-Que sí, que sí- dije- ya sabes que a mi todo eso no me va mucho-
-Ya pero a tú amigo ese si- dijo al otro lado del teléfono-
-Igual no sale tanto-
Alguien llamó a la puerta haciendo que la conversación tuviera que terminar.
-Tengo que colgar, ya te llamaré-
-Más te vale- seguro estaba señalando con el dedo- no te presiones tanto, y descansa-
-Sí no te preocupes, venga adiós-
-Adiós-
Antes de abrir la puerta colgué tirando el móvil a la cama.
-Penélope- dije al verla delante de la puerta- ¿que haces aquí?-
-Pregunte a una de las chicas si sabían dónde estabas-
-Oh, y que necesitas?-
-Bueno no necesito nada por el momento- reímos- es sobre lo que me pediste-
-¿Has encontrado al chico?-
-No, no lo he encontrado pero- dijo- se donde puedes encontrarlo tú-
-¿Y donde es?-
-Me han dicho que hay unas horas por la tarde en la que va a la cafetería cuando todavía está abierta-
No sabía si decir que me servía de mucho o de nada, aún que algo era algo.
-Gracias- le sonreí-
-De nada, cualquier otra cosa siempre puedes buscarme- me sonríe y se fue-
Cerré la puerta y me tiré a la cama, donde cerré los ojos por unos segundos.
Alto ahí.
Mis ojos se abrieron de golpe, girando la cabeza hacia donde tenía el móvil.
Lo agarre rápido y vi la hora. Las cuatro y media. La cafetería todavía estaba abierta, podía aprovechar esta oportunidad.
Como si de un impulso se tratara me levante de un salto de la cama y corrí cogiendo su carpeta y salí corriendo por la puerta.
Podía parecer demasiado exagerado por el hecho de que saliera corriendo, pero no sabía si me lo encontraría.
En cuanto vi la puerta de la cafetería empecé a caminar pero de manera rápida.
Abrí la puerta y pude ver que habían unas dos, tres personas por ahí sentadas. Seguí recorriendo toda la cafetería con mi vista hasta que se quedó parada en un pequeño grupo donde conté unas cinco personas.
Debería haber preguntado por su aspecto.
Cogí aire, y me decidí por caminar hacia el grupo de personas; aclarando mi voz para llamar su atención.
-Perdonad, sois de último año?-
-Solo yo- dijo un de ellos-
-Genial, amm no sé si irás a artes pero- le enseñe la carpeta- ¿ tú sabes de quién es esta carpeta?
-¿Que haces con la carpeta de mi hermano?- dirigí mi mirada a uno de los chicos-
-Eh yo... mhm- mi voz quedo bloqueada-
-¿Y bien?-
-Relájate- le dijo- me está hablando a mí, no a ti- volvió su vista a mi- es de mi mejor amigo, por que la tienes?-
-La profesora Miller me la dio para revisar un trabajo que hicimos y quería hablar con él-
-¿Para que?- habló el chico de nuevo-
-Joder ya cállate Dario, ademas deberías estar más atentó ya lo dijo- volvió a mi- no te preocupes, me dijo que en cinco minutos estaba aquí, así que puedes esperarlo con nosotros-
-Gracias- le sonreí-
-A ver no es por hacerme el listo o algo por el estiló- habló de nuevo el chico que ahora se llamaba Dario- ¿no os parece raro invitar a una persona que no conocemos a sentarse con nosotros?-
-¿Te recuerdo como nos conocimos?- habló el chico a su lado-
-No ayudas- se cruzó de brazos-
-No te preocupes, no tengo la mínima intención de juntarme con gente que se dedica a faltar al respeto a otras-
-Siento mucho llegar tarde- una voz detrás nuestro hizo que me girara- la profesora me dijo que se la dio a no se quien y...- dejó de hablar en cuanto vio lo que llevaba en las manos- no es por nada pero, puedo saber porque tienes mi carpeta?-
-Esto...- murmuré para mi- la profesora Miller me la dio para que cambiara algunas cosas de un trabajo, y me dio está carpeta que supongo es tuya- dije mientras él me veía atento a lo que le decía- y estuve viendo los bocetos y de más. A lo que voy, es que me gustaría comentarlo aunque fueran unos minutos, por si me podrías ayudar-
-¿Y no me encontraste ayer?-
-No, ya que en tu carpeta no encontraba tu nombre-
-Ah- soltó una leve risa- si está, solo que dentro de la carpeta-
Con razón no lo había visto. ¿Quien ponía ahí el nombre?
-Bueno, tienes prisa hoy?- dijo, a lo que negué- bien- miró su reloj- si te parece podemos ir a un sitió tranquilo y lejos de aquí, tengo toda la tarde- me miró- ¿que te parece?-
-Claro, sí- sonreí- no tengo problema alguno-
-Bien, vámonos-
-Alto ahí, se supone que habíamos quedado- habló de nuevo Dario-
-Que lastima, no me acordaba- se acercó un poco a mi- si corremos y fingimos no oírlo estaría de fabula-
Evité soltar una risa por ello, por lo que simplemente copie su acción de correr hasta fuera de la facultad. Cuando estuvimos fuera estuvimos un tiempo riendo, hasta que él habló.
-Por cierto soy Enzo- extendió su mano a mí-
-Jane- dije aceptando su mano-
-Vamos, se de un sitió cerca de aquí-
Caminé a su lado durante todo el trayecto donde estuvimos riéndonos de la cara que se le abría quedado. Si, no diré que parecimos un par de adolescentes infantiles al hacer la pequeña huida improvisada de la cafetería, pero fue divertido.
-Sentemonos aquí-
Señaló lo que parecía un pequeño corro de sillas y mesas pequeñas del te hasta que vi el puf.
-Me pido el puf- dije caminando rápido-
-Lo suponía- dijo riendo- por fin me siento- habló después de sentarse- estoy peor que un hombre mayor-
-Mientras no digas que te duele la espalda, no estarás peor que una persona mayor-
-Eso es cierto- sonrió- bueno, que queríamos comentarme?-
-Verás, durante la semana pasada tuve que hacer un trabajo- él asintió- y ayer me lo entrego diciendo y no está bien-
-¿Tenias que hacer algún dibujo en el trabajo?-
-Sí- saqué el móvil y se lo enseñé- me dijo que mejorara lo que creía conveniente, pero viendo tus trabajos quiero cambiarlo todo-
Él se río.