Todo Lo Que El CorazÒn Nunca Dijo

Mil y unas noches con los demonios

De estar debajo de mi cama, acompañándome en las noches.

Te fuiste dándole paso a los superiores que llegaron torturando mi mente en varias ocasiones, convirtiéndo toda una batalla, donde soy el perdedor.

No hay sueños, solo pesadillas, que de lo imaginario pasa a lo real, siendo la presa y ellos la cacería.




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