-Y recordar, esté viernes os quiero a todos con la escutura de cada uno y terminada- habló alto por sobre de las sillas que se arrastraban- no pongais en riesgo el trimesrte- y con eso, dió por finalizadas las clases de hoy-
Al salir de la clase, me fije en la hora que se iluminaba en la pantalla de mi teléfono. Todavía era demasiado temprano para ponerme a comer. Es cierto que estaba muy acostumbrada a comer tarde, o directamente passar a la cena.
Guardé los libros en el casillero y solo cogí lo necessario para irme a la residéncia.
De camino para allá, cosa de cinco minutos, recordé que mi tío había llegado y de nuestra quedada por la tarde; que aclaramos por la noche.
Pero ahora me centraría en pintar, que al menos me distraerá un poco.
Saludé a la recepcionista y alguna de las chicas que en un principió me habían ayudadó a hubicarme y saber como funcionaba todo esto. También hay que decir que muchas no fueron así de amables, aún que puedo imaginarme el porqué.
Subía las escaleras con brío hasta que me pare en las últimas que subía, por el golpe de realidad que acababa de recibir. No fue un golpe real, pero me lo merezco de todas formas. Un bajón tremendo me invadió al darme cuenta de que había olvidado a mi mejor amigo por completo. Me arrastré en los últimos escalones abriendo de mala gana la puerta.
Esperaba que no se hubiera enfadado, pero razones no le faltaban. Y seguro que la semana que viene me mataría por no contarle todo lo que estaba pasando.
Me dispuse a mandarle un texto intentando resumir mi descuido, cosa que me había costado bastante, y un millon de "lo siento" junto con un "ya hablaremos". Con esas simples dos palabras él sabría que algo pasaba, iba a pasar o lo que fuera. Le di a enviar y esperé a que los dos tics salieran en el mensaje para asegurarme de que le había llegado.
Ahora sí, debía concentrarme en terminar el maldito proyecto.
(...)
Hice un leve movimiento de cabeza en el que intenté apartar el pequeño mechon de pelo que tenía en la cara, cuando justo llamarón a la puerta. Intentando no manchar nada, dejé el pincel sobre el montón de periódicos y con el codó abrí la puerta.
-¿Tío Lorenzo, que haces aquí?- le miré totalmente confusa- Habíamos quedado a las cinco y media-
-Son las seis menos cuarto- dijo divertido-
Mis ojos se cerrarón despació a medida que echaba mi cabeza hacía atrás y soltaba un suspiró pesado.
-Lo siento muchísimo, se me han pasado las horas volando y olvidé ponerme una alarma para estar lista a tiempo-
-¿Y desde cuando Jane Fiore no es despistada?- aquello hizo que pusiera mala cara-
-No soy despistada- moví mi nariz ligeramente- pasa-
Me eché a un lado, para que pudiera entrar y con cuidado y cierta dificultad cerré la puerta.
-¿Esté es el proyecto?-
-Sí- afirmé ponendome a su lado- Ya estoy termiando los últimos detalles y ya estará listo para el viernes-
-Bueno, ya que no has venido a la hora que acordamos- le sonreí con inocencía- y aquí no es muy seguro hablar de ello, recogé lo que necesites, está noche te quedarás conmigo-
-Pero, seguro que es necesario que me quedé a dormir?- dije dudativa- Es decir, no creo que venga a por mi así porque sí; y tampoco sabe donde estoy-
-Pero no es tonto Jane, tú y yo lo sabemos muy bien- dijo de forma seria- No podemos arriesgarnos a ir de confiados, si antés no podíamos, mucho menos podemos ahora-
Esto es una puta mierda.- Deja que coja lo necesario y nos vamos-
Duranté los pocos minutos en los que estuve guardando las cosas esenciales en la mochila que usaba cada día, mi tío iba ehcandome el ojo de vez en cuando mientras que la mayoría de tiempo estaba concentrado en su teléfono.
-Ya estoy-
-¿Lo dejarás aquí?- señaló mi pequeña obra que le faltaba menos de la mitad para terminar-
-Si, no quiero que ocurra alguna desgracia-
Negó divertido con la cabeza.- Exagerada-
Sonreí abriendo la puerta de la habitación, esperando a que él saliera también para poder cerrarla.
Me pareció algo extraño que en la puerta no estuvieran Richard y Luca, los guardaespaldas de mi tío.
Me despedí de la recepcionista avisando de que ya mañana estaría de vuelta. Cuando nadie se quedaba a dormir en una habitación de dos, había que avisar sobre ello para que se tuviera en cuenta.
-¿No te has traido a Richard o Luca?- dije subiendome al coche-
-No, prefería venir solo, sabía que no íbamos a tardar mucho- arrancó el coche-
-Que raro, creí que me vendrías a buscar con todo tu ejercito-
-Si quieres a la próxima lo hgao, sabes que no tengo problema- me vió unos segundos-
-Créeme, se que no lo tienes, pero puedes ahorrarte el numerito- el sonrió de lado-
En menos de veinte media hora habíamos llegado a la casa que había alquilado. Aparcó el coche en la entrada donde ya habían varios coches más. Se me hacía rara esta casa, estaba bastante acostumbrada a la que veía cada día.
-Vamos- dijo después de parar el motor-
Salí del coche y caminé junto a él que se dirigía a la entrada, mientras sacaba un juego de llaves. En cuanto estuvo abierta, hizo un movimiento con su mano para que pasara la primera mientras me dedicaba a observar.
No está nada mal.
-Esperamé en la cocina, es aquella abertura a la derecha sin puerta- señaló- dejaré unas cosas en mi despachó-
Asentí y fui directa hacía alla, mientras él desaparecía por las escaleras.
-Teneís suerte de que igual si cogeis de su comida-
-Vaya, pero si estas viva-
-Lo sé, es una gran sorpresa- dije siguiendoles el rollo a ese par- ¿Que tal va todo por ahí?-
-Bueno, no han cambiado muchas cosas salvo lo de tú padre- comentó Richard-
-Ya... eso- me encogí de hombros- sabía que pasaría-
-Pero nunca tan temprano.- mi tío apareció en la cocina- Necesito saber como coño a salido de ahí- se cruzó de brazos- Todabía le quedaban quincé años-