Todo Es Una Mentira

Día 6

Dara aún seguía dormida y la preocupación aún estaba presente en todo mi inservible cuerpo, caminaba de un lado a otro, pensando que la chica ya no despertara. Ya no podía saber si Palmer me había contestado los mensajes que pude enviarle antes de que me lo quitaran. Xan seguía en la cocina justo con las visitas que habían llegado hace un par de minutos. Las voces de las vistas eran muy bajas, como si estuvieran muy lejos. Y aunque mi amigo siempre se preparaba para sus visitas, esta vez no lo hizo porque la noción del tiempo se había perdido un poco. Quizás eran todos los pensamientos sobre el éxito que podría tener con lo que tramaba, junto con sus pensamientos sobre del fracaso que podría pasar si algunos de sus amigos la delataban.

Pronto la noche caería sobre Owrest y yo sig sin respuesta de parte del estúpido Xander. Me había prometido contar lo que tenía en mente, además de entregarme el celular. Y aunque a veces eso parecía extraño, el comportamiento de él, aún confiaba. A pesar de convencerme para que fuera de casa y termina secuestrándome cuando subí a su auto. Estaba convencida de que lo había hecho por una buena causa.

Las horas parecían una eternidad en el ático, era el lugar más frío de toda la casa. Las demás partes tenían calefacción, entonces eso lo convertía en una tortura. Por suerte, él nos había dejado unas cuantas mantas para que nos mantuviéramos tibias. No era suficiente. Nada de esto lo era. Solo hacía que la pequeña llama de furia que estaba intentando apagar durante horas, comenzara a ser más grande que antes.

—Debes calmarte—la voz de uno de mis amigos, el pelirrojo se escuchó desde un pequeño sofá en la esquina del ático. Olvidé por completo la presencia de Aster cuando él no quiso dar razones sobre porqué estaba del lado de Xan y sobre todo estando de acuerdo con él y sus ideas. Era el mejor amigo de Xan, pero nunca llegué a considerar que lo apoyaría hasta en eso.

—Que no, no puedo—contesté, tocándome la cara con una mano, la cual permanecía fría.

—¿Necesitas tu inhalador? —la agradable voz de Aster volvió a sonar, esta vez más bajo de lo normal.

—Que no.

—¿Qué te preocupa? —sus ojos ahora estaban fijo en Dara, que ahora movía sus dedos como si buscara algo. Sus movimientos eran lento, adormecidos por los efectos de las pastillas.

—Dara. Todo. ¿Qué demonios les pasa a ustedes? —Mis pasos fueron apresurados, lo suficiente para llegar de inmediato a la chica tirada en la colchoneta. Ahora sabía que Dara si era capaz de volver a despertar.

—¿Tengo que recordarte que hago esto por ustedes? —Su voz ya no era muy agradable, ya no era la energética de antes, se había convertido en una de cansancio profundo.

—Muchas malas decisiones hasta ahora —esta vez me sentí muy apática en ese momento.

—No fue una mala decisión esta vez, para que veas—atacó, indignado un poco antes mi apatía.

La chica tirada, seguía buscando algo entre las sábanas y nosotros nos daba la impresión de que buscaba sentir familiaridad en el lugar y que tal vez no lo sentía. En parte era un poco cierto solo que había muchas cosas que comenzaban a surgir en la mente de la chica.

—¿Qué hago, coño? —solté agitando a Dara para que se pasara más rápido los efectos de las pastillas, pero de ninguna manera funcionaba. Si bien, las manos de la chica aún se movían, sus ojos aun no podrían abrirse. Había luchas internas en la chica, aun se le mantenían fuertes los efectos—. ¡¿Se va a morir?!—grité con desespero.

—Después, aún no—admitió Aster, con simpleza en su rostro, casi con ninguna expresión. Muy al fondo, si lo observabas bien, te podrías dar cuenta de que si sentía un poco de arrepentimiento.

—¿Es broma? ¡No puede despertar! —y volví a agitarla, esta vez más fuerte que antes. Los párpados de la chica temblaban, dado a entender que luchaba por despertar de alguna manera.

Si esa situación se mantenía, lo más seguro sería que yo gritara aún más fuerte y si eso pasaba las visitas notarían algo extraño. Aster se puso manos a la obra desde que se levantó del pequeño sofá gris. Sus pasos se apresuraron hasta llegar a donde permanecía sentada, al lado de Dara, aginándola como una loca desesperada. Los brazos de Aster rodearon mis costillas, me dio un apretón fuerte que me dejaría sin mucho aliento o fuerzas para seguir sosteniendo a Dara o de seguir gritando. No lo esperaba, sin duda, no pude defenderme o decir alguna palabra para impedir o por lo menos, para que me soltara. De alguna manera sentía impotencia por un miedo desconocido que trajo a mi corazón.

—Me dices si necesitas tu inhalador —habla Aster mientras arrastrándome lo suficiente lejos para que no toque a la chica tirada. Por suerte, para Aster, permanecí callada, sin poder reaccionar por lo menos un poco—. ¿Estás bien?

No hubo respuesta mía durante unos minutos. Y mientras esos minutos transcurrían, Aster me miraba con un dejo de preocupación en la mirada. Había algo que no le convencía de mí y lo mismo para mí sobre él. No es buen presentimiento el que tengo sobre esto, pero me gusta estar con ellos más que con Elian.

—Hunter nos contó un poco sobre algo que te pasó—comenzó a decir con duda en todo su cuerpo—. No te molestes con él...—quería convencerme de eso si en algún momento me entero. Se ahorrarían discusiones en un futuro cercano, por lo menos, si es que me decía ahora—. Esto tiene una razón, lo prometo—ahora era turno de sacar el tema principal—. Solo escúchanos cuando te lo contemos. Si es cómo tú dices, nos podremos vengar de tú agresor — hizo saber. Tal vez no era el momento de sacar eso último, pero era algo necesario para clavarse en la curiosidad de saber las razones.

—Déjalo así...No hagan nada —digo, con la mirada perdida en algún punto del rostro aterrado de Dara, que había despertado por fin. Tal vez después de todo, agitarla había servido lo mínimo para ese resultado.



#906 en Thriller
#460 en Misterio

En el texto hay: asesinatos, plan, asesinatos misterio

Editado: 28.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.