Capítulo n°38: "Dos días para la boda".

Emma.

He amado a Tian desde que lo conocí. Ósea desde niños, aunque él nunca me vio como una verdadera mujer sino una amiga que nunca le fallaba. ¿A quién no le ha pasado?

La típica: amar a tu mejor amigo. Sin embargo, conforme iba creciendo mi cariño por él aumentaba, pero ese chico no tenía ojos para mí. Solamente buscaba divertirse con alguna o varias, diría. Todo cambio cuando me fui a estudiar a Inglaterra, precisamente en Londres.

Mi padre siempre aceptaba cualquier capricho que quisiera. Y, e ir a estudiar a Londres para él era lo mejor. Nunca se negó a dejarme ir sola al otro lado del mundo. También lo hice para olvidarme de Tian, pero no funciono. Lo sigo amando como el primer día.

Después de tanto tiempo fuera para ser exactos, pasaron casi siete años y el amor que siento por ese hombre no se ha marchitado.

Sin embargo, las cosas no son como yo me las imaginaba. Él sigue siendo el soltero codiciado, pero hay un obstáculo. Una mujer que no tengo idea de donde salió, aunque tiene prácticamente en su bolsillo a Tian.

Por mucho que me pese no dejare que sea suyo. Él siempre me ha pertenecido y ahora no será la excepción. Ella no se quedará con lo que es mío por derecho.

No tuve otra manera de persuadir a mi padre para que presione al señor John, padre de Tian. Siempre consigo lo quiero y esa tal Martina, nunca lo tendrá.

Cueste lo que cueste será mío.

Para que seamos marido y mujer solo faltan dos días. Dos días y no lo puedo creer, estoy tan emociona que pondré todo de mi parte para enamorar a Tian.

La señora Isabella Oregón, mi madre no está de acuerdo en una boda tan precipitada, pero papá se encargará de convencerla. Ellos llegaran dentro de 24 horas.

Hoy es jueves, la ceremonia será el sábado al mediodía. Respete la decisión de Tian, mi futuro esposo, de hacer una recepción solamente para los más cercanos. Si fuera por mi hubiera invitado a todo el país.

Al llegar a la exclusiva boutique de Pamela Divas de Miranda, la diseñadora que contrate para realizar mi vestido, aparto un turno porque soy la hija de su mejor amiga. Su local se encuentra en la zona de Palermo Hollywood.

Desciendo del auto rápidamente, la asistente ya me está esperando para hacer la prueba definitiva del vestido. Elegí uno con corte sirena, encajé ambos lados y escote en la espalda concluyendo en hombros caídos.

Todavía no defino el peinado, pero hoy me ocupare de dejar todo listo para el sábado.

Sosteniendo mi bolso de Fendi ingreso apuradísima al local porque afuera hace un calor insoportable. Odio sudar, que el maquillaje no se corra o ir a un lugar donde no haya aire acondicionado.

Son la diez de la mañana y Celeste, la chica encargada de terminar mi vestido porque la dueña está de viaje, cierra para evitar interrupciones. Tomo asiento en un cómodo sofá mientras espero que vuelva.

-Bien, señorita Emma – lo coloca en el perchero frente a un enorme espejo y cierra las cortinas – Por favor, veamos como quedo. Hicimos pinzas a la altura de los busto y cintura como quería.

-Sí espero que ahora si me quede perfecto – ella mantiene una sonrisa fría conmigo, me lo espera. Yo no soy de su agrado tampoco ella para mí.

-Debe quitarse el sostén porque le va a apretar – asiento porque odio que me den ordenes, pero si quiero algo maravilloso debo seguir sus indicaciones, ya que es una experta. – El largo no le va a ocasionar ningún problema ¿Le gusta cómo quedo?

- ¡Definitivamente quedo espectacular! – exclamo muy entusiasmada – Las flores en la cintura son bellísimas.

-Sí, las bordamos a mano – yo giro con el vestido puesto aplaudiendo, en cambio, Celeste parece un muerto viviente y su cara expresa cansancio – Estuvimos toda la noche para llegar con el tiempo justo.

-Bien, fue un gran trabajo, aunque ese mérito es para Pamela – ella fuerza una sonrisa.

-Lo pondré en su caja para que lo lleve.

-Esperare por él.

Ella desaparece para guardar el vestido. Quede muy satisfecha con el trabajo, sin embargo, le voy a sugerir que contracte personas más simpáticas.

Celeste hace entrega de la caja junto con la cuenta, saco mi tarjeta y pago. Hoy no traje chofer, por lo que tengo que apañármelas para meter la maldita caja en el asiento trasero del vehículo.

El sol quema a esta hora de la mañana. Todavía tengo que hacer entregas de las invitaciones y una persona tan especial como Martina no puede perderse la fiesta de mi casamiento.

¡Lo siento por ella, pero voy a llevar su invitación a su puerta!

Muy segura manejo sin poder borrar la sonrisa de mi cara. Tian se ha mantenido al margen de los preparativos de la boda, no quiso participar así que se llevara una enorme sorpresa. Ya estoy viendo su cara de decepción si aparece en nuestra boda, aunque dudo mucho que lo haga.

El tráfico es horrible, muchas demoras en la avenida. La paciencia no es mi fuerte así que le toco bocina a todos para que se muevan.

- ¡Maldición, era lo único que me faltaba arruinarme el día!

Tardo una hora en salir del atasco. Necesito refregarle en la cara que voy a casar con su amor platónico porque nunca podrá tenerlo.

Continuo por la carretera cuando el transito vuelve a su recorrido habitual. Presto mucha atención a cada calle, ya que no recuerdo con exactitud la dirección de esa chica.

Realmente, todavía no comprendo que fue lo que le vio a esa maldita mujer. Desde que tengo uso de razón, Tian no se había enamorado de nadie, pero ella lo cautivo de una forma tan baja. Aunque yo tenía un punto a favor, el padre de Tian estaba completamente de acuerdo con nuestra unión.

Tian sigue reacio a aceptarme como su esposa, aun así, continuare con la farsa hasta que logre obtener su amor. No me importa esperar años a su lado, lo esperare el tiempo que sea necesario.

Estaciono el auto frente a su puerta, agarro el sobre de listón bordo que prepare para ella y bajo colocando la alarma. Camino decidida acariciando el sobre por el sendero hasta presionar el timbre. Una mujer de ojos saltones verdes me escanea con desdén.