…Olivia…
—¿Olivia? —Mis ojos se abrieron asustados.
Los toquidos en la puerta se volvieron claros. Destapé mi cabeza apartando los cabellos que se habían escapado de mi coleta. Tallando mis ojos, salí de la cama y abrí la puerta.
Fiora me miraba con desconcierto.
—Pasan de las diez, ¿no se supone que tienes que estar con Eleni en una hora?
Mi estado somnoliento desapareció rápidamente.
—Tengo que darme prisa —hablé mortificada—. Gracias.
Fui directo al cuarto de baño ¿Cómo no había escuchado todas mis alarmas?
Arreglé mi cabello mientras leía los mensajes en mi teléfono. Beth me bombardeaba con un montón de fotografías de sus vacaciones en Australia.
Bajé las escaleras con Lester revoloteando entre mis pies y entré en la cocina dándole un premio para que saliera al jardín.
—¿Dónde están todos?
Fiora se encontraba organizando la alacena mientras yo me senté en el desayunador.
—James tenía una reunión y Rowen está en el gimnasio —respondió dedicándome una rápida mirada—. ¿Te sientes indispuesta? Me parece extraño que te despertaras tan tarde, tienes suerte de que James no se diera cuenta, de seguro ya habría mandado a traer un médico.
—No. —Reí—. Solo estuve hasta tarde viendo una serie y no escuche mis alarmas.
—Eso no me convence mucho.
Arqueó una ceja antes de regresar a la alacena.
—Rowen comentó que regresará a Nueva York antes de lo esperado.
Saboreé el café y el rico homelet.
—Algo así me dijo ayer —respondí con una mueca.
—¿Iras con ella? No sería prudente que viajes estando indispuesta —mencionó saliendo de la alacena.
—¿Indispuesta? —hablé con una risita—. Solo di que no quieres que me vaya.
—Ja, ja —manifestó—. Deja las bromitas y termina de arreglarte.
—Bien. ¿Puedes asegurarte de que todo esté en las cajas?
—Ya lo hice, ahora ve a cambiarte. Debes ser puntual.
—¡Siempre lo soy!
Ella dijo algo sobre gritar tan temprano, pero yo ya estaba corriendo escaleras arriba; tendí mi cama con poco esmero y abrí las puertas del balcón para dejar entrar el aire veraniego. El sonido del mar me recibió con calidez y me permití observarlo un momento antes de ir a tomar una ducha y vestirme con pantalones cortos de mezclilla y la playera de la fundación.
En la cocina, me encontré con las cajas reposteras sobre la isla.
—¿Quieres que te ayude a subirlos al auto?
—Caminare.
—¿Segura? —cuestionó con diversión, observando como las apilaba en mis brazos.
Asentí estabilizando las cajas con ayuda de mi rodilla.
—¡Deséame suerte!
Manifesté dirigiéndome al amplio vestíbulo.
—Buenos días —saludé a los hombres de seguridad que vigilaban la casa.
—Olivia.
Apresuré el paso sonriéndole a Petro cuando abrió las rejas para que pudiera salir.
—¡Olivia!
Con un suspiro resignado giré sobre mis pies encontrándome con Duncan frunciendo el ceño.
—No esperaba ir sola —mencioné con aburrimiento.
—Sabes que tengo que acompañarte.
Mis ojos rodaron por inercia. Duncan se encogió de hombros con una expresión que decía “conoces las reglas”. Y como era de esperarse, no objeté.
—Bien —espeté—. Pero no dejaré que me ayudes con las cajas.
Duncan dejó salir una pequeña risa mientras caminábamos hasta el quiosco en la entrada de la residencial. Unos minutos después, divisé la carpa colorida y los carteles de la fundación.
—Buenos días —canturreé dejando las cajas en una de las mesas.
Eleni y su hija nos saludaron con sonrisas brillantes.
—¿Segura que podrás tu sola?
Inquirió la mujer de cabello oscuro y espeso. Ella le indicó a su hija Ariadna que usara guantes para empacar los postres que yo había traído.
—¡Hey! —exclamó ofendida.
Reí viéndolas discutir un momento.
—Estaremos bien, Ari será más que útil.
—Gracias —remarcó fulminando a su madre.
Eleni me dio un par de instrucciones y le recordó a su hija que debía comportarse.
—Ya vete, nos vemos más tarde —dije guiándola a su automóvil.
—Duncan —pronunció con su acento griego— ¿Cuidarías a mi pequeña?
El asintió con una sonrisa gentil y se marchó en su auto.
—Como es tu primer año —comencé a decir—. Debes saber unas cuantas cosas.
Ella me miró con total atención mientras amarraba listones sobre los empaques de galletas.
Editado: 04.09.2025