Sin proponérselo, fue finalmente Rony Batres el que le proporcionó a Janneth la excusa perfecta para regresar a la empresa.
Luego de vencido su tiempo de vacaciones, Janneth, y solo por mortificar a Manuel, extendió su ausencia más días de lo que hubiera resultado prudente, porque al final, ese mismo tiempo utilizado para vengarse se fue volviendo en contra de ella al convertir su retorno en un asunto (al menos para ella) muy vergonzoso.
Alberto, fiel a su palabra, mantuvo en secreto la visita que le hizo y la conversación que mantuvieron y espero pacientemente a que se aplacara su enojo y su sed de castigar a Manuel. Sin embargo, si bien la testarudez de Janneth enardecía a Manuel este fue hallando consuelo en el éxito sostenido y exponencial de la campaña de Raquel; Janneth, en efecto: se había equivocado.
La reacción del público, para el cual Raquel era una absoluta desconocida, fue al principio exactamente la que Janneth había pronosticado: bastante polémica y negativa; sin embargo, después de sus primeras apariciones televisivas y entrevistas la opinión general dio un brusco giro de ciento ochenta grados, porque como había asegurado Alberto, no se podía odiar a Raquel después de conocerla mejor. Se parecía a Esther, eso seguro; pero no era Esther ni pretendía serlo. Raquel era simplemente Raquel, una joven modelo favorecida con un aspecto físico que millones de hombres y mujeres habían envidiado e idolatrado cuando era Esther la imagen de la empresa, pero sin el mal genio, la arrogancia o la rebeldía de aquella. Raquel sabía sonreír sin frivolidad, tenía el don de hacer que los entrevistadores conversaran con ella sin sentirse intimidados o disminuidos, ciertamente aún no era una estrella como lo había sido su predecesora, pero se le notaba a leguas que no era la fama el norte hacia al que apuntaban sus sueños, de hecho, parecía incluso un poco a disgusto con el exceso de atenciones aunque sabía manejar la situación muy profesionalmente. Era en pocas palabras una mujer con los pies bien puestos sobre la tierra: hija única; soltera, por el momento; muy conservadora, por convicción; políglota, hablaba seis idiomas y está aprendiendo otros dos; sumamente modesta, altruista, y apacible.
-Los escándalos- confesó en una entrevista–no son lo mío. No bebo, no fumo, y nunca he sido muy fiestera: quizás porque el desvelo me sienta malísimo, o porque nunca he sido de muchos amigos, eso sí: por los pocos que tengo soy capaz de dar la vida y ellos lo saben.
El público aplaude y Raquel sonríe y se sonroja; y con aquella ingenua expresión de humildad y sencillez se gana el corazón de la mitad de los espectadores que la están viendo.
– Mi idea de divertirme–continua para cerrar su respuesta–, aunque suene aburrido y poco saludable, es dormir, cocinar y comer mucho cuando tengo oportunidad, o sea prácticamente siempre que no estoy trabajando– Raquel hace un gracioso mohín; el público de ríe y la famosa entrevistadora, una mujer pasada de peso, sonríe con complicidad y le pide la receta para dormir y comer tanto y mantenerse tan delgada.
–A mi nada me funciona–exclama la entrevistadora teatralmente–¿Cómo le haces tú? Ponte de pie, ponte de pie, muéstranos.
Raquel se pone de pie, gira lenta y sensualmente sobre sí misma y el público aplaude y silba.
–¡Dios mío! –exclama la entrevistadora–esta noche los hospitales se reportarán inundados de corazones rotos. –El público ríe, pero efectivamente esa noche miles de hombres sufrirían un ataque de amor a primera vista. Raquel vuelve a sentarse, cruza la pierna sin malicia y con mucha naturalidad, pero le sale tan provocativamente que inmediatamente miles de televidentes comienzan a comparar su espontanea belleza y coquetería, no con Esther, sino con la artificiosa de Lorena Palao; "efectivamente" piensan " En Divas han hecho un cambio que necesitaba desesperadamente y lo han hecho mejor que mejor"
–Yo no tengo secretos–confiesa Raquel sin dejar de ver a la cámara– he sido desde niña bastante golosa, pero nunca he tenido tendencia a engordar, mi metabolismo es una despiadada caldera de quema de calorías –al público le hace gracia la comparación y ríe–, aunque por supuesto tampoco es que me duerma sobre laureles: hago gimnasio; no con el entusiasmo que le gustaría a mí instructor, pero hago mi esfuerzo y él lo sabe. La verdad es que odio el gimnasio y todas esas rutinas, lo asumo con disciplina y responsabilidad porque es parte de mi trabajo, pero lo O... D... I... O–dice deletreando y el público estalla en carcajadas. Por fin una modelo que no se jacta de conocer los misterios de la perfecta belleza ni auto glorifica el sacrificio y el esfuerzo hecho para conseguirla. La entrevistadora, que con Esther ni en sueños hubiera podido dirigir su propio programa, se acomoda en su sillón, se frota la barbilla pensando con satisfacción en el rating de su programa y en lo genial que es aquella chica y le dispara una pregunta que hace que el público de súbito se quede en silencio y a la expectativa:
–¿Dónde has estado metida todo este tiempo?. ¿Cómo es posible que hasta hoy hayamos oído hablar de ti?.
Raquel suspira y levanta las cejas " una pregunta difícil por fin" parece decir con su expresión, así que se toma su tiempo para pensar como contestar.
–Bueno, yo comencé mi carrera en Londres a los dieciséis años, y por aquel tiempo me teñía el pelo y me maquillaba a modo de no parecerme tanto a Esther–. En el estudio no se escucha ni siquiera el zumbido de un mosquito, Raquel se pone nerviosa y los espectadores y Julia, que observa detrás de cámara lo saben, las próximas preguntas y respuestas pueden echar a perder el excelente trabajo hecho hasta aquel momento. –Mi representante, las otras chicas y muchos fotógrafos me advertían que hacía mal. No sé, tal vez tenían razón. Perdí varios contratos por no acceder a hacer publicidad prácticamente plagiando el aspecto de Esther. Todos se sorprendían de mi parecido con ella y querían lucrarse con ello, supongo que comercialmente estaba bien, pero yo no quería construir mi carrera a la sombra de ella. Creo que por eso pase mucho tiempo inadvertida y luego, pues, los problemas familiares me alejaron de las pasarelas. Ha sido un tiempo duro porque modelar ha sido mi pasión.
Editado: 14.02.2024