3. Miedo

El miedo en mí es algo constante, desde pequeño aprendí a ser parte del miedo y a convivir con este, por mi desgracia puedo decir que el miedo y yo somos uno mismo.

Como ahora, Frank me gusta, no voy a negar eso, pero decirlo es como tirar a la basura nuestra amistad, la única que tengo en todo el estúpido colegio y eso me hace sentir muchas cosas. Sobre todo enojo, enojo por no poder hacer nada ni decírselo a alguien, ya que todos me juzgarían por hacerlo.

No estoy seguro de que debo hacer y eso es lo que más miedo me da, el no saber qué hacer, puesto que ambas opciones, alejarme de él o acercarme más, podrían devastarme por completo y arruinar lo único bueno que me ha pasado en mucho tiempo.

El cariño que siento hacia él es genuino, no sé cómo, pero fue algo que solo paso luego de conocer un poco, cuando descubrí que esa sonrisa que siempre lleva a todos lados no existe en realidad.

Aunque me arme de todo el valor necesario para decirle lo que siento simplemente no puedo. Y como siempre al estar frente a él, cerca o de espaldas solo salí corriendo, huyendo de mi miedo y junto a eso de mi mejor amigo.