Día 9
Nessa:
Me levanto con solo hacer un solo movimiento y me muevo lo más que puedo hacia Dara, que sostiene un papel en mano y un bolígrafo con la otra. Tardo un momento en procesar lo que acaba de decir y lo sigo repasando, mirándola de una forma confundida entre asustada. Desde aquí puedo ver que ha escrito algo en el papel, que de seguro debe de ser el contrato que ha dejado Xan.
Ella me mira apenada, supongo que debe ser por lo que ha dicho. No sé qué pensar. Puede que ella haya firmado el contrato con tal de salir de aquí y lo puedo comprender en totalidad, se encuentra aterrada porque Xan le ha mentido o al menos eso creo. Ya no puedo saber de lo que es capaz con exactitud.
Los chicos no deben de tardar en subir al ático y ver que tal vez es una farsa, o puede que no aparezcan a através de esa puerta porque tal vez crean que no es cierto.
—No es verdad, Dara. No he firmado nada —mi genio áspero sale a la luz después de todo lo que he hecho para que no sea así.
—Prometo que vamos a salir de aquí —afirma—. Me lo agradecerás después. —Pasa su mechón de cabello por detrás de su ojera para despejar su vista, esto lo hace de una manera tímida y por un momento se me olvida por lo que me he enfadado.
Cuando escucho los pasos, los que deben de ser los chicos, me convenzo que esto puede terminar mal o bien. Y lo que más anhelo es salir de aquí al igual que ella, no lo niego, simplemente es que esto no puede salir tan perfecto sin ninguna consecuencia. Sea lo que piensa Dara sobre su plan, debe de creer que es algo fácil deshacerse de Xan. No es como le parece a ella, claro que no. Esto debe ser más complicado.
La puerta se abre. Lo primero que podemos ver es una cabellera negra. Dara se da cuenta de quién es y se apresura a dar pasos para cortar la distancia entre ambos. Me sorprender ver que se acerca demasiado y Xan deja que lo haga. Por un momento temo que Dara sea parte del equipo de él y que todo esto sea una trampa para mi. Pero ella se aleja y deshago esos pensamientos que me marean.
—¿De verdad lo ha hecho, Dara? —Pregunta con una sonrisa ladina formada en su boca.
—Si —afirma con nerviosismo. Estira su la palma de su mano para que él pueda ver que efectivamente lo he hecho o por lo menos eso quiere que piense.
—Eres muy lista y rápida, Dara —sonríe aún más y ella le regresa la sonrisa solo que con su toque nervioso.
—Tengo que salir de aquí de alguna forma —alza sus hombros y luego recupera su postura natural.
—No sin comer por lo menos un poco. Tengo que darte una recompensa —dice, mirándola con su intensa mirada. Luego de repasar sus ojos por la tita recién dibujada, voltea hacia mí —. Gracias, Ness. Puedes venir con nosotros a comer.
Creo que me he equivocado. Tal vez esto si puede ser más fácil de lo que pensamos. Pero, ¿en realidad esto puede ser así como así? No lo sé y no quiero averiguar lo contrario. Respiro hondo, un poco lento, pero relajante para mi cuerpo. He estado guardando un poco de miedo estos últimos segundos por esperar con ansías lo que Xan diría. Subestimé a Dara. Supongo que ahora puedo relajarme. Asiento, dejando salir el aire que he guardado en mis pulmones. Entonces Xan me hace una señal con la mano, la cual entiendo perfectamente. En cuanto la entiendo, hago lo que me pide y salgo de un salto del ático hacia fuera del mismo.
A medida que avanzamos me comienzo a sentir nerviosa. Puede ser que en algún momento se me escape que no he sido yo quién lo ha firmado, tengo miedo de que eso suceda, de que todo se vaya a la mierda por mi culpa. Por eso mantengo el pico cerrado mientras camino.
Cuando nos estamos a punto de sentarnos, intercambio de lugar con Aster para quedar frente a Dara, pensando que así podremos intercambiar miradas sin que lo sospechen los chicos. Últimamente nos hemos comunicado así cuando los demás están frente a nosotras y ninguna vez nos han visto hacerlo, o tal vez si, pero no se dieron cuenta, supongo.
Durante la comida, no pasa nada relevante, solo charlas que acostumbramos tener cuando estamos juntos. Por unos momentos me olvido lo que traman los chicos y parece que somos unos simples adolescentes que hacen cosas dignas de adolescentes.
—¿Ya puedo irme? —pregunto al terminar de comer. Si que me hacía falta comer hasta cansarme.
—Claro, ya has firmado el contrato. Puedo llevarte, si quieres. —Se ofrece.
De un momento a otro ya estamos en el auto, dando en reversa con cuidado de no chocar contra la pared de la cochera. Me vuelvo a sentir cómoda en medio de este ambiente agradable. Ahora si parezco su amiga y no una chica que es maltratada de vez en cuando solo cuando se enfadan con ella.
Por otra parte, no sé cómo reaccionará Elian al verme. ¿Podría estar enojado? ¿le dará igual? ¿estará preocupado? Supongo que me hubiera llamado si fuera la última. Entonces recuerdo mi teléfono? ¿en dónde está?
—¿Dónde está mi teléfono? —inquiero.
—Tardaste en preguntar —me mira por un instante y vuelve al frente. Observo como quita una mano y busca entre las bolsas de su pantalón, finalmente da con él y me lo entrega en buenas condiciones.
Enciendo mi teléfono, esperando a qué algún mensaje sea de parte de mi novio. Una parte de mi desea que esté preocupado por mí. Cuando desbloqueo mi teléfono, veo como hay demasiadas notificaciones de llamadas perdidas y también como hay muchos mensajes. Hay algunos de Palmer, de Hunter, de personas de mi instituto y del equipo, ah, y para mi sorpresa: de Elian. Me apresuro a verlos, uno por uno.
Palmer
Mensajes no leídos.
25 de noviembre, 2021.
Te ha dado tú teléfono?
10: 22 AM – Palmer.