Todo comenzó con una solicitud de Amistad!!! (borrador)

Capítulo n°47: "De vuelta a la libertad".

Tian.

Después de largos días en el exilio regrese cuando me entere de la noticia. Nunca en mi vida sentí tanto alivio de quitarme un peso de los hombros.

No pude llegar a tiempo para despedirme de Martina, pero en unos días la volveré a ver.

Llegue a mi departamento pasada la media noche. En el silencio profundo de la soledad irradiaba la oscuridad. Tantee la llave de la luz para poder encenderla.

Fui por un vaso de agua y subí rápidamente a mi habitación. Tenía la necesidad de bañarme lo antes posible porque mi cuerpo estaba sudado y cansado.

Deposite la maleta en la cama. Luego quite todo lo que me cubría yendo al baño.

Al sentir el agua sumamente fría mis músculos se contraían. Extrañaba la sensación de sentirme en casa en compañía de mi madre.

Ella golpeo varias veces la puerta para saber si era yo o no. ¿Quién más podría ser? Envuelto en una toalla salgo dejando que las gotas se deslicen desde el pelo hasta la cintura donde se anudaba la tela.

- ¿Eres tú, Tian? – pregunta mi madre cuando voy a abrir la puerta.

-Sí, madre – sus ojos se iluminaron - ¿Cómo te encuentras con tu nueva libertad?

Me refiero a su divorcio. Por Romeo sé que ya están oficialmente divorciados y mi padre en la ruina.

-Yo también pregunto lo mismo.

Los dos nos reímos, pero sus brazos me acogen de una manera protectora y llena de alivio. Pensé que lloraría y no, me alegra que empiece a dominar sus emociones.

- ¿Dónde te habías metido, Tian? – interrogo dándome espacio para que me vista.

-Lejos de aquí – dije - ¿O querías de nuera a Emma?

-Para nada – dice esperando a que salga del vestidor – solo estábamos preocupados por ti. Be ha estado enferma.

- ¿Qué tiene? ¿Ya fue al médico?

-Sí, yo la lleve porque ya la conoces, terca como una mula – reímos colocándome una remera – Ya le dieron los resultados y todo está en orden.

- ¿De qué o que se enfermó? – conecto el celular al cargador.

-Es mejor que ella te lo diga. No te aflijas es una buena noticia – sonríe alegremente y eso me hace sospechar - ¿Sabes que Martina ya se fue?

-Sí. Hable con ella antes de que se suba al avión.

-Entonces todo está bien ahora – enarca una ceja – ¿O seguirás negándote la oportunidad de ser feliz?

-No, ya no. Creo que tenía miedo que le ocurriera algo si no aceptaba ese compromiso – dije y ella se cruzó de brazos sentándose a mi lado sobre el colchón.

-Hijo, debes oír a tu corazón y, en primer lugar, estás tú – apoyo mi cabeza en su hombro – Ahora sí puedo decir que todo se encamina con normalidad ¿Verdad?

-Ahora todo será diferente.

-Y qué piensas hacer. Con ella lejos los planes de estar juntos se verán un poco complicado ¿No lo crees?

-Sí, pero tengo un plan para traerla de nuevo si su abuela mejora.

-Ojalá todo salga bien – beso su mejilla volviendo a su recamara - ¡Buenas noches, hijo!

-Buenas noches, mamá.

No tarde nada en quedarme dormido. El cansancio era más poderoso que yo que me noqueo en el primer raund.

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En la mañana desperté con los rayos de sol en mi cara. Me costó varios minutos darme cuenta en donde estaba cuando reconocí la habitación me sentía en calma.

Restregando mis ojos voy a lavarme la cara. Secándome las manos reviso mi celular no tenía mensajes de ella, pero si llamadas perdidas.

No le conteste porque me quede dormido contra mi voluntad. Esperare hasta el mediodía para llamarla no quiero interrumpir sus horas de sueño.

Baje a desayunar encontrando a una Be más delgada y desconocida en el rostro.

- ¿Por qué luces tan diferente? – ella no me miraba a los ojos y creo que lloraba.

Entonces me acerque para verla mejor y si, efectivamente lloraba, aunque no entendía el motivo.

- ¿Cuál es el motivo de tu llanto? – Romeo traía en sus manos un ramo de flores y parecía demasiado contento – Dime ¿Por qué llora y tu luce feliz?

-Todavía no te lo ha dicho – dice él mirándola a ella que mantiene baja su cabeza.

-No – acota mi madre.

- ¿Decirme que? – espetó molesto porque empezaban a impacientarme y a preocuparme - ¿Tienes una enfermedad mala o cáncer?

Las dos abrieron los ojos como platos moviendo sus cráneos negativamente.

-No es eso hijo. Tiene una enfermedad de nueve meses – lo dice con toda la emoción del mundo - ¿Sabes a lo que me refiero?

- ¡VAMOS A TENER UN BEBÉ! – grita Romeo tirando las flores.

Me abraza en un estado de euforia que no puedo creer. Be solamente llora sin parar. Ni que fuera el fin del mundo ¿No? O para ella ¿sí?

-Be – digo pasando mis manos por su cintura para abrazarla - ¡Muchas felicidades hermanita!

- ¿Gracias?

-Ok no esperaba eso. Ya dime ¿Qué ocurre? – nos sentamos alrededor de la mesa.

-Esto – señala su vientre – no era parte de mis planes, sin embargo, un descuido arruino mi vida.

A Be le costara digerir la noticia y veo que no se siente a gusto con su bebé. Bueno ya no se puede deshacer de él, aunque no creo que sea capaz de hacerlo, deberá asumir su responsabilidad por irresponsable.

-Ya no hables así – la regaña Romeo incomodo por su expresión.

-Hija ya asume que tendrás a un ser especial que formara parte de tu vida o sufrirás las consecuencias cuando él nazca. ¡Tú decides que será la mejor!

-Opino igual, Be. Ese niño no tiene la culpa – sus ojos se empañan de nuevo – algo ten por seguro, tendrá al mejor tío del mundo.

Al menos conseguí que sonriera. Lo que dije la animo un poco, mucho, porque comía como una vaca difícil de detener.

-Tú y Martina serán los padrinos – habla con la boca llena – así que ve buscando fecha para la boda porque no quiero unos que se separen mañana o pasado.

Creo que me atragante con algo ya que no dejo de toser. No es que le tenga miedo al compromiso, pero esa idea es un poco precipitada.

-Alguien quiere huir del altar – se burla Romeo.




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