Todo estará bien

Capitulo 30

Los periodistas comenzaron a llegar temprano y el personal de Divas los acomodo en el espacioso auditorio donde se trabajaba en la producción y ensayo de los desfiles.

A las diez y quince Julia entró vestida con un conjunto muy formal de falda y blazer blanco y se dirigió al atril instalado en la pasarela donde Cesar la esperaba con un micrófono inalámbrico que le engancho en la solapa. Hizo un par de pruebas de sonido, comprobó que la pantalla instalada a sus espaldas y el proyector funcionarán adecuadamente, y al darse por satisfecha se dirigió a los periodistas saludándolos y agradeciéndoles su presencia, y entonces comenzó su exposición.

 Cómo primer punto les confirmo lo que ya sabían todos: qué Divas efectivamente había vuelto a integrar a Alberto a su nómina, pero, subrayando con mucho énfasis, que la contratación no transgredía ninguna ley y que por el contrario cumplía con el deber humanitario que toda empresa debía practicar dándole apoyo a exconvictos que intentaban reintegrarse en la sociedad después de cumplidas sus condenas, e inmediatamente aclaraba, que pese al respeto y la aceptación de los fallos que se habían dado en las cortes, Divas nunca había admitido en el pasado ni admitía en aquel momento, que la culpa de Alberto fuera un hecho plenamente demostrado; también le recordó a los que lo habían olvidado y le aclaró a los que no lo sabían, que Alberto y su familia eran socios fundadores de la empresa de modas y que como accionista y codueño de esta tenía todo el derecho de solicitar su reintegro, y que tal petición, era un asunto que le competía resolver solamente a la junta directiva de Divas y que para todos los efectos eso tampoco transgredía ninguna ley.

En este punto Julia hizo una pausa para darle mayor efecto a lo que diría a continuación. Tomo un trago de agua de un vaso que le pasó una de sus asistentes y entonces dejó caer sobre la tribuna la artillería pesada.

–Divas– dijo – nunca ha considerado dar un paso atrás respecto a la decisión tomada sobre la contratación del señor Alberto Infante, estimamos que cualquier proceso que aún pueda tener pendiente con la justicia debe ser resuelto precisamente en los tribunales y que hasta que éstos no asienten un fallo definitivo sobre su situación jurídica y que afecte de algún modo su libertad para desempeñarse laboralmente este permanecerá en su actual puesto en la empresa. Divas– enfatizó– sólo responderá al mandato de la ley y eso aun cuando está, maliciosamente, nos ha dejado en el desamparo frente a la extorsión, el chantaje, la intimidación y la agresión de obscuras mafias que se han coludido para atacarnos con fines que no tienen nada que ver con la justicia, ni para el señor Alberto infante ni para Esther Alemán.

En el momento que concluyó la última frase los periodistas se pusieron de pie al unísono, alzaron las voces en un murmullo agitado y sorprendido y se acercaron con sus cámaras y teléfonos para gravarla.

– ¿Esta afirmando que hay mafias detrás de las protestas frente a Divas? – Preguntó un reportero tan delgado que parecía flotar dentro de la ropa.

– ¿Ha sido agredido personal de la empresa? –Quiso saber una gruesa reportera vestida toda de rosado y de pelo teñido de rubio

– ¿A que mafias se está refiriendo? – interrogó un hombre alto y bien parecido con una voz muy agradable y bien educada

–¿Está acusando al Juez Mendoza y al Fiscal Fellini que aparecieron anoche en un panel con directivos de las manifestaciones de estar coludidos con algún tipo de mafia? – Preguntó maliciosamente un reportero vestido de gris y que Julia reconoció como parte de la nómina del canal del cual era socio mayoritario el juez Mendoza

–¿Está acusando a los grupos a favor de penas más altas y severas paro los delitos de género y odio de ser organizaciones mafiosas? –pregunto con la misma mala intención Roni Batres que se había colado en la conferencia como parte del personal del canal del Juez Mendoza y que se hallaba de pie al lado de su supuesto compañero de trabajo

-–¿Ha sido amenazado personal de la empresa?

Y las preguntas continuaron superponiéndose unas sobre otras y los periodistas alzando la voz para hacerse escuchar, sin amargo, julia no le contestó a ninguno y cuando estimo que la agitación en la sala había llegado a su punto álgido cogió del atril un control remoto y apuntando hacia la pantalla detrás de ella hizo que se proyectará sobre su superficie la imagen del Honda Civic vandalizado.

–Esto lo hicieron un día antes de comenzar las manifestaciones frente a nuestras oficinas – dijo Julia y cambió las imágenes para que vieran el daño hecho al vehículo desde distintos ángulos. –El vehículo le pertenecía a Lidia Infante: una de nuestras socias fundadoras, una ejecutiva, diseñadora y filántropa muy identificada con causas sociales nobles y una mujer de 60 años, no voy a hablar más sobre ella porque la mayoría de ustedes ya la conocen y la han entrevistado en más de una ocasión y pueden dar fe de la calidad de ser humano que es.

Otra ronda de preguntas lanzadas a gritos brotó en el salón y los periodistas dando vueltas alrededor de la pasarela en busca del mejor ángulo posible se precipitaron a sacar fotografías del Honda Civic, muchos comenzaron a mandar mensajes de texto y de voz e imágenes para que salieran impresas en las primeras planas de sus periódicos, la vandalización del auto de Lidia Infante era una noticia que vendería muchos ejemplares y se  inició una carrera despiadada por ver quién la publicaba primero y la subía a las plataformas.




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