Todo lo que seremos

Capitulo 34

La tensión en la casa de los Kaufmann no había disminuido con la llegada de Iker, aunque su presencia parecía estabilizar la estrategia general. Para mí, la dinámica entre los hermanos se complicaba cada vez más. Los sentimientos que creía tener claros se enredaban con cada conversación, cada mirada, cada roce accidental que me hacía dudar de todo.

Esa mañana, después de una noche casi en vela revisando documentos, Carlo y yo encontramos algo interesante: una carta oculta en una carpeta que mi padre había dejado en su antigua oficina. Las palabras eran crípticas, pero sugerían una transacción con alguien conocido únicamente como "El Cuervo".

—Esto podría ser la conexión que necesitamos. —Dijo Carlo, pasando sus dedos por el papel amarillento.

—¿El Cuervo? Suena como un seudónimo. —Respondí, sintiendo cómo se erizaba mi piel.

—Es más que eso. —Intervino Iker, quien había aparecido en silencio detrás de nosotros—. El Cuervo es una figura conocida en el bajo mundo. Nadie sabe su identidad real, pero está involucrado en casi todas las redes de tráfico que puedas imaginar.

—¿Cómo sabes eso? —Pregunté, levantando una ceja.

—He estado en lugares que prefiero no mencionar. —Respondió con un tono serio—. Si tu padre está vinculado con él, entonces esto es mucho más grande de lo que creíamos.

(...)

Durante el desayuno, todos estaban reunidos alrededor de la mesa. Incluso los mellizos, Brenda y Alex, parecían captar la gravedad de la situación.

Para vuestra pregunta, sí, ya prácticamente vivía aquí aunque no durmiera.

Caleb y Beatrice estaban más callados de lo habitual, mientras que Dante y Darek discutían en voz baja sobre posibles contactos que pudieran ayudar.

—¿Crees que esto nos llevará a tu padre? —Preguntó Enzo, sentado a mi lado.

—No lo sé. —Dije, mirando la carta en mis manos—. Pero es lo más cercano a una pista real que hemos tenido en semanas.

—Entonces no hay tiempo que perder. —Interrumpió Massimo, con ese tono cortante que siempre usaba cuando se preocupaba—. Si este Cuervo es tan importante, tenemos que encontrarlo antes de que él nos encuentre a nosotros.

—No será fácil. —Dijo Iker, apoyándose en la silla con los brazos cruzados—. Personas como él no aparecen en el radar a menos que quieran ser vistas.

—Tal vez no lo encontremos directamente. —Dijo Dario, rompiendo su silencio habitual—. Pero si seguimos las transacciones de tu padre, podríamos dar con uno de sus intermediarios.

—Eso es un buen punto. —Dijo Caleb, asintiendo.

Mientras continuaban planeando, sentí una pequeña mano tirar de mi brazo. Miré hacia abajo y vi a Brenda con los ojos brillantes de curiosidad.

—¿Encontraste algo, Jane? —Preguntó con su voz suave.

—Tal vez. —Dije, sonriendo mientras acariciaba su cabello—. Pero aún falta mucho por hacer.

—¿Puedo ayudarte? —Insistió Alex, acercándose con una expresión seria que me recordó a Massimo.

—Ustedes ya están ayudando. —Dije, guiñándoles un ojo—. Manteniéndose fuera de problemas.

Los dos asintieron, aunque sus expresiones mostraban que no estaban del todo convencidos.

Esa tarde, mientras revisábamos más papeles, Enzo y yo nos quedamos solos en la biblioteca. La tranquilidad era una rareza en esa casa, y por un momento, sentí que podía respirar.

—Estás pensando demasiado. —Dijo Enzo, sentándose en el borde del escritorio.

—¿Y cómo no hacerlo? —Respondí, dejando caer la carta sobre la mesa—. Mi padre está allá afuera, probablemente planeando su próximo movimiento, y siento que estamos siempre un paso detrás.

—No es tu responsabilidad cargar con todo esto sola. —Dijo, mirándome con una intensidad que me hizo apartar la mirada.

—No estoy sola. —Dije en voz baja, aunque no estaba segura si trataba de convencerlo o convencerme a mí misma.

Enzo se acercó y tomó mi mano, obligándome a mirarlo.

—Jane, estamos todos aquí contigo. Incluso si a veces somos un desastre, no vamos a dejarte enfrentar esto sola.

Su sinceridad me conmovió, y antes de que pudiera responder, escuchamos la puerta abrirse de golpe. Era Iker, con una expresión que decía que había encontrado algo importante.

—Tenemos una ubicación. —Dijo, mostrando una hoja con coordenadas.

—¿Qué? ¿Cómo? —Pregunté, levantándome de inmediato.

—Un viejo contacto mío me dio esto. Es un almacén en las afueras de la ciudad. Si tu padre está trabajando con El Cuervo, es probable que ese sea un punto de reunión.

—¿Y qué estamos esperando? —Dijo Massimo, apareciendo detrás de él como si siempre estuviera a un paso de intervenir.

—Necesitamos un plan. —Intervino Caleb, entrando en la sala con Beatrice—. No podemos simplemente irrumpir sin saber qué esperar.

(...)

Esa noche, mientras los chicos discutían los detalles, me encontré nuevamente con Brenda y Alex.

—¿Puedes leernos algo del libro? —Preguntó Brenda, sosteniendo el misterioso libro que había llegado días atrás.

Me alarmé enseguida, cogiendo la manta para quitárselo.

—Chicos, donde habéis encontrado el libro. —Dije alterada, tomando el libro de sus manos.

—Pero tú siempre encuentras cosas en los libros. —Insistió Alex, mirándome con ojos grandes.

-Chicos este libro no se puede coger. — La sangre estaba seca—

Aún así, suspiré y abrí el libro, hojeándolo con cuidado. Las páginas parecían normales, pero de alguna manera, cada vez que lo leía, sentía un escalofrío recorrerme. Decidí contarles una historia inventada, algo que los mantuviera entretenidos pero lejos del contenido real.

Los dos se quedaron dormidos en mi cama poco después, y mientras los arropaba, sentí una calma momentánea en medio del caos. Sin embargo, sabía que esa paz no duraría mucho.

El reloj seguía corriendo, y aunque ahora teníamos una pista, el camino hacia la verdad estaba lleno de sombras.

(...)

El día siguiente amaneció con un aire más tenso que de costumbre. La pista sobre el almacén había despertado esperanza, pero también miedo. En la sala principal de la casa Kaufmann todos estábamos reunidos alrededor de una mesa llena de planos, documentos y un mapa en el centro. Incluso los mellizos, Brenda y Alex, estaban sentados cerca, con los ojos curiosos mientras dibujaban garabatos en una esquina de una hoja.



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En el texto hay: hermanos, saga, poliamor

Editado: 04.05.2025

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