Todo lo que seremos

Capitulo 32

Había algo diferente en el ambiente cuando amaneció al día siguiente. Después de nuestra expedición al edificio abandonado, no solo habíamos traído pistas, sino también una sensación de incertidumbre que se mezclaba con algo más profundo: una conexión entre todos nosotros que se hacía cada vez más difícil de ignorar.

Desde que llegué a sus vidas, cada uno de ellos había mostrado su forma única de preocuparse por mí. Enzo con su constante compañía en la facultad, Massimo con su protección abrumadora, Dante y Dario con su habilidad para aliviar tensiones, Carlo con su pragmatismo, y Darek con su manera de siempre hacerme reír cuando más lo necesitaba. Incluso los mellizos, Brenda y Alex, me trataban como si siempre hubiese formado parte de su familia.

Pero había algo más, algo que ninguno de nosotros había dicho en voz alta.

Mientras desayunábamos en la casa, los mellizos insistieron en sentarse a mi lado, uno en cada pierna. Beatrice miraba la escena con una sonrisa divertida mientras intentaba mantener a Alex concentrado en terminar su comida. Caleb estaba inmerso en un periódico, aunque su mirada ocasional se detenía en Carlo y Massimo, quienes parecían estar discutiendo algo en voz baja.

—Jane, ¿te quedas a almorzar también? —Preguntó Brenda, mirándome con ojos brillantes.

—No lo sé. Quizás más tarde tenga que ir a la facultad. —Respondí con una sonrisa, revolviendo su cabello suavemente.

—Puedes faltar un día. —Interrumpió Enzo desde el otro lado de la mesa, guiñándome un ojo—. Yo cubriré por ti si algún profesor pregunta.

—Eso no sería nada raro. —Dijo Massimo con un tono seco—. Enzo siempre encuentra la forma de hacer lo que no debe.

—Relájate, Massimo. —Respondió Dante con una sonrisa burlona—. ¿No te das cuenta de que Jane merece un descanso después de lo que pasó anoche?

—Estoy bien. —Interrumpí antes de que la discusión escalara.

—¿Estás segura? —Dijo Darek, mirándome con esa expresión que siempre lograba derretir cualquier barrera—. Porque si no, podríamos encerrarte aquí todo el día para asegurarnos de que descanses.

No pude evitar reírme mientras Brenda y Alex empezaban a discutir sobre quién me abrazaría primero.

(...)

Más tarde, cuando los mellizos estaban entretenidos con Beatrice en el jardín, los mayores nos reunimos nuevamente en la sala para discutir las pistas. Caleb estaba examinando la carpeta que habíamos encontrado mientras Lorenzo repasaba las notas en silencio.

—El nombre Marcus Belmont aparece relacionado con varios casos de desapariciones. —Dijo Carlo, mostrando algunos documentos en su laptop—. Pero siempre desaparece antes de que puedan atraparlo.

—¿Crees que tenga algo que ver con mi padre? —Pregunté, sentándome junto a Enzo en el sofá.

—Es una posibilidad. —Respondió Caleb, aunque su mirada revelaba preocupación—. Pero necesitamos más pruebas antes de actuar.

—Mientras tanto, deberíamos asegurarnos de que Jane esté protegida. —Dijo Massimo, cruzando los brazos—. No sabemos quién más podría estar observándola.

—No estoy sola. —Respondí, mirando a cada uno de ellos—. Los tengo a todos ustedes.

El silencio que siguió fue intenso, cargado de algo que parecía querer salir a la superficie pero que ninguno de nosotros estaba listo para admitir. Fue Dante quien finalmente rompió la tensión con su típica sonrisa juguetona.

—Claro que nos tienes, Jane. ¿Quién más haría de niñera para los mellizos mientras salvamos el mundo?

Todos rieron suavemente, pero mis pensamientos seguían enredados en las miradas que había sentido sobre mí. La de Enzo, siempre cercana y cálida. La de Massimo, intensa y protectora. La de Carlo, calculadora y perspicaz. Y las de Dario, Dante y Darek, cada una con su propia chispa de interés.

Había algo en la forma en que me miraban, en cómo siempre estaban ahí para mí, que hacía que mi corazón se acelerara.

Esa noche, mientras todos comenzaban a dispersarse, me quedé en la sala con Darek, quien parecía más callado de lo usual.

—¿En qué piensas? —Le pregunté, sentándome a su lado.

—En ti. —Respondió sin rodeos, girándose para mirarme a los ojos—. Jane, sé que todos sentimos algo por ti. No sé cómo pasó, pero está ahí, y es imposible ignorarlo.

Mis labios se entreabrieron, pero no supe qué decir.

—Sé que esto no es fácil. —Continuó, tomando mi mano suavemente—. Pero no quiero que sientas que tienes que elegir entre nosotros. Estamos aquí para ti, todos nosotros, de la forma que tú quieras.

Las palabras de Darek quedaron suspendidas en el aire mientras los demás comenzaban a regresar a la sala. Poco a poco, el grupo se fue cerrando alrededor de mí, y su apoyo era palpable.

—No tienes que decidir ahora. —Dijo Enzo, su voz calmada—. Solo queremos que sepas que estamos aquí para ti, siempre.

Y por primera vez en mucho tiempo, me sentí completamente aceptada. No como un problema que resolver o alguien que necesitaba protección, sino como parte de algo más grande, algo que aún no comprendía del todo pero que estaba dispuesta a explorar.

(...)

La tensión de la confesión de Darek se mantuvo en el ambiente como una brisa constante. No podía evitar sentirme abrumada por las emociones que cada uno de ellos despertaba en mí, pero también por la responsabilidad de manejar todo lo que estaba ocurriendo. No había tiempo para explorar esos sentimientos cuando mi padre seguía siendo una amenaza latente.

A la mañana siguiente, mientras desayunaba con los mellizos en la cocina, mi tío llegó con su maletín y una expresión seria.

—Jane, tenemos que hablar. —Dijo, dejando su maletín sobre la mesa.

Los mellizos levantaron la vista con curiosidad, pero Beatrice los llamó para que fueran al jardín. Una vez que estuvimos solos, Lorenzo abrió el maletín y sacó una serie de papeles y fotografías que me helaron la sangre.

—Esto llegó anoche. —Dijo, señalando una foto en particular. Era de mi padre, captada en lo que parecía ser una reunión clandestina en algún almacén abandonado—. Está más cerca de lo que pensábamos.



#1716 en Novela romántica
#59 en Joven Adulto

En el texto hay: hermanos, saga, poliamor

Editado: 04.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.