Be.
La pelea de mis padres fue tal que Tian decido irse unos días a España para repensar las cosas. O mejor dicho aclarar sus dudas.
No puedo creer que haya sido tan idiota con Martina. Ella lo único que ha hecho es amarlo en secreto esperando una oportunidad o que él se dé cuenta de sus sentimientos, pero sucedió todo lo contrario.
Pensó que huir fue la mejor forma de escapar a lo que no quiere admitir. Lo comprendo solo que hubiera preferido no tener que mentirle a mi amiga. Él necesita tiempo para desistir de esa absurda idea de casarse con Emma.
Emma es una mujer bellísima, aunque estos últimos días la empecé a aborrecer porque se las ingenió para confabular con mi padre en contra de Tian. Ojalá hubiera sido honesta desde el principio, mi hermano no estaría tan triste y alejado de la persona que quiere.
Solo manda mensajes para saber de mamá, me muerdo la lengua para no hacer alguna pregunta incomoda cuando llama.
Recargo todo el cuerpo en el respaldo de la silla donde llevo horas intentando terminar un trabajo de la universidad. Seguramente Martina y Lucas ya habrán terminado con el suyo, no quise ir a su casa porque tengo pereza de salir de la cama, sin embargo, tuve que sentarme frente al escritorio a realizarlo.
Romeo tampoco aparece hace rato salió, dijo que no se tardaba, pero hasta el momento no llego.
Falta solo un día para mi cumple, aunque no tengo muchas ganas de celebrarlo ya que Tian no está, y bueno, mis padres están separados.
Papá ni siquiera llama para saber si estoy bien o no, debe estar enojado porque tome partido por mi madre. Y siendo sincera tampoco me importa, su desprecio hacia a mí siempre lo hizo saber, siempre tenía algo que criticar y yo buscaba la manera de agradarlo, pero nunca aprobaba mis logros.
Así fui creciendo y la verdad, me alegra que mamá no se quedara sumergida en una relación demasiado tóxica. Él nunca tuvo un detalle o un gesto cariñoso hacia nosotros, ni mucho menos con ella. Fue lo mejor separarse por lo menos ahora tiene la oportunidad de rehacer su vida antes de que sea tarde.
El chirrido de la puerta al cerrarse me saca de mis pensamientos, un Romeo bastante sonriente entra, no sé porque tengo la sensación de que algo esconde. Me da un casto beso sentándose al lado mío.
- ¿En dónde estabas? – enarco una ceja al interrogarlo.
-Fui a hablar con unos compañeros de trabajo – Romeo también es abogado y hace poco menos de un año que tiene su propio buffet - ¿Quieres hacerme un juicio por eso?
-Claro que no solo que me sentía aburrida estando sola. Toqui tampoco ha venido por su cena – sonríe guiñándome un ojo volviese a parar.
-Ya regreso voy a buscar a Toqui.
-Bien.
Cierro todos los libros llevándolos a mi habitación aun no lo termino, pero ya falta poco para hacerlo. Hace bastante calor así que pienso darme un baño antes de bajar.
El agua un poco fría me eriza la piel cuando unas gotas que caen tocan mi cuerpo. Rápidamente lavo mi pelo para luego enjuagarlo y salir. Colocó una toalla en mi cabeza, otra alrededor del cuerpo volviendo a la recamara para vestirme.
Seco el pelo, sentada en el borde de la cama, Romeo pasa con un Toqui bastante maltratado.
- ¿Qué le ocurrió? – lo miró con los ojos bien abiertos – Toqui que fue lo que hiciste – le acaricio su pelaje y él saca su lengua moviendo la cola.
-Aparentemente se escapó – con razón no lo vi – y quiso seducir a una perrita, el resto ya lo viste.
-Ya me di cuenta, pero no está lastimado ¿o sí? – Toqui se sube al sillón acezando.
-No, ya lo revisé no tiene ni un rasguño – se queda mirándonos acostado desde su lugar favorito – Hace calor así que me daré un baño, ya vengo.
Y se pierde en el baño, yo cambio la toalla por algo más cómodo, quiero acomodarme para dormir cuando alguien golpea en la puerta. Estaba a punto de cerrar los ojos, maldiciendo mentalmente salgo de la cama para abrir.
-Hola hermanita – el rostro de Tian luce alegre, tranquilo y sonríe cosa que no hacia hace mucho – ¿No me vas a dar un abrazo? – estoy petrificada que no sé si pegarle o abrazarlo.
- ¿Qué prefieres un puñetazo o un fuerte abrazo? – digo bromeando, su sonrisa se ensancha al oír mis palabras – Ya ven – lo apretó muy fuerte contra mi pecho. Es la mejor sorpresa que he recibido.
-Be creo que me aprietas demasiado vas a romper mis huesos – una sonrisa se forma en mis labios, separándome para que respire – Así es mucho mejor.
- ¿Dónde rayos te habías metido? – alguien está enojado. Giro para ver la cara de Romeo parado en el centro envuelto con una toalla de la cintura para abajo.
-Hola Romeo estoy bien ¿y tú? – habla con sarcasmo y una tenue sonrisa. Yo no sé qué posición adoptar, quiero reírme, aunque a Romeo eso no le agradaría para nada.
- ¿Ya aclaraste tus estúpidas ideas – pensé que estaba bromeando, ahora veo que no – o vas a seguir negándote a ti mismo lo que sientes? – pone sus manos en la cintura con una mirada profunda.
Tian se tensa porque no se imaginaba esa reacción de su parte. Puedo entender que está molesto por no decir nada, sin embargo, él solo quería comprender que sucedía en su interior. Romeo no lo ve de esa forma.
-Bueno yo los dejos para que hablen.
-Gracias Be – Tian me lo agradece con un beso en la mejilla.
Dando media vuelta desciendo por las escaleras yendo en pantuflas a la cocina, Toqui me acompaña.
-Tú tampoco querías presenciar esa pelea por eso viniste conmigo – le hablo revolviendo su pelo bastante sucio. Creo que necesita un baño urgente.
Lavo mis manos, Toqui se para en dos patas sobre la encimera sacando la lengua, está buscando su comida. Tira todo lo que tiene cerca al no ver su cena.
- ¡Ya basta Toqui! – lo regaño y él se va a echarse al rincón. Se tapa los ojos con las manos cuando se me caen unos platos por tratar de sacar los vasos -. ¡Que torpe soy!