Todo lo que no te dije

Capitulo uno

—Señor Izan Torres, ¿desea ver a su hijo? —preguntó una enfermera con una sonrisa amable—. Es muy bonito, en realidad. Sería hermoso que el padre lo viera recién nacido.

—No —respondió Izan sin pensarlo, pasando las páginas del libro que leía.

—Pero... es su hijo.

—¿Y eso a usted qué le importa? —replicó con frialdad—. ¿Qué pasa con las madres solteras? Todas piensan que el padre aparecerá, mirará al niño y luego se marchará. No es necesaria una figura paterna en la vida de un niño.

Se levantó de la silla y la miró fijamente, intimidándola.

—Soy un hombre ocupado. Debo irme. Si necesita algo, mi esposa dejó veintiocho mil dólares pagados por cualquier gasto del niño —dijo, dándose la vuelta y saliendo del hospital sin mirar atrás.

Izan era el padre de Alexis. Desde el momento en que el niño nació, ya había comenzado a odiarlo. Tenía sus razones, y esas raíces venían desde su propia familia.

Fue obligado a casarse con Katherine, su esposa. Ambos eran jóvenes cuando sus padres firmaron un contrato matrimonial que los unió por conveniencia. Dormían en habitaciones separadas y solo compartían cama cuando sus padres los visitaban. El padre de Izan lo presionó para tener relaciones con Katherine, ya que deseaba un nieto. Ninguno de los dos quería un hijo, pero cedieron por obligación.

Alexis creció siendo un niño alegre, siempre junto a su madre. A menudo sentía curiosidad por su padre y hacía preguntas que ella prefería no responder.

—Mamá, ¿por qué papá me odia? —preguntaba con inocencia, mirándola a los ojos.

—No lo sé, hijo mío, pero eso no importa. ¿Quieres que vayamos por un helado o al parque? —respondía ella con una sonrisa forzada.

Katherine evitaba hablar de Izan. Su relación estaba rota desde antes del nacimiento de Alexis. Los gritos y golpes eran parte del día a día.

—¡Solo cállate, bastarda! —gritaba Izan, furioso—. Por culpa de tu familia estoy atrapado en esta casa.

—¿Y por qué no vas a tu trabajo de militar y nunca regresas? —respondía Katherine con rabia—. ¡Admite que prefieres estar lejos de tu familia!

—Todo es fácil para ti —dijo antes de abofetearla—. Se supone que eres inteligente, y solo dices estupideces —la tomó con fuerza del brazo—. Solo mantén tu boca cerrada cuando estés conmigo.

Así era la vida de Alexis: llena de silencios, de cosas que no entendía. Desde un inicio, Izan se negó a pagar sus estudios, pero Katherine, con sus ahorros y el poco dinero que él le dejaba para comida, logró inscribirlo en el jardín de infantes.

Y así continuó... hasta el primer año de preparatoria, cuando, por primera vez, Izan sintió un extraño tipo de lástima hacia su hijo.

—Mmm... —murmuró—. Buenos días... mi nombre es Evans Alexis Torres Harper, tengo seis años y soy de aquí, de Chicago.

La maestra quedó impresionada por la pequeña presentación que el niño había preparado. Lo que no sabía era que Alexis la había practicado todas las noches, con la esperanza de que su padre viera lo capaz que era. Pero a Izan no le interesaba. Aun así, Alexis no pensaba rendirse.

Con el paso de los años, en la preparatoria, Alexis no hacía muchos amigos. Era un chico tímido y reservado, lo que lo convertía en blanco de burlas. Sufría de bullying constantemente, hasta que un día un nuevo compañero llegó a su vida.

—¡Niños, silencio! —gritó la maestra, y todos obedecieron. Luego continuó—: Tienen un nuevo compañerito. Ha sido trasladado desde la Preparatoria del Valle. Vamos, Jaden, preséntate.

—Eh... hola —dijo el chico, nervioso—. Mi nombre es Jaden Hantome, soy de Oregón y... —hizo una pausa, inseguro— me trasladaron aquí porque había muchos problemas en mi antigua escuela. Así que... espero hacer nuevos amigos aquí —terminó con una leve sonrisa.

—¿Por qué tus ojos son de un color tan raro? —preguntó una niña con curiosidad.

—Eso no te impor—

—Bueno, niños —interrumpió la maestra con voz firme—, Jaden, siéntate al lado de Alexis.
—Alexis, levanta la mano para que Jaden pueda verte.

Alexis levantó la mano, y Jaden lo identificó enseguida. Caminó hasta su pupitre y se sentó junto a él.

—Bueno, ¡empecemos con la clase! —dijo la maestra con energía.

Jaden parecía inocente, pero era inquieto, un pequeño torbellino. Quería dar una buena impresión en su primer día, aunque no podía evitar su energía natural.

—¡Hola! Me llamo Alexis —dijo sonriente, intentando ser amable.

Quería hacer un nuevo amigo, aunque tenía miedo de que Jaden fuera como los demás.

—Lo sé, la maestra lo dijo —respondió Jaden sin mucho entusiasmo.

No iba a ser fácil.

—Bueno... me llamo Evans Alexis. ¿De verdad eres de Oregón?

—Sí, o al menos eso dice mi mamá —contestó Jaden. No hablaba mucho, ya que no conocía a nadie a su alrededor, pero se animó a hacer una pequeña charla—. ¿Qué hacen aquí?

Por más extraña que le pareciera la pregunta, Alexis respondió con calma y lógica.

—Pues... —pensó unos segundos— aprendemos muchas cosas, como las vocales, el abecedario, e incluso los números. —Puso su mano en la barbilla, pensativo—. También valores y esas cosas. Eres muy interesante, ¿has tenido amigos?

—¿Qué es eso? —preguntó Jaden con inocencia.

—Un amigo es una persona con la que juegas todos los días —explicó Alexis, sonriente.

—¿Y cómo consigo uno de esos?

—Yo puedo ser tu amigo —dijo con entusiasmo, feliz de encontrar a alguien nuevo.

—No —respondió Jaden sin dudar—. Pareces raro, y te pareces a una chica que está en un cuadro en mi casa.

—Ah... —Alexis se quedó congelado con la sonrisa aún en el rostro. Bajó la mirada un poco y luego murmuró—: Vamos, no será tan malo ser amigos. Prometo no hacer nada extraño.

—Mmm... —Jaden lo pensó un momento y luego asintió con una sonrisa—. Bien... pero no hagas nada raro.

—¡Lo prometo! —respondió Alexis entusiasmado.

Desde ese día comenzó una gran amistad. Se volvieron inseparables. Hacían todo juntos: comían, jugaban e incluso visitaban las casas del otro.
Izan, aunque rara vez prestaba atención, notaba algo familiar en el color de los ojos de Jaden: un verde azulado poco común, un tono que poseía apenas el 0.5% de la población. Pero nunca intentó hablar con él.



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En el texto hay: #drama, #romanceadolencente, #silencio

Editado: 16.11.2025

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