Todo lo que seremos

Capitulo 26

Las constantes bibraciones de mi movil encima de mi mesita, hicieron que abriera los ojos de golpe, chocando con la oscuridad; aunque se filtraba algo de luz de la luna. Me puse de lado a dura penas, y agarre el móvil con pereza intentndo ver que pasaba exactamente.

Mensajes y llamadas de desconocidos, incluso de Enzo saltaban en mi pantalla sin darme tiempo a leer alguno.

Entre a los mensajes de Enzo, y leí lo poco que había esrito que por suerte no era mucho.

Mierda, que hora era?

Quería quedarme dormiada, pero no al punta que entrara en un sueño un poco profundo. Mi intención era hacer tiempo hasta que mi tío se fuera a dormir, y entonces ese seria el momento en el que sadría de casa. Tenía mensajes suyos de las once, las doce y media , la una, y este último mensaje a las tres.

Solté un suspiro largo dejándome caer en la cama, con los brazos estirados a cada lado.

¿Así eran las vidas de las demás adolescentes? Lo dudo mucho

Deje mis ojos abiertos puestos en el techo blanco, que ahora se veía gris.
Por mi mente no dejaban de aparecer distintas imágenes de cómo hubiera sido mi vida, desde que tengo uso de memoria.

No creo que en alguna de ellas llegaría a ser feliz, pero más que ahora lo sería.

Volví a escuchar el pequeño zumbido que hizo el móvil, cerrando los ojos por un segundo antes de levantarme de la cama.
Antes de bajar a la cocina me quede mirándolo lo que parecieron diez minutos, mientras mantenía una pequeña discusión conmigo misma.

No quería lidiar con sus preguntas, o al menos aún no.
Tampoco quería explicarles el motivo por el que no había dicho nada, del por qué no me reuniría con ellos al final.

A medida que bajaba las escaleras me peine el pelo en una coleta un poco despeinada. Parecía que las luces de la cocina estaban encendidas pero solo eran las farolas de la calle, que alumbraban muy fuerte.

Encendí la pequeña luz de la campana, y saqué de la nevera una botella pequeña de agua.

No estaba preparada para nada para lo que se avecinaba. Del día a la mañana todo había vuelto a ser un caos.

Y luego estaban ellos. Que no sabía cómo llevarlo.
No sabía si éramos amigos o conocidos.
Mentiría si dijera que no había pensado en la posibilidad de alejarme de ellos, pero esa posibilidad por alguna razón hacía que me empezara a sudar el cuerpo.
De la misma forma que cuando Darío dijo aquello sobre mi.

Quería olvidarlo.

Pero mi cabeza no era capaz de hacerlo. Esa escena se repetía en mi cabeza junto a sus palabras, una y otra vez.

Probablemente, terminará siguiendo el consejo de mi tío. Mucho más con Darío si resultaba ser así de frío cuando estaba enfadado o se enfadaba con alguien.

Le di un trago a la botella, dejándola prácticamente a la mitad.

Al menos que nadie salga herido de todo esto.

(...)

¿Era posible que me doliera tanto la cara de tanto sonreir? Yo creo que si

Acababa de recibir mi nota de el trabajo y era la persona más feliz del mundo. La primera persona ala que llame fue a Izan quien se acababa de levantar, por la diferencia de horario. Aún así mereció la pena su reacción, era justo la que esperaba.

Me dirijia de nuevo a mi cuarto junto con mi pequeña obra de diez. No lo decia yo, lo decía mi professor.

Mi tarde desde luego no iba a ser muy tranquila.

En uno de mis descansos recibi un mensaje de Caleb, pidiendo que cuando pueda fuera hacia su casa. No podía decirle que, pero si que le dije que me preocupaba que sus hijos me vieran entrar. No le dije nada sobre hace dos noches que tenía que estar en su casa con ellos. Y tampoco que no los veía a muchos de ellos desde el centro comercial.

Él únicamente me dijo que salían más tarde. Solo estariamos nosotros dos.

Aquello me relajo. Pero no le dije ni una palabra a mi tío.

A duras penas abrí la puerta de mi cuarto y la cerre con cuidado con mi pierna. Me acerqué al escritorio que yo usaba y deje con cuidao la pequeña obra sobre este. Mientras que el resto de mis cosas las dejé en la cama. Revisé que tuviera todo lo necesario y abrí la puerta tan rápido que choque dandome en toda la frente.

-Mierda, lo siento- escuché mientras ponía sus manos donde las mías-

-Tranquilo- dije masajeando mi frente- No te había visto-

Soltó una risa.-Me he dado cuenta-

Cuando me quité la mano de la frente, me pude fijar mejor en Dante.

-Y... que necesitas?-

<<¿Que necesitas? Genial Jane>>

-Bueno, llevabamos desde el sabado mandandote mensajes y llamandote por que no viniste al final por la tarde- se rascó la nuca antes de seguir- Estabamos preocupados por ti, y ahora que yo tenía una hora libre quería aprovechar paraa venir y preguntarte, si había pasado algo; oh...-

-No no, nada que ver- dije enseguida- Es solo que, no tengo vuestros numeros agendandos, el Enzo si- Aclaré mi garganta- Pero mi tío llegó justo el sabado y hace mucho que no lo veo. Y se me pasó recordar que tenía que avisar, siento mucho si os preocupe-

<<Mentirosa>>

-No pasa nada- dijo con una sonrisa- Me alegro de que no fuera nada grabe. Y por lo de los números le pedire a Enzo que te los mande con nuestros nombres para que sepas quien es quien-

-Me parece genial, gracias-

-Y... a donde ibas con tanta prisa?- me preguntó divertido-

-Bueno, quiero aprovechar al máximo passar tiempo con él, y mas que hoy ya he termiando mis clases-

-Antes te he visto con aquella pequeña escultura, asi que supongo que te han dicho que nota tienes, no?-

-Si- de nuevo estaba aquella sonrisa, aun que esta vez era una tímida- He sacado la mejor nota de toda la clase-

-Eso está genial- dijo con mucha alegría, y fue cuando supe que quería pedirme algo- También quería preguntarte, si vendrías con nosotros a casa, los mellizos están esperando a que vengas de nuevo-



#1716 en Novela romántica
#59 en Joven Adulto

En el texto hay: hermanos, saga, poliamor

Editado: 04.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.