"El otro día estaba jugando con mi gato hasta que..... ¡Pum! Me arañó fuertemente. Empecé a sangrar, sangrar y sangrar. Me desmayé"
"Ughhh... ¿Donde estoy? Me desperté diciendo. Estaba en el hospital. Pero.... ¿Quién me llevó hasta allí? Estaba solo en casa. No le di más importancia por qué apareció un enfermero, o eso decía. Llevaba ropa de enfermero así que pensé: ¿Por qué no creerlo?"
"Después de un rato empecé a preguntarle cosas como "¿cual es tu nombre?" o "¿que edad tienes?" Se llamaba Minho y tenía 26 años. Me pareció muy guapo."
"Me mire las manos un rato después y las tenía vendadas. No me dolían. Le pregunte a Minho que si me había curado el, y me dijo que si. Me alegré al escuchar eso. Intenté disimularlo para no parecer un loco maniático."
"Después de un rato cogí confianza y le pedí "¿podemos ser amigos?" El me contestó con una sonrisa en la cara, diciendo que si con la cabeza. Se me iluminó la mirada."
"Pasaron unos días y seguía ingresado en el hospital, ¿Acaso eran tan graves las heridas? Le pregunte a Minho que cuanto tiempo tendría que quedarme aquí, y siempre me contestaba que tardaría unos días solo."
"Pasaron más semanas, y le puse algunos apodos a Minho como "Minhi" o "Minhito" Cada vez que lo nombraba así me miraba con una sonrisa."