Todo estará bien

Capitulo 13

Se instalaron en la entrada de Divas y esta vez parecían más organizados y numerosos: La novedad en esta ocasión, era que, en las pancartas, además, de justicia para Esther y cárcel para Alberto; exigían también que Divas renunciará a recontratarlo y animaban al público a boicotear a la empresa. Justicia para Esther, había conseguido también el apoyo de dos grupos bien reconocidos por su beligerancia; ambos militaban contra el patriarcado y la violencia de género y veían en la excarcelación de Alberto un mal precedente. Los periodistas en esta oportunidad también parecían más numerosos y, era sospechoso que hubieran aparecido casi al mismo tiempo que los manifestantes; todo tenía el tinte de una campaña premeditada, bien planificada y sin duda también generosamente financiada.

- ¿Que tenemos?-Apremio Manuel.

-Se hacen llamar justicia para Esther- Dijo Julia- aparecieron por primera vez en los mismos días que se hizo pública la posible reducción de pena de Alberto; al principio me parecieron solo un grupo disperso de fanático de Esther haciendo campaña por internet, sin embargo, organizaron una manifestación frente a la penitenciaría el día que liberaron a Alberto y no me queda duda de que también estuvieron detrás de la vandalización del Honda Civic de Lidia, tuve que haberles puesto más atención desde el principio.

- ¿Como se enteraron que recontratamos a Alberto? ¿Cómo supieron en qué vehículo se conducía? -se preguntó Manuel.

-Alguien tuvo que decírselos. Alguien dentro de la empresa- Dijo Janneth

-Se lo que estás pensando- dijo Manuel- pero pudo ser cualquiera: la información dejó de ser confidencial desde el momento qué comenzamos a compartirla con el personal.

-No, cualquiera no- insistió Janneth- fue Patrick, fue ese bastardo, y tú lo sabes.

-Como haya sido- dijo Julia. - El caso es que hacemos ahora.

-No vamos a ceder a sus extorsiones ni a negociar con ellos- dijo Manuel. - ni a nosotros nos conviene ni a ellos les interesa. Sus demandas son imperativas: quieren fuera de la empresa a Alberto y en la cárcel. Por el momento esperaremos el resultado de las diligencias de Julio y de los abogados, luego decidiremos qué hacer.

-Papá, desalojar esa gente con policías puede ser contraproducente: recuerda el Honda Civic; no sabemos de qué son capaces, y además nos daría muy mala prensa justo cuando nos estamos preparando para el próximo festival de la moda.

-Son gente peligrosa sin duda- concordó Janeth- nos dejaron un mensaje al estilo de las mafias. La advertencia era para nosotros no para Alberto.

-Si nos mostramos indecisos y tolerantes y los dejamos continuar con su circo también nos perjudicaremos y conseguiremos mala prensa; en todo caso, deshacernos de Alberto no es un tema negociable; sí los abogados dicen que podemos desalojarlos lo haremos y luego lidiaremos con las secuelas.

-Papá, tu no entiendes aún la complejidad del problema de Alberto- dijo Julia- si lo conservamos con nosotros e incluso si nos deshacemos de él, aún es posible que termine otra vez en la cárcel. Si su excarcelación y la recontratación que hicimos de él hubiera sido más discreta tal vez sería diferente, pero, justicia para Esther está haciendo mucho ruido sobre las dos cosas y puede atraer, si no es que ya lo ha hecho, la atención de los políticos.

- ¿Los políticos? - preguntó Manuel ceñudo y explayándose en su sillón- ¿Que tienen que ver los políticos con todo esto?

-Si, explicamos Julia- Le pidió Janneth invadida de pronto por un mal presentimiento y miedo.

-Marco Fellini y Diego Mendoza: el fiscal y el juez que condenaron a Alberto están postulándose para la fiscalía general y para la corte suprema- explicó Julia- Germán Ortiz; el juez que lo libero es por otra parte de la oposición política. ¿Lo entienden ahora? Aún queda la posibilidad jurídica de que una persona o un grupo interponga una apelación ante la corte suprema para revertir el fallo del juez Germán, si el caso se diera, la apelación de convertiría en un tema político más que jurídico: Marco y Diego harán campaña, o más bien, reforzarán su campaña, porque la empezaron ya hace un rato, acusando de blando al juez Germán por suavizar las penas contra los agresores de mujeres, prometan no dar pasos hacia atrás ni sentar malos precedentes que los beneficien, y para demostrarlo se comprometan a revertir el fallo del juez Germán en la próxima corte suprema. Si se salen con la suya y ganan Alberto regresará a la cárcel papá.

- ¿Pero la decisión en caso de presentarse una apelación no tiene que resolverla la actual corte?- Preguntó Janneth jugando con su relojito.

-Si la presentan, deberían hacerlo; pero no creo que la presenten hasta que Marcó y Diego tengan asegurado su lugar en la fiscalía general y la corte suprema. En todo caso, si interpusieran la apelación con la actual corte, no creo que esta la resuelva si el caso de Alberto se vuelve muy mediático, esos sujetos son sobre todo políticos: no les interesa si Alberto es inocente o culpable, les interesa solamente si puede resultarles útil o perjudicial; todos saldrán de sus actuales cargos con aspiraciones y querrán hacerlo con su prestigio inmaculado, el caso de Alberto sería muy divisivo y comprometedor y preferirían heredarle el caso a la próxima corte.

- ¿Y qué posibilidades tienen Marco y Diego de ganar? - Preguntó Manuel




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