Capítulo n°31: "Organización para la fiesta de Be".

Martina.

Después de la conversación con Tian en su casa sigo teniendo mis dudas. Me cuesta confiar en sus palabras también porque Be dijo mentiras para llevarme a esa casa.

Lucas paso por mi junto a su novio para que llevemos todo lo necesario para la fiesta de Be. Marcos maneja y yo voy en la parte de atrás, me siento incomoda romper su burbuja de amor.

Tian te pidió perdón, eso es un avance bastante bueno, ¿no lo crees?

Calladita te ves mejor. Peleo conmigo misma cuando falta poco para llegar. Espero no toparme con él porque no olvido de la invitación que le hizo a Purpura, ojalá se haya olvidado.

-Martina – interrumpe mis pensamientos Lucas – no me has contado que paso con tú amor inestable.

- ¿Amor inestable? – frunzo el ceño acercándome al espejo retrovisor para hacerle saber que no entiendo.

-Sí porque un día te quiere, al otro se va y regresa decidido a luchar por ti. Tiene sentido ¿verdad?

-No lo había pensado así – Marcos detiene el coche justo en frente del portón – aunque me dijo que se fue a resolver un asunto de su padre.

- ¿Cuál asunto? – Lucas es demasiado curioso.

-Ya déjala en paz, Lu – Marcos interviene a favor mío, pero no quiero causar una pelea entre ellos – Ya hemos llegado, alguno va a bajar ¿o no?

-Sí yo – desciendo antes de que Lucas explote en mi cara.

Toco el timbre, debo imaginar que Be no está ya que nos arruinaría la sorpresa, Romeo se la llevo de paseo, aunque conociendo a mi amiga debe haber aceptado refunfuñando.

El portón se abre cuando le explico a través del intercomunicador lo que venimos hacer y que estamos aquí por autorización de Romeo. Sin embargo, él dejo todo arreglado para que no haya problemas a la hora de presentarnos en su casa.

Vuelvo a subir al automóvil, Marcos estaciona un poco más delante de la puerta. El novio de Lucas abre la boca en sorpresa por la inmensidad del lugar. Bajamos y quien nos da la bienvenida es Toqui, al primero en lamer es a Marcos que se aleja buscando ayuda en su amado.

En cambio, yo lo abrazo, acaricio y tiro su pelota que trae, una que estaba tirada en el césped. Después se pierde, seguramente alguien lo encerró para que no moleste con nuestro trabajo.

Los chicos sacan del baúl las cosas para decorar en el jardín. Son más de las dos de la tarde, pero debemos apurarnos para que Be no sospeche. Quedamos en vernos al rato.

Llevamos las bolsas al jardín, sacamos las telas para ponerla en la pared también letras, globos y una foto de la cumpleañera. Lucas es el encargado de colocarlas porque él entiende mucho de decoración para eventos.

Al cabo de tres horas tenemos en todo listo y bellísimo. El resultado es mejor de lo que esperábamos. Prepararon un camino con flores rojas, las favoritas de Be y un arco de globos en rojo, blanco y negro. Todo lo que hicimos fue en esos colores porque nunca pudimos ponernos de acuerdo para elegir una temática, tampoco se lo íbamos a preguntar, ya que nos delataríamos.

Romeo se encargaría de la comida y bebidas, por lo que nosotros solo adornamos cuatro mesas, es lo que consideramos como suficiente.

Nos tomamos media hora para descansar y refrescarnos porque el calor es insoportable. Marcos y Lucas tienen una eterna pelea por los colores seleccionados, ni parecen que son una pareja por cómo se tratan.

-Yo creo que esos colores no le gustaran a Be – se cruza de brazos Marcos mientras Lucas frunce el ceño reboleando sus ojos.

-Ya lo veremos, amor mío – Lu le saca la lengua mofándose de él – Además, el rojo es el favorito de mi amiga.

-Pueden parar un momento – hablo porque con su peleíta me están estresando.

-Ok, princesa de Tian – lo fulmino con la mirada – Sí, sí no te enojes.

-Ya cállate ¿sí? – rodeo la silla para ir adentro.

- ¿A dónde vas? – pregunta cuando ya estoy lejos de su alcance.

Saco unos vasos de la alacena para colocarlos en la mesa. Siento la respiración de alguien cerca de mí al estirarme tomando los vasos. Su olor a menta mezclado con cigarrillo me da una idea de quién puede ser. Giro, temerosa de encontrarme con alguien que no sea él, pero siento mucho alivio al ver su rostro sonriendo.

-Tian – sostengo en cada mano un vaso - ¿te puedes quitar? Debo llevar los vasos a la mesa.

- ¿Por qué me da la sensación de que huyes? – apoya sus manos al lado de mi cintura en la encimera.

-No estoy huyendo solo... – tengo seca la garganta de los nervios y él frunce su entrecejo quitando su sonrisa para ponerse serio – que debemos terminar porque Be no tarda en llamarnos.

-Está bien, aunque no estoy por secuestrar – ¿porque su idea me asusta?

-Martina – Lucas nos interrumpe páranse en el medio del pasillo sin saber qué hacer. Tian retrocede con cara de fastidio.

- ¿Qué pasa, Lucas? – odio a Tian por avergonzarme frente a mi amigo porque debo estar roja como un mismo tomate. Aunque no es un secreto las ideas y vueltas que tenemos. Lo más preocupante es no saber qué sucederá si esa boda se realiza.

Tengo que hacerme a la idea que no será mío por más que él piense o planee lo contrario. El silencio entre los tres parece eterno.

-Be llamo para que vayamos a merendar con ella ¿Qué le digo? – miro a Lucas y Tian se pierde por la otra puerta.

-Sí ya termino de organizar las mesas y nos vamos ¿de acuerdo?

-Bien.

Lucas solamente sirve para meter la pata donde no lo llaman. Suspiro pensando que fue lo que quería Tian, me molesta mucho que siga jugando conmigo cuando ya tiene fecha para su casamiento.

Regreso llevando una bandeja con lo que vine a buscar. Antes de irnos revisamos que todo esté en orden, levanto mi mirada a una de las ventanas que da al jardín, en la segunda planta. Tian me observa, su mirada se cruza con la mía causando un revoleteó de mariposas dentro de mi estómago.

Su sonrisa aparece y también la mía. Marcos me jala del brazo como diciendo que ya es hora de irnos. Vuelvo mis ojos a Tian, pero ya se retiró de la ventana.