–¡Hola cariño! Que gusto volver a escucharte. Estaba empezando a temer que nunca volvieras a hablarme. ¿Tienes alguna novedad para mi?
–Déjate de estupideces, Úrsula. Tienes que detener todo esto.
–Ya te dije que no puedo. Ya no está en mis manos. Y no deberías ser tan grosero porque yo nunca lo he sido contigo, mantén la clase como diría tu madre; esto al fin de cuentas son sólo negocios y hasta dónde se, tú y yo estamos en el mismo bando. ¿O me equivoco?
–Estábamos en el mismo bando hasta que me traicionaste y pusiste en peligro a la empresa.
–La empresa estuvo en peligro desde el principio y tú sabías muy bien a que la exponías, lo que tú llamas traición por otro lado a mí no me parece tal, más bien pienso que te hice un favor al involucrar a socios que ahora se están haciendo cargo de financiar tu idea, en algún modo te estamos facilitando el trabajo, y desde donde yo lo veo es a ti a quien le ha faltado decisión para acabar con esto. ¿Porque en lugar de estar perdiendo el tiempo llamándome solo para decirme que soy una estúpida mejor no te amarras los pantalones y pones en su lugar la cara de culo?
–Úrsula, Janeth no va a ceder
–¿Tú sabes qué es lo que está planeando?
–No tengo ni puta idea, pero ten por seguro que no cederá.
–Peor para ustedes entonces y, si sólo es para contarme eso que me marcaste mejor te hubieras ahorrado la molestia, la próxima vez que me llames asegúrate que sea por algo que valga la pena.
–Úrsula, Úrsula, ÚRSULA….
Patrick levantó el teléfono del escritorio lo desprendió de un tirón de la conexión y lo arrojó contra la puerta de la oficina, apenas un segundo después Johana asomo la cabeza alarmada, pero al ver el estado de ánimo en que se encontraba su jefe mejor se retiró cerrando la puerta discretamente.
Durante varios minutos Patrick despotrico aporreando el escritorio y descargando su furia sobre todo lo que descansaba en su superficie, luego se hundió en el sillón apretando con fuerza los reposabrazos y se entregó a delirios homicidas en los que su víctima era Úrsula, tenía los ojos lagrimeando de pura rabia, los brazos le temblaban incontrolables y resoplaba como un toro al que le dolía más la burlona sagacidad con que su adversario eludía sus embestidas en el ruedo que las heridas que este le hubiera abierto con sus estocadas. Su orgullo sangraba, pero aún le quedaba suficiente como para no rebajarse delante de Janeth.
"Al fin de cuentas" Razonó" Fueron ella y Manuel los que persistieron en conservar al asesino de Alberto cuando las cosas empezaron a pintar mal, que resuelvan este enredo ellos entonces"
Sin embargo, repetirlo no lo ayudaba a sentirse mejor. En la cabeza aún le resonaban las palabras de Laura comparándolo con Leonel y advirtiéndole que no correría a auxiliarlo si se enredaba en un asunto turbio y también las amenazas de exponerlo frente a su madre de la muy perra de Julia que lo había obligado romper su huelga de brazos cruzados. Se había pasado la mitad de la tarde explicando su ausencia a media empresa y la otra mitad organizando con Julio y los gerentes medidas preventivas para las aperturas y cierres de las tiendas y protocolos de contingencia por si las cosas se agravaban. Al final del día había tenido que enviar un reporte a las gerencias de Seguridad y Recursos Humanos con copias para Manuel, Janneth y los gerentes de tiendas. Como respuesta había recibido dos correos con copias para todos los involucrados, uno de Manuel y otro de Janneth donde exhortaban al personal a atenerse a los procedimientos indicados en el memorándum y a mantener la calma y la confianza de que pronto todo quedaría resuelto y donde de paso también se felicitaba el rápido y excelente trabajo hecho por Julio y Patrick organizando la seguridad de las tiendas, sin embargo, el reconocimiento le dolió más que la humillación por la que lo había hecho pasar Julia, detrás de las breves líneas dedicadas a su esfuerzo lo que había percibido fue la burla de la imbécil de Janneth, y con la ira consumiéndole las entrañas había jurado vengarse, alimento su odio leyendo una y otra vez el mensaje recibido y deleitándose en fantasías dónde Úrsula al final derrotaba a Janneth, le habría encantado aquel final de no haber entrado en juego la seguridad la empresa, en medio de sus retorcidas divagaciones se le había ocurrió que quizás que con una oportuna intervención podría conseguir contener las cosas, podía probar a negociar e inclinar las cosas a su favor otra vez, y fue en ese momento que decidió hablarle a Úrsula, sin embargo, la realidad y la naturaleza de su carácter lo traicionaron, las cosas no salieron como las había proyectado en su imaginación donde se veía conversando razonablemente con Úrsula y llegando a consensos, la forma burlona en que le contesto disparó su mal genio y el lugar de adularla como tenía pensado la insultó y a partir de ahí todo fue para peor, al final del día tres mujeres lo había humillado y todas estaban fuera de su alcance para escarmentarlas, le queda solamente el consuelo de verlas hacerse pedazos entre ellas pero cualquiera que fuera el resultado de aquella guerra, y por satisfactoria que resultará la carnicería, pensó, al final perderemos todos.
" Y yo comencé todo" reflexionó sincerándose finalmente consigo mismo y tomando conciencia por primera vez de la magnitud del desastre que se avecinaba " Dios mío, ¿Qué he hecho? " Exclamó
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Editado: 14.02.2024