Todo lo que seremos

Capitulo 15

-Vale...vale...- dije en voz baja a pesar de estar sola-

Sí, por fin había terminado de engancharlo todo y no había quedado tan mal como me esperaba.

Dejé el pincel fino encima de un papel de periódico y empecé a quitar el pegamento seco de mis manos. Sí, está vez solo había llegado a mancharme las manos.

Terminé de recogerlo todo y dejé que el pegamento se secara al completo, por lo que esperaría a mañana por la noche para repasarlo y pulirlo. Cogí el teléfono y le volví a poner el volumen mientras me fijaba en los mensajes que tenía.

Algunos de ellos eran de Carlo y Enzo, otros de grupos de clases y por último dos llamadas de mi tío.

Me centre más en él por lo que lo llamé enseguida.

-¿Jane?-

-Si soy yo, por que me has llamado dos veces?- pregunté- te dije que debía terminar un proyecto, y tú dejaste en claro que no me llamarías hasta que yo lo hiciera-

-Lo sé pero...- hizo una pausa donde pude escuchar un suspiro- ...esto no tiene espera de ningún tipo-

-Te noto alterado, a pasado algo grave?- mi mente empezó a pensar- ¿te a pasado algo?-

-No yo estoy bien, pero es algo peor que eso- hizo un silencio-

-Bueno, si es sobre la universidad dime el problema y...-

-Se trata de tu padre Jane- dijo cortándome-

-¿Como?- me enderecé en la silla-

-No quiero contarte las cosas por aquí y que te alteres, por eso me mudare cerca de tu facultad y cuando llegue te lo contaré todo-

-Esta bien, pero cuando estarás aquí?-

-No tardare mucho está noche cogeré un vuelo y mañana por la mañana ya estaré aquí-

-Prometo sacar tiempo para poder hablar-

-Se que estas en temporada de trabajos, no tiene por que ser mañana mismo que hablemos- hizo una breve pausa- se que te he dicho de lo que se trata pero no quiero que te retrases en tus deberes- sonreí por ello- además, tengo cosas que hacer por aquí-

-Vale, estaré atenta a cualquier cosa y si ocurre algo te avisaré-

-Muy bien- una voz se escuchó al otro lado y luego a mi tío hablar en italiano- te dejo, tengo que terminar unas cosas-

Me despedí de él.

Suspiré cerrando los ojos unos segundos. Solo quiero y espero que nada de esto se joda.

Mire los mensajes de los chicos que seguían preguntado que le había comprado a Brenda el otro día en el centro comercial.

Reí y conteste lo mismo de siempre. Debían entender que había cosas que mejor se quedaran en que no las supieran, además de que no era nada malo, en un momento pensé que la Señora Kaufmann se había enfadado pero no mencionaron nada de ello.

Tampoco servía de mucho que no les dijera nada, hoy los vería de nuevo para cenar y estarían igual de pesados.

Miré un poco mi atuendo para ver si estaba lo suficientemente decente para no cambiarme. No, iría así como estaba.

(...)

-Hola Jane- le sonreí- Massimo ya a llegado-

Escuché al mayor suspirar mientras entraba en casa.- Brenda, que te tenemos dicho de que no habrás la puerta?-

-Perdón- pasó por su lado murmurando un- pesado- que oímos los dos-

-Se que tú también lo piensas pero imagina que no llegas a ser tú-

-Yo no he dicho nada- me defendí-

-¿Que traes?-

-Oh, no es nada es solo un pequeño pastel que he visto en un escaparate viniendo-

-No tenias porque, eres la invitada-

Me encogí de hombros.- Es lo menos que puedo hacer- le miré- se tiene que poner en la nevera-

-Trae- me lo cogió de las manos- ya lo llevó yo-

Viendo como desaparecía, me acerqué a los sofás donde estaban el resto.

-Hola a todos- recibí un "hola" de parte de todos-

-¿Porque has tardado tanto?- me dijo Dario-

-Han sido solo cinco minutos, tampoco pasa nada- me senté en un hueco del sofá-

-Pues don paranoico aquí presente casi sale a buscarte- me habló Enzo-

-¿De verdad?- hablé sorprendida-

Como respuesta solo vi que se encogía de hombros y miraba la tele.

-Jane querida- la voz de la Señora Kaufmann hizo que me levantara- me alegro mucho de volver a verte- dijo dándome un abrazo-

-Lo mismo digo- dije correspondiendo al abraza-

-Por cierto, no hacía falta que trajeras nada-

-Oh no es ninguna molestia, se lo aseguro- le sonreí-

-Esta bien-

-Mamá, vamos a cenar ya?- se acercó a nosotras rápido- Jane ya está aquí y tengo hambre- se quejó-

-No puedes ser tan impaciente Alex- le dijo sin remedio- ve a buscar a tu padre y a tu hemana-

Él salió corriendo escaleras arriba mientras que yo me quedé con su madre.

-¿Necesitas que lleve algo a la mesa?-

-No, ya está todo solo falta la comida que enseguida la llevo a la mesa- me respondió- si eres tan amable avisa al resto de que empiecen a ir a la mesa-

-Ahora mismo- caminé hasta el salón donde estaban la mayoría de ellos sentados ahí- hola chicos-

-Vamos deja ya de cambiar el maldito canal- escuché que uno de ellos se quejaba-

-Am, chicos-

-Dime que ya podemos comer-

-Si Dario, tu mamá me dijo que ya podéis ir a la mesa-

-¡Bien!- se levanto rápido de su sitió- por cierto, hola- dio un beso rápido en mi mejilla y fue hacia la mesa-

Sonreí mientras lo veía caminar rápido hacia la mesa.

-¿Donde está Massimo?-

-Está arriba en su despacho- dijo Carlo- si quieres puedes ir-

-No sé donde está-

-Cuando subas las escaleras tiras por el pasillo y veras que a la derecha la primera puerta es un baño, y la siguiente otra, ese es el despachó de papá y dos puertas más es el suyo-

-Entendido, ahora vuelvo-

Subí sin prisa las escaleras evitando caer por estas.

-Vale primera puerta a la derecha baño, segunda puerta despacho- murmuré caminando cuando esa misma puerta se abrió- oh, hola señor Kaufmann-

-Llámame Caleb, Jane- asentí un poco avergonzada- Alex ve a por tu hermana Jane y yo ahora bajaremos-

-Está bien- él me sonrió y se fue-

-¿Te importaría que tuviéramos una pequeña charla?-



#2012 en Novela romántica
#72 en Joven Adulto

En el texto hay: hermanos, saga, poliamor

Editado: 26.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.