Todo comenzó en Minnesota

≋ ¿Qué será de ti?

POV: Makena

Tenía el cabello todo enmarañado. Lo último que recuerdo de aquel sueño era que yo lloraba en silencio mientras una figura masculina se alejaba de mi vista.

Realmente estaba cansada de que todo lo que viniese a mi mente fuera él, pero muy en el fondo seguía extrañándolo con todo mi ser.

*Flashback*

Caminaba con los ojos empañados, pero sin permitir que ellos derramaran una sola lágrima. Se supone que estaba haciendo lo correcto, así que no debía ir hacia atrás.

Estaba frente a su casa. Mis piernas temblaban y ya había tocado el timbre. Supuse que estaba solo, pues fue él mismo el que me recibió. Me abrazó después de cerrar la puerta. Había venido a comentarle mi decisión final e incluso algo más.

Me senté a petición de él en el sofá dual. Cada maldito segundo me apuñalaba e incluso me había olvidado la manera en la que se lo iba a decir.

— Jonah, he venido para decirte que — y fue ahí donde comencé a titubear. Dejé la taza de té en la mesa y junté mis manos, intentando sacar fuerzas. Miré sus azulados ojos. — Definitivamente iré a Mineápolis a estudiar — finalicé mordiendo el interior de una de mis mejillas.

Jonah se veía afligido, pero rápidamente suavizó su mirada para luego brindarme una sonrisa.

— Lo sabía — murmuró antes de acercarse. Tomó mi rostro entre sus manos, acunándolo. — Estoy orgulloso de ti, de verdad lo mereces — declaró fuerte y claro, antes de enrollarme con sus fuertes brazos. Estaba al borde de lloriquear como si no hubiera un mañana, pero respiré profundamente y me acurruqué más en su pecho.

Quería grabar la sensación lo más clara posible en mi cerebro.

Nos separamos un poco para mirarnos directamente a los ojos. Jonah era excepcional. Cualquier mujer desearía a alguien como él. Deshice completamente el gesto para pasar a la segunda parte.

— Eso no es todo, Jonah... — dejé las palabras al aire, dándole una idea de lo que seguiría — Quiero hablar sobre nuestra relación — comenté sin tanto rodeo. Jonah asintió. Entendía perfectamente que teníamos que hablar sobre ello. Se acomodó una vez más en el sofá y me incitó con la mirada a continuar.

— Primero que nada, quiero aclararte que te amo, y dudo mucho que eso cambie — lo dije casi sin respirar y de la manera más seria posible. Intentaba transmitirle mis sentimientos y cuando me fijé en su reacción, supe que era como lo que había imaginado — Jonah — llamé suavemente antes de colocar mi mano en su rostro. Él puso la suya encima, acariciándola. — Sabes que no podemos hacer mucho en una relación a distancia, ¿verdad? — interrogué. Había elegido ese modo, porque si comenzaba con una pataleta las cosas se pondrían muy feas.

Lo que menos quería era despedirme de él completamente enemistados.

— Lo sé, estarás centrada en tus estudios y probablemente yo tenga mucho trabajo por hacer, así que hablaríamos menos de lo que lo hacemos ahorita, además de contar con que no nos podríamos ver personalmente — murmura como siempre. Intento suprimir mi sonrisa ladina pero es imposible. Seguía teniendo ese perfil de adolescente.

— Sí, y por eso creo que debemos tomar una decisión — recalqué. Jonah ya sabía por donde iba desde un principio. Su rostro no se inmutó pero sus ojos no dejaron de mirar mis expresiones. La razón era obvia.

Tomé una bocanada de aire antes de mostrarle la mejor sonrisa que tenía.

— Esto es tan complicado y le he dado tantas vueltas al asunto, pero es lo mejor para los dos, así que... — él me cortó antes de que pudiera decir algo más. Retiró su dedo índice de mis labios cuando vio que ya no iba a hablar.

— Estamos poniéndole un punto a esto — concluyó. No pudo decirlo de una manera más sutil, pero le agradecía la intención. Se removió un poco en el asiento pero no despegó su cara de la mía. — Y creo que tienes razón — continuó como menos me lo esperaba. De un momento a otro él ya estaba caminando alrededor de la sala.

Cerré mis ojos, intentando que el dolor de cabeza se esfumara o al menos disminuyera un poco.

— Pero lo que más me lastima en este momento es saber que no quieres intentarlo, ¿Puedo saber por qué? — preguntó siguiendo con su caminata. Sus pasos eran algo torpes y lentos.

— Porque ambos sabemos que se volverá algo turbio — respondí. Tragué en seco. — Porque no podría soportarlo y también pienso que podrían suceder muchas cosas en tanto tiempo — lo había dicho casi sin pensar. Eso llevaba a un mal pensamiento y Jonah probablemente reaccionaría mal.

— Piensas mucho, Makena, creo que eso es un problema — aclaró su garganta, deteniéndose. — Y puede que tengas razón en muchas cosas, incluso en esos pensamientos que divagan por tu mente, pero es algo que sucede y de alguna manera es inevitable — hizo una pausa y me miró, gesto que yo imité. — Sin embargo, rechazo la idea — susurró con cierta dureza en su voz.

Puse mis manos en mi falda, intentando alisarla para evitar mostrarle ese malestar que me quemaba por dentro.

— ¿Y a qué se debe eso? — devolví la pregunta. Estábamos siendo bastante rígidos en la conversación, pero en el fondo seguía siendo una discusión bastante típica. La tensión en el aire era implícita.

— Porque quiero seguir compartiendo contigo todo lo que soy y lo que tengo — dijo sin contratiempos. Él tan sincero. Me congelé en mi sitio. Empezaba a sudar y mis nervios se consumían cada vez más.

En un acto desesperado quedamos frente a frente. Me sostenía los brazos y apretaba la mandíbula. Seguía buscando con la mirada el gesto que me delatara y dijera que todo esto era una mentira.

Yo mantenía mi mirada fija y seria. No iba a resistir mucho por lo que me arriesgué a besarlo.

Era la última vez que nuestros labios iban a hacer contacto, así que también procuré grabar ese agradable sabor.

Me besaba de una manera profunda. Él sabía mis intenciones y al parecer comprendió que no podía desistir ante la decisión tomada. Yo correspondía con la misma intensidad, acariciando su cabello.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.