Todo lo que seremos

Capitulo 19

Desaparecida

Eso es lo que se leía en todos los periódicos aquella mañana, y de lo único que se llegaba a hablar.

-¿Piensas lo mismo que yo?-

-Sí, sin duda.- habló mi amigo- Pero, por qué crees que lo ha echo?- caminó mientras me veía- Hablo en el hipotético caso de que fuera lo que pensamos-

-No lo sé, pero si se que todo lo que hace tiene una lógica-

Al llegar a mi cuarto abrí la puerta de mi cuarto, dejándolo pasar.

-¿Todavía no lo has terminado? -se acercó a tocarlo- Sabes que tienes que presentarlo mañana. -le di un manotazo- ¡Hay!-

-No toques. -le regañé- Y ya lo sé, solo tengo que pintar y ya-

-Yo solo te lo recuerdo- dijo tirándose en mi cama-

-Ni falta que hace, que me lo recuerdes- le aseguré-

-¿Música?-

-Sabes que nunca me negaré a un poco de música-

Con una sonrisa en la cara se dispuso a poner canciones al azar, mientras me disponía a terminar mi... obra.

Durante, lo que parecieron un par de horas, en las que estuve pintando y pintando; me centré en escuchar y preguntarle cómo había ido el viaje. La verdad es que tenía cierta envidia, me hubiera gustado que a mi clase le tocara irse a un lugar como ese.

En general lo único que me había contado era sobre un montón de fiestas y peleas que se llegaban a generar, y como luego cada uno seguía con lo suyo como si nada pasara. Parece que todos durmieron en las pocas clases que les dieron en su estancia.

Y por mi parte... bueno, ya sabéis cómo va la cosa. Le conté lo más importante que era la vuelta de mi tío y de mi padre, mientras que por la parte de los chicos, digamos que la rozamos.

-Entonces, encontraste al tipo-

Puse mala cara mientras pasaba el pincel despacio.

-No digas "el tipo", suena muy raro-

-Pues tú no pongas esa cara rara, te hace ver fea -dijo en su tono divertido-

Decidí seguirle el juego. -Oh vaya muchas gracias, siempre me gusta que me llamen fea, sobre todo si me lo dice uno que lo es- le miré con una sonrisa-

Se puso la mano en el pecho. - Au- se sentó en la cama- Aún que es justo-

-Pues claro que lo es- dije yo, limpiando los pinceles-

Me levanté de mi sitio y empecé a recoger todo lo que había liado.

-Por cierto, en la entrada de la facultad cuando vine a buscarte habían tres tíos -escuché que decía a mis espaldas- creo recordar que son trillizos-

-¿Y qué quieres decirme con eso?-

-Jane mírame- hizo una pausa de cinco minutos esperando a que me girara, cosa que tuve que hacer- Sabes que quiero decirte con eso, no soy tonto-

Solté un leve suspiro. -Se que no-

-¿De que los conoces?-

-Su hermano, Enzo Kaufmann-

-¿Y que tiene... -dejó la frase a medio terminar- Espera, ese es el chico que tanto...-

-Sí. y se lo que piensas -lo señalé con el dedo haciendo que él elevara sus manos-

-Ni si quiera he hablado-

-Pero pensabas lo que yo creo-

-No te lo negaré, estoy seguro de que sí.- se me quedó unos segundos mirandome- Y, Lorenzo sabe sobre tu amistad con los Kaufmann?-

-Claro que lo sabe.- me miró sin entenderme- Ayer su padre estuvo en casa de mi tío-

-¿Y que pinta él ahí?-

-Es uno de los abogados que lleva el caso, -expliqué- por lo que, necesitamos que nos ayude-

-Cierto, todos saben que Caleb Kaufmann es uno de los grandes abogados, hablando de forma general-

-Pues por lo que parece, era la única que no lo sabía- sonreí de manera falsa-

-Entonces Lorenzo deja que te juntes con los hijos de Kaufmann-

-No sabría que decirte, no estoy muy segura-

Por un momento los dos nos habíamos quedado en silencio, repasando todo lo que habíamos etado hablando.

-¿Jane, estas ahí?-

Moví rápido la cabeza de un lado a otro, y con el ceño fruncido camine hasta la puerta con la mirada de Izan en mi nuca.

-Carlo- mi tono de sorpresa era notorio- ¿Como sabías que este era mi cuarto?-

Era lo primero que se me paso por la cabeza preguntarle.

-¿Sabes donde están mis hermanos?-

-Tienes ocho hermanos Carlo. -respodí divertida-

-Los trilizos-

-Oh, mi amigo los vió en la entrada de mi facultad y de Enzo hace unas cuantas horas- escuché que suspiraba de manera cansada- ¿A pasado algo?-

-Que un día de estos los mataré empezando por Dario-

-¿Que han hecho?-

-Tiene que dejar de prometerle cosas a su hermana, sabes?-

-Se a vuelto a olvidar, cierto?- el asintió- Brenda debería darse cuenta de ello-

-Es una niña, como prentendes pedir que lo entienda?-

-No es tonta Carlo, yo creo que si lo hablais con ella, entienda que no pueda estar al cien por cien-

-Es que él nunca está al cien por cien para nadie.- dijo con gesto enfadado- No entiendo como sigue prometiéndole cosas-

-¿Quieres que hable con él?- me apoyé en el marco de la puerta-

-Nunca sirve de nada hablar con él- se pasó la mano por la cara- Tiene que entender que no siempre podemos salir del trabajo para arreglar sus promesas-

-Bueno, -pensé de manera rápida- si algún día necesitas que yo pase a por tus hermanos no me molestaría-

-No te quiero poner en un compromiso-

-No lo haces- me encogí de hombros- Enzo tiene mi número, pideseló-

Asintió con la cabeza de manera lenta y se despidió de mí como acostumbraban los hermanos a hacer, un beso en la mejilla. No se si es demasiada confianza.

(...)

-¿Has encontrado algo?-

Negué con la cabeza mientras veía el portatil.- Nada, ni un solo correo- lo miré- ¿Tú?-

-Que va- tiró el móvil a la cama- Solo sale información de cuando el principio, no salé nada de ahora-

-¿Está público?- me giré a verle-

-Por lo que se ve, la información se volvió pública al cabo de dos meses-

Fruncí el ceño. -¿Eso se puede hacer?-

-No lo sé la verdad, pero siempre puedo preguntarle a mi hermano-

-También deberíamos saber el porqué de que no se haya dicho nada sobre su salida-



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En el texto hay: hermanos, saga, poliamor

Editado: 26.04.2025

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