Todo Es Una Mentira

Capítulo 04

Día 03

NESSA:

Mientras los minutos siguen corriendo en la pantalla de mi teléfono móvil, yo también lo hago. Termino de bajar las escaleras, en silencio, esperando que hoy Elian no despierte en la madrugada y pueda saber que no estoy. No sé cuánto tiempo estaré con Xander, ni dónde. Ni siquiera le pregunté después de ese mensaje que me ha dejado. Le he dicho que venga a recogerme así sin más.

A veces él puede llegar a soltar información así de fácil y cuando lo hace, pasan cosas así: yo cediendo a pesar de los riesgos que pueda tener.

El sonido del claxon del auto de mi amigo no tarda en escucharse fuera de mi casa, junto los labios, me detengo, y dirijo mi mirada al techo, esperando no escuchar ruido alguno. Espero por algunos segundos y solo hay silencio. Vuelvo a caminar soltando un gran suspiro y salgo de casa como esperaba.

Y ahí está. Su auto negro encendido aun, Xan con una mano sobre el volante, mirandome por la ventana del copiloto con una sonrisa de complicidad…o no, como si acabara de echarse una carcajada por lo que claramente le he dicho que no hiciera.

Entorno los ojos al dejar de tomar la perilla de la puerta y me dirijo a su coche, apresurada.

Cuando cierro la puerta del auto me giro a verlo de mala gana, esperando que pronuncie alguna palabra.

—¿Por qué esa cara? —Se atreve a decir todavía con esa pequeña burla marcada todavía en su rostro.

—Te dije que no hicieras eso —pronuncio con seriedad, esperando que también pueda hacerlo él. Solo que, claro que pasaba por alto como es él, ni en sus peores rachas podría. Solo puede dejar más en evidencia cómo predomina la burla—. ¿Qué tal si despierta?

—Que se despierte. —Alza los hombros, sin dejar esa expresión que comienza a molestarme.

—Que no. ¿No te das cuenta del problema? Si se despierta sabrá que no estoy ahí. —Recargo mi espalda contra el respaldo del asiento, molesta.

Doy un suspiro una vez más y observo la entrada a mi casa, esperando que Elian no esté esperándome.

—¿Y el problema? —Otra vez, con su tono de burla disfrazado de seriedad. Lo miro una vez más al instante en que lo escucho, entornando los ojos.

—Si se da cuenta no podría estar contigo y poder hablar de nuestra amiga muerta. —Suelto en tan poco tiempo que me quedo sin aire. Podría jurar que mi expresión ahora es una de evidente molestia, irritación y todo lo que se le deriva. Inmediatamente trato de cambiarla, mirando a otro lado.

—Pensé que creías que era solo una broma —trago saliva al escucharlo, acompañada de alguna sensación rara. Ya no hay burla en su voz. O por lo menos ya la oculta. No quiero mirarlo—, como todos los demás.

—Tal vez lo pensé un poco, pero —pauso mis palabras al sentir como mis ojos comienzan a picar. Trago saliva, tratando de sacar de mi garganta esas palabras—,... no lo creo.

Me quedo otra vez en silencio, nos quedamos en silencio y el auto avanza.

—¿Y si esto es verdad…? —su voz con mezcla de duda y seguridad intercaladas, y su mirada sobre mí—. ¿Por qué no les quitamos a sus víctimas? —lo observo, sin saber que cara poner—. Nos quitaron a una amiga…Creo que sería justo.

—¿De qué hablas? —Cuestiono, viéndolo fijamente. Me acomodo un poco mejor sobre el asiento, esperando a que diga algo. Solo veo como forma una mueca de disgusto—. ¿Estás bromeando? Dime que lo es y perdono que sea la peor broma de mal gusto.

—Lo decía en serio… —suspira con decepción, no estoy segura si es hacia sus palabras hacía mí—. Olvidalo.

—¿Hablabas en serio? Hace unos días me llamaban loca por pensar que eran los restos de Yeisy. ¿Y ahora dices que quieres vengarte por su muerte?

—No dije que estuvieras loca. Solo dije que ella nos había hecho esa broma…—hace una pausa bastante larga, como si aún estuviera asimilando algo dentro de su cabeza—. Y ahora cambié de opinión.

—Bueno, ahora seré yo quién cambie de opinión. —Resoplo. Tal vez después de todo si sea algo sin sentido creer que es ella.

—¿Quién crees que puedo haber sido? —Siento su mirada sobre mí, curiosa e intensa, como si yo supiera la respuesta—. Pudo ser cualquiera.

—No le pasó nada. Está bien —Aseguro, mirando como dejamos atrás las calles cercanas a mi casa. Tal vez le sirva para olvidar sus ideas.

—¿Cómo estás tan segura? —Resopla con algo de indignación y una pizca de impaciencia—. Las publicaciones dicen lo contrario.

—¿Qué publicaciones? —Lo observo atónita, esperando respuestas. Y al segundo enciendo la pantalla de mi móvil, lista para buscar.

—Los que su madre ha publicado. En redes sociales —siento como observa de reojo mis movimientos al desbloquear mi móvil—. Nessa, ¿no los has visto? están en todos lados.

Le doy click al buscador y comienzo a escribir el nombre de nuestra amiga, de manera rápida e impaciente al igual que Xander.

—También pudo haber escapado, ¿no? —propongo para disminuir un poco la idea de tal vez yo le pude haber plantado—. Sabemos que es muy confiada…No lo sé. Tal vez con ese chico misterioso. —Menciono, esperando a que los resultados de la búsqueda por fin aparezcan.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.