creo que es muy temprano para usarlas.

-Buenos días Lucas – beso su mejilla, aunque no lo encuentro en su mejor día.

-Buenos días – su voz apagada dice que algo paso – no me mires de esa forma. Hoy no hay ganas de nada.

- ¿Por qué lo dices? – preguntó avanzando hacia dentro.

-Porque no pude pegar un ojo en toda la noche. El imbécil de mi hermano no me dejo dormir – se oye muy molesto. Además, no sabía que tuviera hermanos.

- ¿Tienes hermanos? – no puedo quedarme con la curiosidad.

-Solo uno y es un patán de lo peor – ahora caminamos por el pasillo – pensaba que él no vendría con nosotros, según mamá está de vacaciones.

- ¿Cómo se llama? – sigo con mi interrogatorio espero que no se moleste.

-Nicolás – se calla al ingresar al salón de clases – es dos años mayor que yo, pero él vivía aquí desde hace tiempo con sus amigos, ahora debo soportarlo en la casa de mi abuela.

- ¿Por qué se llevan tan mal? – pone su mochila arriba del pupitre colocando su cabeza encima de ella.

-No lo entenderías – cierra sus ojos – si viene el profesor despiertamente.

Ni lo ruidos que hacen el resto de compañeros lo despierta. Definitivamente no tuvo una buena noche, el no dormir bien te pone insoportable e irritado.

El móvil comienza a sonar, lo saco de la mochila y al desbloquear la pantalla me encuentro con el nombre de Be. Salgo al pasillo para hablarle con tranquilidad.

-Be ¿Cómo has estado? – se escuchan unos ladridos al otro lado.

-Bien supongo – su voz triste me angustia un poco – Tú ¿has ido a la universidad?

-Sí estoy esperando que el profesor venga a darnos clases, pero cuéntame ¿ya arreglaron las cosas con tu padre?

-No, nos hace las cosas difíciles con decirte que no le quiere dar nada a mamá – creo que va a llorar – nunca creí que papá fuera tan cruel.

-Yo tampoco – se sorbe la nariz – se veía un hombre bastante recto.

-Las apariencias engañan Martina – ya me di cuenta – después de clases ¿vienes para que charlemos un rato? Si no me volveré loca estando encerrada en esta casa.

-Claro que sí. Y ¿Tian como ha estado? – muerdo mis uñas para oír la repuesta.

-Muy furioso tuvimos que detenerlo varias veces para que no vaya a golpear a papá, aunque se lo merece. Mamá ya no quiere que él tenga problemas por su culpa.

-Imagino que no debe ser nada fácil para él – giro el cuello al sentir el carraspeo de alguien – Be te dejo porque el profe ya está en la puerta.

Tian lleva gafas negras por lo que no veo su expresión ni sonríe. Guardo el celular en mi pantalón y entro de inmediato para despertar a Lucas.

Debo zamarrearlo para que despierte, las miradas curiosas se clavan en nosotros, "el profesor Tian" comienza la clase sin quitarse sus anteojos. Apunto lo que me parece importante del tema, la clase no se extiende por mucho tiempo porque él se retira antes del timbre sin decir nada al respeto.

Lucas y yo guardamos nuestras cosas en las mochilas para ir seguro a la cafetería.

-Vamos por un café – no es una pregunta es una invitación de que iremos por uno.

-Sí claro.

-Tú príncipe azul luce molesto hasta me animaría a decir que se encuentra triste, deprimido y necesita consuelo de alguien ¿no lo crees?

-Tienen problemas con sus padres por eso se comporta de esa manera.

-Eso no es justificable para que no te hable – elevo una ceja de "cómo te diste cuenta" - ¿Qué? Creíste que no te vi esperando que por lo menos te dijera "hola".

-Sabes leer muy bien mis pensamientos – tomo la mochila yendo a la cafetería.

-Claro somos amigos – da un suave golpe en mi hombro – Lo que no entiendo es porque insiste en declararte su amor si después ni te saluda.

-Él nunca me declaro su amor – ¿o sí? Nunca se refirió al amor como dice Lucas – Yo también estoy confundida porque no comprendo cuál es su molestia conmigo.

-Dale tiempo seguramente está atravesado como puede la situación de sus padres – agarro su brazo ingresando al lugar.

En el recreo se suele juntar muchos estudiantes a desayunar, por lo que es imposible encontrar un lugar donde sentarse, hay mucho bullicio como un enjambre de abejas. Lucas no soporta el dolor de cabeza poniéndose los audífonos para no gritarles en la cara que se callen.

Bebemos el café en silencio porque no se puede hablar en estas condiciones. Salimos de la cafetería sintiéndome un poco aturdida. Lucas no para de maldecirlos por comportarse como niños de secundaria.

- ¡Que rayos le sucedes son niños de jardín de infantes o que! – exclama demasiado apresurado a la parada del autobús.

-Lucas – debo correr para alcanzarlo – Espérame.

-Lo siento – se detiene, pero presiento que su molestia no es solo por los gritos o por las horas sin dormir, hay algo más que esta omitiendo – No me había dado cuenta que caminaba muy rápido.

-Voy a ir a casa de Be ¿quieres ir?

-Sí con tal de no estar en casa mientras el patán de mi hermano se encuentra allí.




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