Todo lo oculto saldrá a la luz

Capítulo 31

"Te ruego que seas prudente y sepas esperar el momento, puesto que no deseo desatar en mi casa una guerra..."

Lady Bradley

Cuando llegamos a la casa de los Bradley, dejé a Fancy en las caballerizas y me dispuse a entrar, David me esperaba de pie junto al ventanal.

—¿Qué sucedió?

—Nada... conversación de padre e hija. —Lo vi arrugar el ceño y mirarme con intensidad. —Le conté de lo nuestro. —me sonrió

—¿Por qué? ¿No me dijiste que esperaríamos?

—Es que la molesta de Evelyn y mi madre le dijeron, me pregunto directamente y no pude mentirle...

—Está bien... —me miró serio y extraño.

—¿Sucede algo? —se acercó a mí oído y susurró.

—Quisiera comer esos labios. —largue una carcajada y de inmediato lleve mi mano a mi boca.

—Pues tendrás que aguantarte... y no seas tan atrevido David Bradley. —Me hizo una de esas sonrisas hermosas que me hipnotizaban, se dibujaron aquellos pequeños hoyuelos y sentimos las voces de damas que bajaban por las escaleras, por lo que se apartó de mi y se perdió por el pasillo.

Camille bajaba junto a Evelyn que apenas se dignó a mirarme, supuse que por todo lo que le había dicho la noche anterior, donde había sido lo más franca posible. Estaba hastiada de sus intromisiones y sus comentarios mal intencionados, pasaron a mi lado y solo se dignaron a decir buen día.

Por la tarde todo estaba aburrido, el señor Bradley y el capitán Aldrich habían salido luego de la comida, y aún no habían regresado, el oficial Ross había ido hasta el pueblo por una diligencia y mi padre se había acostado por un presunto malesta...

Por la tarde todo estaba aburrido, el señor Bradley y el capitán Aldrich habían salido luego de la comida, y aún no habían regresado, el oficial Ross había ido hasta el pueblo por una diligencia y mi padre se había acostado por un presunto malestar que de continuar, estaba decidida a llamar al médico, tomar mis cosas e irme a mi casa. Esa situación era insostenible. Evelyn no dejaba de divagar entre vestidos y arreglos para su cabello, faltaba apenas un día para la reunión, y Camille estaba junto a ella fielmente, supuse que no me hablaba por influencia de mi querida hermana. David había salido a caballo luego de la comida y tampoco había vuelto. Faltaba muy poco para ver a Peter y apenas lo viera le daría su respuesta, para no tener que seguir dilatando nuestro anuncio y no seguir creando en él expectativas.

Deseaba hablar con David sobre cómo seguirían nuestras averiguaciones o qué teníamos a ciencia cierta, contarle lo que me afligía luego de haber hablado con mi padre y esperaba que él me alentara. Me detuve frente al ventanal a contemplar la fuente como aquella tarde, de cuando en cuando miraba hacia las caballerizas para verlo llegar y de repente me di cuenta que tampoco a mi madre había visto desde la comida. La casa se oía vacía y silenciosa.

Unos pasos detrás de mi me distrajeron, era Lady Bradley que se acercaba con una sonrisa en sus labios.

—Cecily... que bueno verte... ven conmigo, nos sentemos así conversamos un poco.

Hice una de mis sonrisas y la seguí, nos sentamos en el sillón y mientras ella repasaba unas telas para próximos vestidos, me habló.

—Siempre he deseado que mis hijos se casen con una señorita de bien, sensata, cariñosa, cuidadosa de ellos y de su casa... —comencé a ponerme muy nerviosa. —sobretodo David, que es muy especial. Los amo a los dos por igual, y no quisiera que se cree una división entre ellos... ¿me entiendes?

—Sí señora. —Claro que entendía, estaba siendo muy clara.

—Y bien... se que te han escogido. Me caes bien y te aprecio mucho Ceci, eres buena, sincera y has estado entre ellos desde que eras muy pequeña, de Peter sospechaba porque he notado sus miradas y sus atenciones, pero David me ha sorprendido, la realidad es que no suele ser demasiado demostrativo, y desde la noche que lo vi tan preocupado por ti, cuando te perdiste en el bosque, es que me di cuenta que eso se convertiría en un problema. Es por eso que te ruego que seas prudente y sepas esperar el momento, puesto que no deseo desatar en mi casa una guerra...

—Entiendo perfectamente, y créame que lo tengo presente. Seré prudente.

—O sea que ya has tomado una decisión. —Asentí.

—Muy bien, espero que sea la correcta. —me sonrió y nos interrumpieron.

—Milady, la comida ya esta lista.

Ella asintió y llamaron para comer, pero solo estuvimos presentes ella, mi hermana, Camille, el oficial Ross y yo.

Mi madre no apareció y dejó dicho que se había recostado porque estaba agotada.

Todo me pareció muy extraño, ya que no la había notado llegar, así que luego de la cena, subí las escaleras y abrí despacio la puerta de la habitación de mi padre. Alumbré levemente y note que estaba solo y la cama a su lado continuaba vacía. Trague saliva y cerré tras de mí por completo enojada y alterada, pensé lo peor y lamente por mi padre que estaba un tanto enfermo, debía soportar su ausencia, y vaya saber Dios en donde andaba metida. La idea de que se hubiera ido con Bradley me sofocaba y exasperaba, agradecí a Dios que volveríamos a casa en tan poco tiempo.




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