ALEX
La puerta se cerró tras de mi cuando entre con el rostro totalmente tenso. Sintiendo un nudo en el estómago. Sabiendo con claridad el error que acababa de cometer. Pensando rápidamente en una o mil maneras en que pudiera arreglar el error que había cometido. Al hacer la broma nunca había pensado en los sentimientos de Ana, simplemente había creído que sería divertido pedirle que renováramos nuestros votos de esa manera, pero todo había salido mal y al ver la actitud de Ana y al ver sus ojos llenos de lágrimas terminé por darme cuenta que había sido un estúpido de primera.
Quería caminar hacia ella y abrazarla. Pedirle disculpas por lo que acababa de hacer, pero no sabía cómo hacerlo. Conocía a mi esposa, si me acercaba en esos momentos, únicamente terminaría por arruinar un poco más las cosas. La situación estaba jodida y lo sabía. Detestaba escuchar el llanto de Ana desde la esquina de habitación, ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba llorando de esa manera pero lo único que sabía es que ella no me quería en ese lugar. Le había pedido el divorcio frente a todos y seguramente todo el país ya estaba enterado de ello. En estos momentos puedo imaginarme los noticieros, las revistas y las publicaciones en internet. Todo respecto a la pelea. Todo por mi culpa.
Ana es una escritora totalmente exitosa, famosa. Por lo que una noticia de ese nivel nunca podría pasar desapercibida por la prensa.
Por un momento nuestras miradas se encontraron, manteniéndose ahí por unos segundos. Amándose por completo a pesar del dolor que había en nuestras miradas.
—Tenemos que arreglar esto, no podemos simplemente permitir que este problema arruiné por completo la relación que hemos tenido todos estos años—suelto. Tratando de encontrar una manera de acercarse a ella. Sintiéndome terriblemente ansioso.— por favor...
—¿Qué pasa si te digo que no quiero hablar?—preguntó ella. Dejándome sin palabras.
—¿De qué hablas?—le pregunto.
Escucharlo por un momento me da miedo, siento que la he perdido y me pone furioso saber que la he perdido por una completa estupidez. Sé que mentí pero solo era una broma, creí que sería divertido pero ahora me preocupa saber que posiblemente la mujer que amo ya no me desea para nada a su lado. Nuestra relación nunca ha sido la más estable, ocasionalmente siempre nos peleamos pero siempre que nos peleamos, terminamos arreglando las cosas de inmediato pero esta vez la molestia de Ana se mira mucho más serio de lo que creí que sería. Quiero besarla, abrazarla y pedirle disculpas pero mientras me observa, me doy cuenta que realmente lo he arruinado todo. Arruine mi matrimonio y ni siquiera sé cómo arreglarlo. Imaginé que ella pudiera haberse molestado por la pequeña broma pero creo que mi error fue burlarme por completo de sus sentimientos, hacerlo justamente cuando estaba a punto de subir al escenario.
—Estoy totalmente harta y el problema es que tú ni siquiera te das cuenta del daño que me estás provocando. Tú no sabes lo vacío que me sentí en el momento que tú decidiste hacer tu broma, supuse que realmente nuestra relación se había ido al carajo. La próxima vez que decidas hacer una broma, piensa en lo que estás haciendo. Me duele, realmente me duele saber que por culpa de este problema, por culpa de esta broma tan estúpida, ya no estaremos juntos. Tu problema es que todo lo quieres sobrellevar con bromas, burlas. Estoy harta, simplemente es lo único que te puedo decir. Estoy totalmente harta de todo lo que ha sucedido. Y es por eso que yo he decidido pedirte el divorcio, te lo he pedido a pesar de qué te amo. Probablemente no te das cuenta, pero nuestra relación no iba para ningún lado…puede que nos amemos pero eso no es suficiente—suelta ella. Hablando con rapidez mientras se cubre los ojos con ambas manos.
—¿Qué es lo que intentas decir?—pregunto—¿Cómo puedes decir que no es suficiente?—suelto antes de fruncir el ceño. Eso sí que me ha dolido, me ha dolido demasiado porque simplemente me termino hacer sentir que nuestra relación siempre fue una pérdida de tiempo pero aunque ella posiblemente lo veo de esa manera, para mí nuestra relación nunca fue una pérdida de tiempo.—¿En verdad lo miras de esa manera?
—Solo digo…¿Qué hubiera sucedido si me hubiera casado con alguien más?
—¿Estas hablando enserio?—suelto antes de llevarme ambas manos a la cabeza. Me duele, realmente me duele que estemos discutiendo de esta forma porque no es una discusión con demasiado contexto. Literalmente me siento como si estuviera peleando con el aire, tratando de encontrar el contexto de nuestra extraña pelea. Lo único que sé es que lo he arruinado pero que ella comienza decir que nuestra relación fue una pérdida de tiempo, eso realmente me está destrozando. Detesto saber que ella en estos momentos está imaginando como seria estar casada con alguien más. Simplemente no puedo permitir que ella piense en eso, me molesta, simplemente no puedo permitirlo porque si ella comienza a imaginarse con otra persona, entonces nuestra relación estará totalmente acabada.
—No hay mucho que yo pueda decirte. Estoy pensando en muchas cosas.
—¿Cómo estar casada con alguien más?—le pregunto con molestia.
—Si—responde.
—Bien. Ya veo—le digo.—¿Entonces esto está totalmente decidido?
—¿Qué cosa?—suelta antes de voltear a verme.
—¡Maldita sea, Ana!—grito— ¡Simplemente dime si me vas a permitir estar a tu lado o no!
—No, no voy a permitir que estés a mi lado. Me aseguraré que mi abogado te haga llegar los papeles del divorcio, los firmaras y entonces listo. Se habrá acabado… ya no hay motivo por el cual tengamos que vivir juntos—suelta.
Escucharla decir eso, me parte por completo el corazón. Realmente me siento como si estuviera soñando, como si me encontrara en una pesadilla. No quiero irme pero ella ya lo ha dicho. Quiere que me largue de su casa, quiere que deje todo atrás y yo tendré que hacerlo. Tendré que aceptar que nos vamos a divorciar por una estupidez que yo he hecho.
#14192 en Novela romántica
#2690 en Chick lit
primer amor celos peleas desamor, mentiras gemelos amor romance pasado, motociclista escritora
Editado: 01.04.2023