Todo lo oculto saldrá a la luz

Capítulo 39

"¿Tu padre buscándonos? ¿No será que nos llevas directo con él?"

Liam Beaufort

Deseaba correr hacia él, abrazarlo y aferrarme  con todas mis fuerzas. Lloraba profusamente al mismo tiempo que me senté en el suelo, allí en medio de los arbustos y los árboles. Cerré los ojos y lamenté con todas mis fuerzas todo lo que había vivido él, yo, y todos... es que no podía entender todo lo que estaba sucediendo. Llevé mis rodillas a mi pecho y las abracé fuerte mientras hundía mi rostro en ellas.

De repente una idea vino a mi mente: Liam no confiaría en David

De repente una idea vino a mi mente: Liam no confiaría en David.

Me incorporé secando mis lágrimas y vi que hablaban el guardia y él. Fruncí el ceño cuando vi al mismo acercar su frente a él e increparlo. Mi corazón se aceleró e hice un paso para acercarme, cuando vi que agarraba a David por la solapa de su uniforme y que él lo empujaba. Liam se mantenía quieto observando aquella situación, se veía nervioso, pero no intervenía, tampoco podía pues llevaba sus manos sujetas en el frente de su cuerpo.

El guardia golpeó a David en el rostro  haciéndolo trastabillar hacia atrás, él se incorporó y corrió embistiéndolo, cayeron los dos al suelo mientras seguían golpeándose. No pude contenerme, comencé avanzar hacia allí desesperada cuando vi al hombre tomar el rostro de David con su mano y apuntarle con su arma. Quise gritar, y rápidamente me acerqué, tomé el cabo de un pico y me acerqué por detrás mientras oía que le gritaba.

Quise gritar, y rápidamente me acerqué, tomé el cabo de un pico y me acerqué por detrás mientras oía que le gritaba

—¡Eres un maldito traidor Bradley! A tu padre le va a encantar esto...

Levanté el cabo y con todas mis fuerzas golpeé su cabeza viendo cómo se desplomaba su cuerpo sobre el de David que aún se mantenía en el suelo.

—¡Cecily! —oí a Liam llamarme, tiré el cabo y corrí a él, me aferré a su cuello y hundí mi rostro allí, lloraba tanto y estaba tan aturdida que de mi boca solo salían gemidos y el aire parecía no entrar dentro de mí.

David se quitó el cuerpo de encima y se puso de pie mientras secaba con la manga la sangre que caía de su labio.

—¡Vamos! —gritó y vi a Liam a los ojos. Se veía más delgado, sucio y por completo desconfiado. Movió la cabeza de un lado a otro lentamente mientras pude ver una lágrima acumulada en la línea de sus pestañas.

—¡Vamos Liam! —Le grité mientras lo sacudía. Vi su mirada sobre David que se acercaba y se miraron a los ojos apenas un instante.

—Vamos amigo. —Dijo él y Liam se quedó un instante tieso, aguzó la mirada y volvió a mirarme, yo asentí para darle confianza y luego comenzamos a correr hacia los caballos mientras por detrás oíamos gritos y corridas de guardias pero no miramos atrás. Yo subí a Fancy y David ayudó a Liam a subir a su caballo, ya que aún tenía las manos sujetas.

Emprendimos galope y tomamos el camino que se adentraba al bosque, la luz del sol se disipaba y la oscuridad bajo las ramas y los caminos escabrosos era cada vez mayor. Sentía mi corazón agitado y las lágrimas que rodaban por mi mejilla mientras veía la espalda de Liam sobre el caballo de David. Se oían cascos de caballos a lo lejos y mi respiración sobresaltada por todas las emociones que se agolpaban en mí.

No sé cuánto avanzamos, ni dónde estábamos, la oscuridad era aplastante y apenas si veíamos donde pisaba el caballo que para ese momento caminaba pues era imposible avanzar a trote

No sé cuánto avanzamos, ni dónde estábamos, la oscuridad era aplastante y apenas si veíamos donde pisaba el caballo que para ese momento caminaba pues era imposible avanzar a trote. Estábamos en silencio, ninguno decía nada, como si cada uno procesara todo lo sucedido a su manera. Me dolían las piernas y tenía mucho miedo, los pensamientos se apretaban en mi cabeza, como si quisiera medir las consecuencias de todo lo que había sucedido, de lo que habíamos hecho y era tanto que no podía siquiera entender o dimensionar. Mi cabeza me dolía muchísimo, estaba mareada y mi visión se comenzó a apagar.

—David... —alcancé a pronunciar cuando me caí sobre el cuello de Fancy y oí el llamado de Liam.

Cuando abrí mis ojos, estábamos sentados en el suelo, en un reparo. Se oía el resoplar de nuestros caballos más lejos y sentía mucho frío. Tenía mi cabeza sobre las piernas de mi hermano y todo estaba silencioso y muy oscuro.




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