Todo Es Una Mentira

1

Día 1

¿Desconocido?:

A veces puede ser tedioso tener que soportar el ruido de la música a todo volumen, en todos lados. Si ibas por ponche de frutas, había una bocina con la misma canción tediosa que atormentaba los oídos de Yeisy.

—No te desesperes, por favor —uno de los rubios, el más paciente, pidió a su amiga. Hace alrededor de una hora que el resto de las chicas había ido en busca del único que tenía auto en el grupo—. No tardan.

—Necesito ir al baño —su pequeña mueca comenzaba a marcarse más. Incluso evitaba tener que poner sus manos en sus oídos para aislarlos por lo menos un poco del ruido.

—No debiste venir —se arrepintió con un poco de culpa en su rostro—. Yo te convencí. Es mi culpa —admitió.

—No es tú culpa — lo miró al terminar de pararse del sofá lujoso—. Olvidé tomar mi medicamento, es eso—confesó con culpa.

—Dijiste que ya los habías tomado—recordó.

—Mentí—suspiró con temblor en todo el cuerpo—. No tardo. Voy a estar en el baño—le dio la espalda, de una mera lenta, cómo si desconfiara en su cuerpo. Su mente le decía que en algún momento caería entre todas las personas y que sus amigos no la encontrarían pronto.

No necesitaba que su mente comenzara a alterar su estado de ánimo, sus expectativas de la situación. No era para nada bonito tener que lidiar con unos pensamientos malos. Y aunque ella evitaba tener que tenerlos presentes, ellos se hacían más fuertes cuando ella misma decía que se callaran.

Un poco más de esfuerzo en cualquier cosa, y ella caería antes de llegar. Y eso hubiera pasado si su amiga Nessa no hubiera chocado con Yeisy antes de entrar al baño.

—¿A dónde vas? —su amiga preguntó con asombro—. ¿Dónde está Hunter?

—En la mesa—respondió con una voz muy baja.

—¿Cuánto alcohol has consumido? —inquirió. Comenzó a apoyar a su amiga en su hombro para que descansara. Yeisy no se veía para nada bien, su cuerpo gritaba querer descansar de todo lo que la irritara. El ruido era lo primero—. Vamos al baño, anda. Un poco de agua en la cara puede ayudar—comenzó a caminar hacia dentro del baño. Solo tenía que pasar el área de las plantas y ya podría descansar un poco.

—Espera aquí fuera, por favor—suplicó Yeisy, antes de ver por donde caminaba. Menos mal que su amiga de ojos de diferente color estaba ahí para poner la palma de su mano contra la frente de su ella antes de que se golpeara con la esquina de la pared—. Gracias—quitó la mano y empujó la puerta.

Lavó sus manos muy bien, mirándose al espejo, enfocada en su rostro que le parecía extraño en esos momentos. Tal vez eran los efectos del alcohol lo que le evitaba reaccionar bien.

La ropa la sentía como un asco, pegajosa, picosa e irritante. Tanto que apretó sus puños con estrés. Sus músculos de las manos se tensaron, quedaron rígidos, la alteraba por completo. Estuvo a punto de salir del baño, pero alguien se adelantó a tocarle el hombro con gentileza.

—¿Qué haces en el baño de chicas? —atacó en venganza del susto.

—Te vi mal—explicó con su suspiro al final de la frase, quitando la mano de su hombro—. ¿Estás bien?

—Si. No es nada—negó con la cabeza un poco.

—De acuerdo. Pero tu novio te busca.

—¿De verdad? —sonrió con un poco de burla—. No tengo—formó una mueca, un poco vacía como para ser de ella.

El chico la tomó del brazo con cuidado para guiarla fuera. A pasos pequeños salieron del baño, un poco apresurados para las demás personas, pero para ellos normal.

Sus amigas estaban recargadas en la puerta. Palmer, la rubia, se distraía viendo a alguien. Y Nessa al lado de ella queriendo que se diera cuenta de su presencia con su repiqueteo de manos en sus lomos. Y para la mala suerte de Nessa, ella solo tenía ojos para quien sea que bailaba entre las personas.

Yeisy y su amigo daban vuelta para pasar por enfrente de ellas dos. Ella sentía que él comenzaba a acelerar un poco el paso, y tenía sentido para ella. Realmente querían salir del lugar lo más pronto posible. Se preocupaban por ella y eso la tenía muy agradecida con ellos. Había recordado que hace unos meses, cuando recién se unía, sentía un pequeño rechazo. Aunque aún se cuestionaba la amabilidad...

—Gracias por invitarme—agradeció Yeisy al sentarse en la mesa con facilidad.

Dos de ellos solo rodaron los ojos con desagrado. Los demás no mencionaron nada, no le prestaron atención.

Era el día de las bromas. Todo podía pasar.

—Hey—sonrió al pasar enfrente de sus amigas, esperaba que con esa palabra se dieran cuenta que había salido del baño y que estaba mejor. Esperaba que la miraran para acompañarla para ir a por agua, o ponche sin alcohol para tomar su medicamento. Necesitaba a su amiga de diferentes colores de ojos, ella guardaba una pequeña parte de su medicamento por si algún día la llegase a necesitar—. Pss, Nessa—la llamó una vez más. Y para su sorpresa su otra amiga, la rubia percibió. Su mirada estaba fija en algo, pero no en ella. Miraba a alguien más. Era una absoluta estupidez que ella moviera una de sus manos en forma de despedida, estando cerca, y que no percibieran el gesto.

—No las necesitas.

—Nessa tiene mi medicamento—le recordó.

—Nessa las dejó en el auto—la miró de reojo, apretando su agarre para no perderla entre todas las personas.

—Por poco no te reconozco—comentó Yeisy al tranquilizarse al saber sobre su medicamento—. Tu voz suena diferente—explicó.

—Es normal que confundas a alguien cuando no has tomado los medicamentos—miró a su alrededor. El local estaba muy caluroso. Sentir el aire fresco hacía que te dieras cuenta de eso—. No te asustes, pero tenemos que ir justo allí—señaló a la calle oscura que conectaba con la calle de atrás. Era una especie de bulevar, nadie pasaba por ahí a menos que quisieras arriesgarte a que te roben las pertenencias—. Nos estacionamos ahí, ¿recuerdas? —Yeisy asintió a pesar de que recordaba estacionarlo cerca y no en medio de la calle de al lado.



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En el texto hay: asesinatos, plan, asesinatos misterio

Editado: 14.06.2024

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