Dos semanas después.
Hemos decidido casarnos en navidad así festejaríamos por partida doble. Be ha insistido tanto en ser ella quien lleve a cabo la organización de la boda.
Tampoco es que sea una gran fiesta. Solamente será una ceremonia íntima junto a nuestras familias, amigos y algunos invitados que Tian debe invitar por obligación. Y tuve que convencerlo para que invite a su padre.
Fue una tarea difícil, pero no imposible de lograrlo. Be también no quería que lo invitara porque no quiso conocer a su nieto, sin embargo, no estamos seguros que vaya a venir.
En estos momentos estoy midiéndome el vestido acompañada de Lucas y Be, que hacen muecas de desagrado cuando le muestro lo que elegí. Sinceramente nada le gusta.
-Con un mantel quedarías mejor Martina – bromea Lucas cruzándose de piernas sentado sobre un cubo de asiento – Pruébate otro.
Yo me reía por su anterior broma y Be lo fulminaba con la mirada meciendo a Beltrán que empezaba a llorar.
-Voy a probarme el ultimo sino les gusta igual lo llevo – les advertí metiéndome de nuevo en el vestidor.
Lucas chasquea sus dedos impacientes por los quejidos del pequeño. Yo trato de darme prisa para poder dormir algunas horas antes de comenzar a listarme ya que la tediosa de mi amiga me despertó bastante temprano.
Una chica morena y simpática me alcanza un vestido que me encanta. Corte sirena entallado al cuerpo sin mangas y un pequeño escote. La espalda descubierta por una tela transparente con flores bordadas.
Me lo pruebo quedándome a la perfección. La parte de delante lleva algunos detalles de encaje, pero la falda es lisa con cortes desde el muslo hasta donde termina. Es alucinante ni en mil sueños imaginaba este momento.
Vuelvo para que mis amigos aprueben o no el vestido, aunque ya no me importa porque me quedare con este.
- ¿Y bien? – preguntó girando para que lo vean completo - ¿Qué les parece?
- ¡Bellísimo! – salta de alegría Lucas.
- ¡Fantástico! – exclama Be y su niño muestra una enorme sonrisa.
-Entonces, me quedare con este – ellos asienten sin objetar nada.
Be continúa eligiendo su vestido como dama de honor. Es largo, en color rosa chicle con escote y hombros caídos, el mismo que usara Lucia.
Lucas escogió un esmoquin, pero sin saco solamente con chaleco quedando un adorable muñeco de torta. Las demás cosas Be se había encargado de escogerlas aprobadas por mí. No soy buena organizando eventos así que no pude negarme a su ayuda.
Hemos regresado antes del mediodía. La ceremonia tendrá lugar en nuestra casa y en la tarde antes de que sea navidad. A Tian se le ocurrió esta fiesta porque casualmente todos nos reunimos para esa fecha. La hermana de mi madre también ha venido a celebrar con nosotros.
Espero el almuerzo durmiéndome sobre el sofá. Siento la suave piel de alguien acariciar mi cuello con el dedo pulgar suspiro cerrando los ojos y dejándolo que siga.
- ¡Hola bonita! – susurra en mi oído – Te extrañe mucho.
-Yo también – sonriendo abro los ojos – Te amo.
-Dime algo que no sepa – se acomoda a mi lado colocando el codo sobre el respaldo del sofá - ¿Todo bien?
-Sí solo tengo un poco de sueño, pero ya iré a dormir para estar radiante en la ceremonia.
-Me encanta esa idea – las comisuras de sus labios se elevan acercándose más a mí – Quiero un beso pequeño.
-No espera al que juez diga "puede besar a la novia" – hago entre comillas con mis dedos y su cara de disgusto es única - ¡Lo siento! Tu pediste casarte.
- ¿Y tú no querías? – pregunta seriamente.
-Sino quisiera no te habría dicho que si ¿No lo crees? – frunce su entrecejo, aunque no le dura mucho la ofensa – No estaría nada mal un bieeeennn pequeñito – con dedos hago el gesto de miniatura.
-Como desee la señora Cervantes – y pega su cuerpo con el mío.
Atrapa mis labios suavemente, el calor comienza a elevarse y sus manos van directamente a mi cintura atrayéndome más. Su lengua recorre toda mi boca y es devorador cargado de deseo. Me separo por falta de aire y lo detengo a tiempo.
- ¡Deberían guardar la calentura para otro momento! – exclama Be tapándole los ojos al pequeño.
-Como si tu no supieras que es eso ¿No? – Be se ríe, pero hace de cuenta que no escucho nada – Bien iré a conversar con Romeo – avisa besándome la frente y poniéndose de pie.
Be coloca a su hijo en la cuna dándole algunos juguetes para que se entretenga. Se sienta a mi lado enarcando sus cejas y yo la reprendo con la mirada.
-Pareces una adolescente curtiéndote a tu noviecito de preparatoria Martina – le asestó un pequeño golpe en su brazo - ¡Auch! ¡Que no ves que puedes dejar sin madre al niño?
Y nos reímos de su exageración. Charlamos de cosas sin importancia y jugando con Beltrán nos metemos en el comedor a almorzar. La casa está en pleno movimiento en los preparativos. Y yo solo pienso en dormir.
Recostada en la cama Tian viene a molestarme. Toma su lugar a mi lado empezando a acariciarme el pelo no me deja concentrarme en cerrar los ojos.
-Amor, por favor, necesito dormir. En verdad quiero hacerlo – me doy vuelta quedando de espalda a él y su mano recorre mi espalda encima de la ropa haciéndome estremecer – ¡Tian Ceballos te dejare plantado sino dejas de molestarme!
-No lo creo porque te secuestrare contra tu voluntad si es necesario – se burla – Quiero preguntarte algo y te dejo en paz.
- ¿Qué cosa? – hablo entre murmullo porque estoy a punto de cerrar los ojos definitivamente.
- ¿Tu eres la famosa Purpura? – había olvidado por completo esa idea. Mis ojos se abrieron de golpe y no podía moverme – Martina no te hagas la tonta y dime la verdad. O te seguiré molestando.
Hasta que escuche esa palabra no me percate que esa situación quedo en el aire y pensé que ya no insistiría saber. Tampoco he borrado el perfil falso lo sigo manteniendo, aunque ya no conversamos con frecuencia.