Todo lo que seremos

Capitulo28

-Relájate Massimo- habló Beatrice- Ella no tiene la culpa de lo que le ha estado pasando-

-¿Por que no nos lo contaste?- dijo sin prestar atención a su madre-

-¿Crees que tenia ganas de que supierais de todo esto?- le pregunte obvia- Mucho menos sabiendo que tenéis idea de que va el caso, de lo que me paso, de lo que él fue capaz de hacer- hablé- No quería que supierais ninguno de vosotros sobre esto. No quiero que os involucréis ninguno de vosotros-

-¿Y por que narices él si y yo no?-

-Acababa de llegar a casa, y él está conmigo en el bufete- hablo su padre, aún así no lo miró- Me pareció buena idea ponerlo al tanto de la situación, a él se me hubiera hecho imposible ocultárselo, acabaría enterándose-

-Ya claro, y nosotros no- dijo resoplando- Ya me importa una mierda, pero más os vale contárselo a los demás-

-¿O que?- habló Carlo-

-Lo contare yo mismo, ya veremos cuanta gracia les ara-

-¡No!- dije enseguida- No les digas nada, no quiero meteros en esto, ni siquiera quería que se metiera Carlo, fue decisión de tus padres-

-Me importa muy poco, o lo decís vosotros o lo digo yo-

-Relájate- Carlo empujo con la mano el hombro de Massimo para apartarlo un poco de mi- No es su maldita culpa, compórtate-

-Deberías apoyarme, esto lo hago por vosotros- esta vez si que lo miró- ¿Que clase de amiga es si no nos cuanta las cosas?-

Aquello hizo que tragar saliva.

Dicho eso se fue dando un portazo, dejándonos en un silencio que se cortó enseguida.

-Voy abajo con los chicos- enseguida fue a la puerta- Carlo, guarda el libro en la caja, y yo hablaré con Massimo-

Se fue dejando la puerta entreabierta, mientras que Carlo cogía unos guantes negros antes de coger el libro.
La verdad me importaba muy poco el porque de ellos en un despacho, aún así deje que se llevara el libro a algún lugar sin preguntar nada.

Antes de que Caleb hablara, me adelanté.

-Siento mucho haber causado todo esto en tan poco tiempo, le juro que no quería que pasara esto-

Él lo único que hizo fue sonreírme de lado antes de hablar.

-Jane, no te tienes que preocupar por nada de eso, sabía que pasaría en algún momento- dijo tras levantarse de su silla- Quiero a mis hijos pero son unos metomentodos, y hubiera sido muy extraño que no se enteraran-

-Pero...-

-Sí- me interrumpió- Se lo que hablamos antes, claro que sigue en pie lo del bufete-

Suspire tranquila.

Aun que lo terminen sabiendo, no quiero que metan las narices en todo esto.

-Ahora si no te importa vayamos a bajo mientras mi hijo me aniquila con la mirada- dijo con cierta burla que me hizo reír un poco-

Me levanté de mi sitio y fui hacia la puerta donde estaba Caleb.

Cerró con llave la puerta y nos dirigimmos abajo, pero antes fui detenida por una mano en mi hombro.

-Jane, no es buena idea que bajes con mi padre- lo ví con el ceño fruncido-

-Cierto- dije en voz baja-

Su padre nos ovbservó unos segundos.-Os esperamos abajo-

Me quedé viendo como baja las escaleras hasta que no pude verlo más.

¿No abría unas escaleras para salir por la parte de atrás?

-Se lo que estas pensando- se puso delante de mi- Pero lo tengo todo pensado, les diremos que te fui a buscar, que salí de trabajar antes y te deje en mi cuarto para hacerles una sorpresa-

-¿No crees que es un poco raro?-

-Bueno, los mellizos preguntan bastante por ti- aseguró- Así que, no, no es nada raro-

Sonreí de lado.- Sabes, creo que Massimo se lo contará al resto- realmente me desanimaba mucho esta situación-

-Oye,- puso sus manos en mis hombros- Nada de eso va a pasar- lo miré no muy convencida- Y si pasa, no me quedará más remedio que esconderte de todo el mundo y encerrarte-

Aquello me hizo mirarlo de manera extraña con ganas de reir.

-¿Y encerrarrme por que?-

-Se encogió de hombros divertido- ¿Y por que no?- Me ovbservó unos segundos- Vamos, no lo habrá contado en cinco minutos, y entre tú y yo, yo soy el más inteligente de todos-

Intenté no reirme muy alto mientras lo apartaba con un lijero empujon que lo hizo sonreir de lado.

A medida que bajamos las escaleras y nos hacercabamos a la cocina, se escuhcaban voces y olía mucho a comida.

-Gracias por esperar- dijo Carlo llamando la atención de los demás-

-¡JANE!-

En un segundo tenía a los mellizos abrazando mis piernas. Sorprendida, me agache a su altura para poder abrazarlos a pesar de la sorpresa que suponia aquello para mi.

-Dejad que Jane respire y seguid comiendo niños- habló su padre-

Ellos sin ganas se apartaron pero enseguida corrieron a sus sitios para seguir comiendo su plato de pasta.

-Otra vez por aquí la pequeña Jane, nos persigues?-

Miré con una sonrisa de lado a Dante mientras me hacercaba a abrazarlo.

-Ya te gustaria-

Abacé a cada uno de los hermanos como saludo, menos a Massimo que lo salude con la mano ya que no tenía ganas de estar muy cerca de él y tampoco parecía tener ganas de hacercarse.

-¿Tienes hambre Jane?-

-Puedo darle de mi plato- Alex habló con la boca llena de comida-

-Puedes darmelo a mi- le dijo Dario-

-No- dijo enseguida- Tú comes mucho- parecía una queja-

Vi a Dario que se iba a quejar cuando fui a responder a Brenda.

-No tengo mucha hambre, pero gracias- le sonreí- De todas formas solo pasaba a saludar-

-¿Que?- dijo Brenda- Creí que te quedarias esta tarde-

Parecía bastante decepcionada.

-Dejala Brenda, seguro que tiene cosas importantes que hacer-

Ese había sido Massimo.

Todos sus hermanos lo miraron de forma extraña, mientras este no apartaba la vista de su plato con comida. Carlo parecía enfadado.

-Es mi tío- aclaré mientras los demás seguian viendo a Massimo- No se cuanto tiempo se va a quedar por aquí, y tengo que ir a ayudarlo con unas cosas-

Beatrice miró a sus dos hijos pequeños.



#1721 en Novela romántica
#58 en Joven Adulto

En el texto hay: hermanos, saga, poliamor

Editado: 04.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.