…Nik…
No había podido dejar de pensar en nuestro beso, luego de haberle prometido que no la volvería dejar escapar, tuve que irme.
Había desistido con ella luego de su silencio. Había aceptado que era lo mejor, pero verla con ese tipo me volvió loco, incluso verla con mi hermano me molestó de una forma que no era lógica. No éramos nada, una simple cita y nada más.
Pero a mi cabeza no parecía importarle el tiempo, porque había sido flechado por Olivia desde que puse mis ojos sobre ella. Y tal y como lo prometí, esta vez no la dejaría escapar.
La observé entrar a su casa, probablemente luciendo como un bobo por el efecto de su sonrisa. Una sonrisa que nunca había recibido de ella. Tan increíble que casi había hecho que olvidara a su ex. Los celos quisieron estallar, pero los controlé.
No podía actuar como un bruto de nuevo, Olivia no merecía eso y claramente no iba a conseguir ganármela de esa manera. Porque Olivia Asbourne podía decirme que la dejara en paz, pero su mirada decía lo contrario.
Caminé de regresó al antiguo café donde mi abuelo me esperaba. Busqué el contacto de mi hermano mayor y esperé a que respondiera.
—¿No se supone que tendrías que estar lidiando con el abuelo?
—Algo de gratitud sería lindo —bromeé.
—¿Qué sucede?
—Necesito que averigües con Parker todo sobre un chico.
—¿Ahora te gustan los chicos? —Río.
—Es probable que el abuelo acepté que salga con uno antes de aceptar a Phoebe, así que cierra la boca.
Stefanos emitió una pequeña carcajada.
—¿Qué chico?
—El ex novio de Olivia.
—Nik, debes parar.
—Solo consigue la información, por favor. Te explico todo cuando llegué a casa.
Mi hermano hizo un sonido de incredulidad, pero aceptó antes de despedirnos.
—Ordené por ti, muchacho. —El abuelo habló cuando me acerqué a la mesa que siempre estaba disponible para él.
La cafetería era de los mismos amigos de mis abuelos en Grecia que tenía el restaurante, a los cuales convenció de abrir el negocio cuando uno de sus hijos se vino a vivir a Estados Unidos. Gastronomía griega de calidad.
—Olivia es una chica muy bonita.
—Lo es. —Sonreí.
—Deberías invitarla a salir.
Quise reír. Pero no le dije de nuestra cita y mucho menos que estaba loco por ella.
—Eso planeo hacer.
El abuelo dejó su taza de café sobre la mesa sin dejar de observarme. Tenía esa mirada calculadora que ponía al momento de los negocios.
—¿De verdad?
—Si.
Asintió con una sonrisa.
—Me recuerdas a tu padre, Nikolaos.
—¿Por qué lo dices?
Fruncí el ceño sin entender.
—Unos cuantos minutos con ella y tus ojos eran como un libro abierto. Igual que Dimitris en sus primeros encuentros con tu madre, recuerdo que sus ojos se iluminaron como faros el día en que los presenté.
Sonrió con cariño, parecía estar reproduciendo el momento en su cabeza. Una sonrisa comenzó a dibujarse en mis labios, pero antes de completarse, las pregunta que Sophia le hizo a mamá se filtró en mi cabeza. “¿Crees que el abuelo te hubiera aceptado si no fueras una Warren?”
—Quita esa cara, Nik. No voy a interponerme si quieres cortejarla.
Cortejarla, como si el tiempo hubiera regresado un siglo atrás.
—Olivia es una chica apropiada, se nota que has madurado. No como Stefanos.
El abuelo aprobaba a Olivia solo por ser una Asbourne. No era justo para Stef y Phoebe.
—Abuelo…
—Ni lo intentes, Nikolaos —interrumpió con elegancia—. Nada me hará cambiar de parecer, tu hermano debe dejar ir a esa mujer y concentrarse en su deber con la corporación. Ya encontrará a una chica apropiada, tal y como lo estás haciendo tu.
—¿Y si no lo hace? —cuestioné temeroso de su respuesta.
Frunció el ceño.
—¿Si no hace qué?
—¿Y si no la deja?
Su semblante se endureció, algo atravesó su mirada.
—Lo hará, él sabe que es lo correcto.
La seguridad del abuelo fue inquietante, no porque podría llevarse una decepción al ver como Stef elegía al amor sobre su “deber”, sino porque me había hecho pensar que su seguridad no estaba basada en su orgullo. ¿Había algo más?
Una laptop oscura apareció frente a mí. Stefanos se sentó a mi lado en la mesa de la terraza.
—¿Qué es esto? —pregunte observando la pantalla.
—David Adams, originario de Queens. Su padre es entrenador de beisbol y su madre tiene una tienda de artículos infantiles. Es el mayor de tres hijos, todos varones y estudia mercadotecnia en el Colegio universitario Queensborough.
Editado: 07.09.2025