Martina.
Ya es viernes, no hemos juntado en mi casa para organizar el cumpleaños de Be. Lucas, Romeo también Lucia, mis padres no sé cuándo vayan a regresar.
Es un alivio saber que la abuela se encuentra mucho mejor, ya le dieron el alta médica, pero ellos decidieron quedarse por precaución.
Haremos una fiesta sorpresa, pensé que ya no era viable realizarla por el divorcio de sus padres, aunque lo vamos hacer para levantarle el ánimo ya que todos lo necesitamos.
Tian no volvió a aparecerse por aquí, tampoco nos vimos en la universidad. Be no dice nada al respeto porque sabe que oír hablar de él me duele. Alguna vez creí que sería diferente nuestro trato desde su visita en mi casa, sin embargo, todo fue peor.
Santino siempre es un niño alegre tanto que nos hace reír con sus ocurrencias. Ya tenemos listo los adornos, el pastel, la música y la comida. Solo será una celebración pequeña en la casa de Romeo. No queremos provocar la ira de nadie así que preferimos algo sencillo, pero en la cual ella se sienta contenta, amada y feliz.
Lucas será el encargado de pasar música ósea el DJ, Romeo deberá entretener a Be y yo con Lucia ornamentaremos el lugar. Espero que Toqui no destroce nada.
-Podemos tomar un descanso – reclama Lucas cortando unas letras para el cartel – Tengo hambre ¿Qué hay para almorzar?
-Yo también quiero comer – Santi desde el sillón se une al pedido de mi amigo.
-Voy a preparar algo rápido para que continuemos con los preparativos ¿sí?
-Sí – dicen los dos y Lucia se pierde en la cocina.
-Bueno tengo que ir a casa de mi suegra por Be – Romeo se levanta para retirarse – después regreso. Adiós.
-Adiós – le contentamos con Lucas.
Saluda con la mano a Santino y sale por la puerta. Lucas se mordía la lengua para no criticar a su amigo porque al final armo tanto teatro para huir por no tomar una decisión. Be evita hablar o defenderlo delante de nosotros, aunque yo no digo nada en cambio Lucas no tiene ningún remordimiento al decirlo.
Ella se siente sofocada con tantos problemas que se estresa buscando solución cuando no tiene nada que ver. Su hermano también pasa por momentos difíciles, sé que no tiene justificación su ignorancia o actitud, quizás sea mejor olvidarme de él.
-Puedes llevar a tú hermano Lucas, si quieres – no levanta su mirada sigue concentrado cortando la letra B – no te vayas a enojar ¿no?
-Claro que me enojo – ríe de costado – Eso, si ni te acerques a él porque es un patán peor que Tian. Solamente usa a las mujeres por placer sexual, luego las pobres van por ahí toda destrozadas queriendo morir por el imbécil.
-Ni en sueños, es decir, es lo que menos quiero en estos momentos. Enamorarme de otro que no sabe lo que quiere.
-Eso pensé Martu – aprieta mi cachete sonriendo con los dientes apretados – Ahora ¿cómo haremos para ocultarle la fiesta a Be? ¿su hermano estará presente?
-Ojalá no. Y Romeo es el encargado de distraer a Be hasta que organicemos todo.
-Espero que no sea terca y no quiera salir de la casa porque nos arruinaría la sorpresa.
-Tienes razón cuando se pone en ese plan no hay nadie que la saque – Lucia viene con una charola de sándwich y una jarra de jugo de naranja, deja todo en la mesa y Lucas se relame los labios.
-Ya era hora – el Lucas sin filtro no le agrada a mi hermana porque ella le blanquea los ojos – Parecen súper deliciosos.
-Ya comételo de una vez antes de que te golpe por lo que dijiste – si mi amigo quiere guerra la tendrá, mi hermana no es tan fácil de asustarla o esquivarla cuando quiere decir algo, lo dice sin dar vueltas.
-Está bien – Lu se rinde de dar una batalla - ¡Te quedaron riquísimos! – elogia su comida y lo saborea en el paladar.
-Santi ven a comer – lo llamo porque no se va a despegar de la televisión – Apúrate que Lucas no te va a dejar nada.
-Ya voy – contesta de mala forma.
- ¡SANTINO! – Lucia alza la voz fulminándolo con la mirada.
El niño arrastra la silla del comedor hasta la mesa de la sala muy enojado. Mi hermana lo reprende por su actitud, pero él empeora cruzándose de brazos y haciendo puchero decide no comer hasta que se le pasa volviendo a ser amable como lo es siempre.
El timbre suena, los tres nos miramos ya que no esperamos a nadie. Yo y Lucas se apresuramos a guardar las cosas por las dudas sea Be, Lucia va a abrir la puerta.
- ¿Si? ¿a quién busca? – oigo desde la cocina que pregunta Lucia a alguien, frunzo el ceño porque al parecer no es Be.
- ¿Crees que sea ella? – indaga Lucas sentado en la encimera con una manzana a punto de morder.
-No lo creo. La conoces ya hubiera entrado dando gritos y besos por todas partes.
-Cierto. Entonces estamos salvados – dice balanceando sus pies al aire.
-Martina te buscan a ti – llega Lucia con cara de espanto y yo hago gestos con la boca por la sorpresa.
- ¿Quién es? – antes de ir a la puerta interrogo de quien se trata – Si es Tian, dile que no estoy.
-No es él. Hay una mujer esperándote para hablar contigo, ni me dijo su nombre solo pregunto por ti. Así que ve porque la voy a echar a patas por su forma de mirarme.
-Ahí voy – muerdo mis uñas al caminar hacia la puerta ¿Quién será? Es la único que ronda en mi mente.
Al girar la perilla para abrir la puerta, la mujer de pelo rubio con una trenza que cuelga por su espalda, cuerpo esbelto y las piernas descubiertas porque lleva short. Gira inmediatamente al verme salir afuera, no puedo ver sus ojos al llevar gafas de sol, pero tiene los pómulos bien definidos, nariz ancha y labios finitos.
- ¿Tú eres Martina Castillo? – sostiene en sus manos un enorme bolso a la altura de las rodillas.
-Sí y ¿tú? – se le forma una sonrisa mirándome de arriba hacia abajo - ¿Qué quieres conmigo?
-Hablar - ¿de qué? No estoy entendiendo su visita – Yo soy Emma Brown, la prometida de Tian Ceballos ¿lo conoces?