Día 0
YEISY:
A veces puede ser tedioso tener que soportar el ruido de la música a todo volumen, en todos lados. Si voy por ponche de frutas, hay una bocina con la misma canción tediosa que atormenta mis oídos.
—No te desesperes, por favor —uno de los rubios, el más paciente, me pide. Hace alrededor de una hora que el resto de las chicas fueron en busca de quién nos ha traído en su coche—. No tardan.
—Necesito ir al baño —Una mueca se forma en mi rostro. Evito tener que poner sus manos en sus oídos para aislarme por lo menos un poco del ruido.
—No debiste venir —Dirijo mi mirada a él, veo un poco de arrepentimiento o culpa en sus ojos—. Yo te convencí. Es mi culpa. —Admite.
—No es tú culpa —lo observo más, tratando de cambiar mi expresión a uno despreocupo—. Olvidé tomar mi medicamento, es eso. —Confieso.
—Dijiste que ya los habías tomado —frunce las cejas al recordar.
—Mentí —suspiro con temblor en todo el cuerpo—. No tardo. Voy a estar en el baño—le doy la espalda, de una manera lenta. Tengo el pensamiento de que en algún momento caeré entre todas las personas y mis amigos no me encontrarán pronto.
No necesito que mi mente comience a alterar mi estado de ánimo, pensé que esto saldría bien. No es para nada bonito tener que lidiar con esto. Y aunque evito tener los síntomas presentes, ellos se hacen más fuertes.
«Un poco más de esfuerzo en cualquier cosa, y caeré antes de llegar.» Pienso
Y eso hubiera pasado si mi amiga Nessa no hubiera chocado conmigo antes de llegar a la entrada del baño.
—¿A dónde vas? —Me pregunta con clara sorpresa en su rostro, al instante señalo la entrada del baño—. ¿Dónde está Hunter?
—En la mesa—Respondo,con una voz muy baja, justo como no quería.
—¿Cuánto alcohol has consumido? —inquiere. Me toma del brazo y me apoyo sobre su hombro. Mi cuerpo grita un descanso. Necesito alejarme un poco del ruido, eso es lo primero—. Vamos al baño, anda. Un poco de agua en la cara puede ayudar —comenzamos a caminar hacia dentro del baño. Solo tenemos que pasar el área de las plantas y ya podría descansar un poco en el piso.
—Espera aquí fuera, por favor —Le suplico. De la nada pone la palma de su mano contra mi frente, antes de golpearme contra la esquina de una pared que no había visto—. Gracias. —Agradezco y ella quita la mano
Empujo la puerta del baño con todo lo que queda de mi fuerza. Trato de caminar en línea recta, pero me es imposible cuando siento que a mi cerebro le falta oxígeno.
«Agua. Necesito agua.» Mi boca seca cada vez se vuelve más seca. Me acerco al gran espejo enfrente de los lavabos. Apoyo mi cuerpo sobre la barra. Observo y siento mi cuerpo temblar. Levanto la cabeza para ver mi reflejo.
«No parezco yo.» «Creo que es el alcohol el que me hace esto.»
Lavo mis manos muy bien, sin despegar la mirada de mi propio reflejo tan extraño. Siento la ropa como un asco, pegajosa, picosa e irritante. Aprieto los puños, encajando las uñas contra mis palmas, al momento de sentir electricidad recorrer mi espalda.
Me quedo un momento observando esta vez a detalle: Mi cabello rojizo rozando con mis hombros, unos cuantos mechones pegados a mi cara por el sudor. Mis labios sin labial, dejando ver mis labios partidos y con restos de sangre.
Doy un salto en mi lugar al sentir la calidez de una mano sobre mi hombro, doy media vuelta al instante y miro a quien me ha tocado.
—¿Qué haces en el baño de chicas? —Ataco con mis palabras, un poco espantada.
—Te vi mal —me explica, y agrega un suspiro al ver mi duda—. ¿Estás bien?
—Si. No es nada—Niego con la cabeza un poco para convencerlo.
—De acuerdo. Pero tu novio te busca. —Agrega.
—¿De verdad? —Sonrío demostrando mi burla en mi voz—. No tengo —Formo una mueca, deseando que fuera cierto lo que ha dicho.
Me toma del brazo con cuidado, supongo que quiere guiarme, así que lo dejo. A pasos pequeños salimos del baño, detecto que está un poco apresurado, ¿tan mal me veo que quiere llegar a donde estábamos?
Miro a mi alrededor como siempre y por alguna extraña razón mis amigas están recargadas en la puerta. Palmer, la rubia, está distraída viendo a alguien. Y Nessa al lado de ella queriendo que se de cuenta de su presencia, haciendo un repiqueteo de manos en su hombro. Y para la mala suerte de Nessa, ella solo tiene los ojos puestos para quien sea que baila entre las personas.
Damos vuelta para pasar frente a ellas dos. Comienza a acelerar el paso y tiene sentido porque justo me siento más cansada que cuando estaba en el baño. Estoy que no doy más. Realmente quiere sacarme de este lugar para que pueda tomar aire fresco.
También es raro, me da una mala sensación de boca saber que él no se interesa en estos temas, pero por lo menos se preocupa por mi. Y no solo él, los demás también. Creo que el infierno de sus comentarios de hace semanas se han ido. Siempre quise estar con ellos, solo que ahora es tan extraño y tan agradable.
Aunque en el fondo me cuestiono si en realidad han cambiado…
Es el día de las bromas. Todo podía pasar.
—Hey —Sonrío al pasar enfrente de ellas, esperaba que con esa palabra se dieran cuenta que he salido del baño y que estoy mejor. Esperaba que me miraran para acompañarme junto con él. Necesito a Nessa, ella guarda una pequeña parte de mi medicamento por si algún día lo llego a necesitar, como justo ahora—. Pss, Nessa. —La llamo una vez más. Paso mi mano por enfrente de sus vistas, pero ninguna logra disntinguirme. Los ojos de diferente color de ella están fijos en algún punto.
—No las necesitas. —Se apresura a decirme cuando ve que abro la boca para decir algo.
—Nessa tiene mi medicamento. —Le recuerdo
—Las dejó en el auto. —La miro de reojo, mientras que siento como él aprieta su agarre en mi.
Ah, claro. Ella no bajó nada del auto, más que su móvil, igual que el resto.
#3549 en Thriller
#1770 en Misterio
asesinatos mentiras secretos, adolescentes euforia malas decisiones
Editado: 05.09.2025